Andrés Romero Baltodano
China siempre sera un misterio.
Los sucesos que han construido esta nación se instalan desde diversas ventanas.
Su ópera y su teatro así como su danza tradicional y contemporánea salieron a relucir en la maravillosa ceremonia de inauguracion de las olimipadas Beijing 2008.
Detrás de esto estaba una negativa de Steven Spielberg de dirigir la ceremonia y una aprobación por parte de uno de los más grandes y poéticos directores de cine Chino: Zhang Yimou.
Yimou es un cineasta de aquellos que comenzó desde adentro de la revolución cultural siendo operario textil en la decada de los setenta.
Más tarde estudiaría en la Academia de cine de Pekin y saltaría a la fama con su delicada , poética y contundente "Sorgo Rojo" (1987)
Alli abriría sus ojos de manera entrecortada, un ilusorio "objeto del deseo": Gong Li quien en ese momento era una estudiante de arte dramático, que llenaría la pantalla de esa fuerza y luminosidad que la caracterizaría desde esa primera aparición y se convertiría en su actriz ( y amor) .
Los dramas rurales se convertirían en su atracción y en su motor de creación , en ellos explotaría tanto los caracteres sociales, como un exquisito gusto por la tierra y sus colores por los arboles y los cielos..el vestuario, ,la arquitectura..todo atrapado en una fotografía, a veces brumosa a veces tan luminosa, que convertía cada plano en una paleta de lacas chinas.
Yimou seguiría su carrera del lado de lo poético y lo humano, sus films exploran el desván del pensamiento de los hombres, establece claros lazos con las conciencias, los pensamientos claros y oscuros, las relaciones de género, donde la fuerza e inteligencia de la mujer se eleva como un cometa gigante que se debate como un monstruo herido en alta mar.
"Ju Dou , semilla de crisantemo" (1990) , "La Linterna Roja" (1991) , "Ni uno Menos" (1999) ,
"Camino a casa" (1999) se inscriben dentro de la corriente humanista del cine, aquella, que devela las sombras que algunos hombres desbordan entre sus ideas, aquella que extrae la ternura y los besos profundos en treinta segundos de cine.
Yimou llego a puntos profundos del conocimiento de la conciencia humana en historias sencillas que se narraban con extraordinaria estética fotográfica y una dirección de arte impecable.
Todo iba muy bien.
La poesía se instalaba como una "bella durmiente" en el cine de Yimou.
El roce de una tela. Un dedo que toca el cielo.Una tela amarilla que se "lanza" en acto "suicida" desde un balcón.
Hasta que en el 2002 le da por hacer un giro radical involucrando las artes marciales como espectaculo pirotécnico y convertir sus pelis en superproducciones (recordando a Cecil B de Mille) fastuosos carruajes, sedas ( de las mas ricas) , ejercitos enteros gritando, actores volando en "aceitadas" coreografias aereas....y dirige "Hero" ( 2002) , " La Casa de las dagas voladoras" (2004) , " La maldición de la flor dorada" ( 2006).
Tal vez es otra mirada, tal vez otra sensibilidad pero los que amamos el cine inicial de este poeta extrañamos sus historias sencillas , eróticas, dulces, amargas, crueles....
Es un Yimou mas emparentado con el "show bussines" que se quiere aprovechar de culturas tan insondables como la China, para volver lo que allí es natural un espectaculo "exótico".
Este hombre fue quien dirigió la ceremonia de inauguración de los Juegos de Beijing...megateconologica, bella, epopéyica....
Los miles de ojos que vieron la inuguracion por la tele tal vez nunca veran su cine primigénio...
y aunque su técnica y poética estuvo presente algunos esperamos que inicie , cinematograficamente, de nuevo...el "camino a casa".
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