Ciclo Imago y Keres

MY WINNIPEG (2007 Canadá)
Lunes 28 de marzo
12m
Auditorio Jaime Michelsen
ENTRADA LIBRE



Sinopsis
La página web de My Winnipeg describe esta onírica película de Guy Maddin sobre su ciudad natal como una "docu-fantasia". Esta etiqueta se ajusta al dedillo a la recreación, mediante imágenes de archivo y una narración fantasiosa, de la vida y la historia de uno de los lugares más fríos de Canadá, en el que unos caballos ahogados en la nieve se han convertido en el punto recurrente de paseantes. Con un imaginario fascinante y un sentido del humor irónico (especialmente en este film), Guy Maddin se ha ganado un sitio privilegiado entre los cineastas de culto. My Winnipeg supone la enésima confirmación de un genio.

Ficha Técnica
Dirección: Guy Maddin
Guión: Guy Maddin
Título Original: My Winnipeg
Año: 2007
Género: Drama
Origen: Canadá
Duración: 80 minutos.
Distribuidora: 791 Cine


El Director (Guy Maddin)
Nacido en la ciudad de Winnipeg (ciudad en la que trascurre The saddest music in the world y a la que también ha dedicado un extraño documental surrealista, My Winnipeg), su educación cinematográfica se inició y consolidó al margen de cualquier escuela, rodando breves piezas con amigos los fines de semana.
Su primera película, The dead father, es un cortometraje de 26 minutos realizado en 1986 con una cámara Bolex de 16mm. Pese a ser un trabajo primerizo muestra ya algunas de las constantes de su cine: ironía y humor tamizando una historia trágica, mezcolanza de géneros y experimentación formal.
Dos años después llegaría su primer largometraje, Tales from the Gimli Hospital, rodada con un presupuesto de tan sólo 20000 dólares y que alcanzó cierta notoriedad al ser rechazada por el Festival de Toronto. Narra el desarrollo de una epidemia en el pueblo de Gimli a principios del siglo XX y en ella se pueden encontrar referencias y homenajes que van desde las vanguardias francesas al expresionismo alemán pasando por directores tótem de la época muda como Fritz Lang o David Wark Griffith.
Posteriormente, Maddin ha rodado más de 30 películas entre cortometrajes y largometrajes, pasando poco a poco del más oscuro underground al estreno y celebración de sus películas en algunos de los más importantes festivales de cine del mundo.

Filmografía
Invisíveis, Os (2008)
Death of the Reel (2008)
My Winnipeg (2007)
Odin’s Shield Maiden (2007)
Nude Caboose (2006)
Brand Upon the Brain! (2006)
My Dad Is 100 Years Old (2005)
Sombra dolorosa (2004)
A Trip to the Orphanage (2004)
The Saddest Music in the World (2003)
Cowards Bend the Knee (2003)
Fancy, Fancy Being Rich (2002)
Dracula: Pages from a Virgin’s Diary (2002)
Fleshpots of Antiquity (2000)
The Heart of the World (2000)
Hospital Fragments (1999)
The Cock Crew (1999)
The Hoyden (1998)
Maldoror: Tygers (1998)
Twilight of the Ice Nymphs (1997)
Imperial Orgies (1996)
The Hands of Ida (1995)
Odilon Redon or The Eye Like a Strange Balloon Mounts Towards Infinity (1995)
Sissy Boy Slap Party (1995)
Sea Beggars (1994)
The Pomps of Satan (1993)
Careful (1992)
Indigo High-Hatters (1991)
Archangel (1990)
Tyro (1990)
BBB (1989)
Mauve Decade (1989)
Tales from the Gimli Hospital (1988)
The Dead Father (1985)
Ilustraciòn de Mark Ryden
NUMERO 62
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Marzo 14 a Abril 4
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2 0 1 1

Brian Michel Bendis a Blanco y Negro: Noir puro en el noveno arte


Por
Camilo Andrés Martínez Garzón
Especial para La Moviola
Estudiante de Comunicación Social




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*El presente escrito es realizado con base a los tomos recopilatorios publicados por la editorial Planeta DeAgostini
Durante la década pasada, Michael Brian Bendis fue el creativo clave en Marvel comics. Cuando muchos señalan a Joe Quesada, ex editor en jefe, como el artífice de 10 años de historia, otros mirarán hacia el hombre que estructuró la continuidad: Bendis. No se puede negar que su omnipresencia en los títulos de The Avengers y su trabajo en los eventos (miniseries altamente promocionadas que contienen, generalmente, la mayoría de personajes de la editorial), lo transformaron en el líder creativo y nuevo dios para la tierra 616 (universo en que tiene lugar la línea temporal principal). El escritor logró gran fama al encargarse, junto a Mark Millar, de lanzar la línea Ultimate de Marvel comics, principalmente por su trabajo a cargo de Ultimate Spider-Man. Nuevos títulos fueron sumándose a su bibliografía, alejándolo un poco de su trabajo original: las historias de crimen. En campo donde se encuentra su mejor faceta, y nada más apropiado que devolvernos a descubrir sus obras olvidadas, aquellas que los súper héroes se encargaron de ocultar.
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Greg Rucka, reconocido escritor de historias de crimen, tanto en comics, donde por su Whiteout recibió un premio Eisner (El Oscar del noveno arte) en el 98, como en literatura, con su serie de novelas sobre guardaespaldas llamadas Atticus Kodiak, recuerda una curiosa anécdota sobre Bendis: En algún San Diego Comic Con, Rucka, junto a Ed Brubaker, Brian Azzarello y Bendis (exponentes del genero detectivesco de las viñetas) posaron como criminales para una sesión de fotos. Todos cumplieron su papel menos Michael, el calvo escritor no dejaba de sonreír. De esa forma describe Rucka el trabajo de Bendis, una sonrisa que manipula, que oculta tramas, baña sus historias en blanco y negro, un laberinto digno de jardines reales, que pese a su estructura y hermosura, siguen poseyendo el objetivo primario: Atrapar.
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Bendis logra notoriedad con su serie de historias sobre crimen conocidas, en la actualidad, como Jinx World. Publicadas originalmente por Caliber Press, sus derechos fueron comprados por Image Comics. Los relatos que constituyen Jinx World son cuatro: Torso, Fire, AKA Goldfish y Jinx. Cada uno es un escalón más para conformar el definitivo e inconfundible estilo de Bendis. Lo primero a ser señalado, como primera impresión, es el estilo grafico de los comics que conforman Jinx World, completamente a blanco y negro, sin darse el lujo de una escala de grises, el escritor crea un entorno de opuestos. La oscuridad y sombra siempre serán reinantes, tragándose los paneles y globos, la violencia y los diálogos, las expresiones y las inexpresiones. Un elemento que se destaca mejor en otros comic noir como Sin City de Frank Miller, en el cual el uso del negativo se impone como un nuevo estilo y no solo un agregado a algo pre establecido. Hay que aceptar que Bendis innova al fusionar todos los elementos como un único carril narrativo visual, todo un rollo de cine expuesto pieza por pieza, en una dinámica única, intensa, rápida y a la vez lenta. Ya lo señalaría Matt Wagnes, al decir que las historias de Bendis no están influenciadas por el estilo cinematográfico, son ellas quienes usan esa forma narrativa, la hacen su siervo y lo llevan por caminos que solo la tinta puede plasmar.
El orden de las viñetas varía de formas poco vistas, que en ocasiones se salen de las manos, muy notorios en Torso, simplemente una exageración que, en momentos, afecta la narrativa. Una innovación que no se pone de acuerdo: algunos momentos hecha con regla en mano, en otros, una distorsión innecesaria e incongruente. Este tipo de maquetación se vio, en su tiempo, como el futuro de los comics; del cual Nightly News de Jonathan Hickman es digno representante, un diseño que, a pesar de ser “una predicción del estilo grafico de las viñetas”, hoy en día ha sido olvidado y no da muestras de resurgir.
Y como olvidar el rescate más destacable visualmente: Las onomatopeyas, aquel ámbito tan característico de los comics, pero a la vez, en la actualidad, invisible. Se transforman en parte del arte, en guía, en pieza esencial, fuerza dramática. No hay Jinx World sin grandes letras y expresiones de ruido llenando las páginas. Si existe un elemento firma de esta etapa, será el uso de fondos y ambientes reales, como de modelos reales para los personajes. Claramente, el escritor, al encargarse a su vez del dibujo, encuentra un modo fácil de cumplir con ambas labores, pero juega en su contra: los personajes son difícilmente diferenciables. Aun así, cumplen con dar gran exactitud a las expresiones, dando fuerza a lo crudo y real de la narración, ámbito en el cual, los fondos no dudan en sumarse.
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Lo inmutable en Bendis serán sus diálogos. Extensos y fluidos, sin arreglos literarios para ilusionar a los lectores, al contrario, son cercanos al mundo de las calles, al variado cotidiano, con un fin específico para cada expresión y referencia. Un aspecto que se conserva y mantiene calidad en sus trabajos actuales. Las verdaderas dinámicas entre personajes se encontrarán en las palabras que pronuncian (mudos en el papel), pues destacarán más que sus acciones frente al entorno o situación. Siempre se recordará con mayor importancia un apunte, historia o charla, que el desenlace de la historia. Y no es por menospreciar los finales, que destacan por fusionar todo el estilo del Jinx World: el negro reinante, el orden de las viñetas, las onomatopeyas, el tono y los diálogos justos para cerrar cada relato.
Cada comic merece ser tomado por separado, pues no son partes que dependan el uno del otro, pero juntos forman un estilo que construyó a Bendis hace más de una década:
Torso fue publicada entre finales del 98 e inicios de 1999, con un total de seis números. Para iniciar, hay que aclarar que, Torso, historia que Mark Andreyko ayuda a escribir, es distinta a sus compañeras. Es una lección de historia criminalística; basada en hechos reales y producto de una larga investigación en Cleveland, ciudad que es usada por Bendis varias veces como hogar de sus relatos. La historia sigue la larga e infructuosa investigación que buscó atrapar al “asesino del Torso” que aterrorizó a la población de la época. Es en este comic, donde encontramos el mejor uso del característico orden de viñetas (hay que revisar la magistral escena de interrogatorios: un rostro, un globo, una seña) y por supuesto, de los extensos diálogos que se apoderan de pagina tras pagina, un solo plano inmovible que espera paciente a las letras que no terminan de fluir.
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El inicio y final de cada capítulo es una distorsión que se aclara y empeora (respectivamente), transformando la percepción del lector, gritando que esta es su realidad ahora, que cada página es más mundo que el lugar donde se encuentra. El negro es dominante sobre el blanco, en muchos momentos inunda páginas enteras, ciegas y sordas, y en algún punto, deja ver sólo un hecho o un dialogo enterrado; un recurso narrativo que hace contener el aliento ante el siguiente giro argumental. Pero, así como exalta aspectos, también suaviza otros: el gore. Los cadáveres pierden su fuerza visual.
El suspenso y el misterio se comen el desarrollo del personaje principal: Elliot Ness, quien pierde profundidad, y fácilmente puede ser remplazado por mas estereotipos de “El tipo bueno” en el género. Aun así, Torso es compleja y supera los problemas de desarrollo de su protagonista, destacando por sus fuentes, clave para el tono realista: la biblioteca pública, el diario The Cleveland Plain Dealer y la hemeroteca da la universidad de Cleveland (quienes aportan diagramas de tatuado en el primer cuerpo encontrado, esquemas de la policía, fotos y paisajes de la época). Por tanto, unir la investigación y el tono de Bendis da como resultado lo que el mismo Todd McFarlane, creador de Spawn y presidente de Image Comics, considera “literalmente, uno de los mejores comics que he leído en décadas”.
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Fire, una historia de espías. Y traición. Los sucesos se ubican en el mandado de Ronald Reagan, cuya frase “No te fíes de la CIA”, citada originalmente en Veil de Bob Woos, introduce el primer número y ubica el antagonista. Las viñetas nos introducen al mundo de los “agentes desechables”. La historia de espías recibe influencias de la literatura: “Crossfire” de Jim Morrs, “El espía que surgió del frio”, “la casa Rusia”, “Calderero, sastre, soldado, espía”, “The nightmanager” de John le Carré y “Camelot” de T.H. White.
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Es una historia corta en comparación a las otras publicaciones del Jinx World, pero introduce nuevos elementos, como extensos monólogos, que tienden a perderse entre una y otra caja de texto, tan abundantes, que no dejan espacio a las páginas llenas de negro vistas en Torso. Toda una pena, pues los giros y sorpresas de una historia de espionaje merecen (con mucha razón) el mismo tratamiento, con recursos de organización mucho más atrevidos de los que usó Bendis en esta obra.
Bendis usa Fire para aventurarse en un terreno característico del género pulp: la Femme Fatale. Ella se llama DD, y su desempeño en la cama es el único evento que puede silenciar los globos y cajas de dialogo. Sus acciones en el mundo de las sabanas reinadas por la lujuria realiza un milagro: trae de nuevo las páginas llenas de negro, de oscuridad, desorden.
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AKA Goldfish aterriza a Bendis en el terreno del crimen organizado y lo callejero, dándole cabida al tema del pasado como objeto argumental. “Los viejos tiempos siempre vuelven para morderte el culo”. El argumento del comic gira en torno a una vieja pareja separada por la traición, al mejor estilo pulp: David Gold (AKA Goldfish) vs Lauren Bacall; esta ultima cumple el papel de Femme Fatale, sin antes sumarle su faceta como líder de la mafia, un personaje realmente odiable, y no porque esté mal desarrollada, todo lo contrario, Bendis pone ante ti un antagonista que desprecias con cada acción y palabra, pero terminas por no olvidarla. El protagonista y los personajes son típicos estereotipos de la novela negra, pero sus detalles y diálogos, fácilmente pueden convertirlos en los padres del género.
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AKA Goldfish cumple un papel importante al establecer un elemento primordial para cualquier universo de novela negra: Aquel bar de perdición en que todos convergen, en este caso, el Club Cinderella. ¡Tardó Bendis en introducir tan necesario ambiente! ¡El Undertow de Brubaker en Criminal, el Kadie’s de Miller en Sin City! sin esto me atrevería a lanzar el Jinx World al olvido, pues no sería una serie noir decente sin este dantesco lugar.
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Es el trabajo más notable del Jinx World, su estructura, diálogos, historia y personajes son el desarrollo más completo y cercano al noir, una muestra para toda la historia sobre lo que es narrar un relato de crimen. Un clímax que se resume en un arma en manos de una bomba de tiempo, en un disparo, en una bala y seis páginas llenas de mil sensaciones y blasfemias ante tan intenso ritmo.
Un personaje tan complejo como Goldfish no podría quedarse en una sola miniserie, por ello, Bendis publica el trabajo que daría nombre a toda su serie: Jinx. A modo de precuela, establecería todos los elementos definitivos, sumando el humor y la heroína femenina en forma de caza recompensas, el uso del flashback es lo más atractivo de la historia, el dolor del pasado y su papel para crear una mujer dura en la calle, pero débil en la habitación. Una historia, que funcionando como un tributo a “el bueno, el malo y el feo” de Sergio Leone, tiene su fuerte en la protagonista, dejando que el resto de aspectos, aunque destacables y de gran calidad, pasen a un segundo plano, añorando ver una vez más a Jinx.
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¿Dónde sobrevive hoy en día esta faceta de Bendis? En Powers, su serie detectivesca en un mundo de súper héroes. En Alias, primer título en abrir la línea MAX, donde encontramos la sucesora a Jinx. En su etapa en Daredevil: Crimen, calles y vigilantes. En su actualmente inconclusa Scarlet, de nuevo haciendo un gran trabajo con los personajes femeninos. En los largos monólogos de Spider-Man. El escritor puede ser ahora mismo uno de los nombres más sonantes en la industria Mainstream del comic, pero está lejos de quedarse enfrascado en ella, pues sigue tomando espacios para expresar todo su potencial. Entrar al Jinx World es, en definitiva, abrirse a un capitulo olvidado y poco conocido de la novela grafica, la novela negra y, por encima de todo, de las buenas historias.

ALIAS “TRIPALMERA” O “PEZGORDO”, OTRA MANERA DE QUE LO LLAMEN A UNO EN LA CALLE.


Por
Andrés Romero Baltodano




Quien creería que cuando conoce a alguien y presenta con su “nombre de pila” (expresión que se refiere a la pila bautismal) y sus apellidos, pasado el tiempo, cuando la relación se hace más profunda y el cariño surge entre las dos personas, se empeñan en buscarse generalmente un nombre hipocorístico (del griego hypokoristikos=acariciador) que de acuerdo a la lengua recorta, suma o hace un giro metamórfico del nombre original. Ocurre en los rodajes de películas, que al estar ya una semana juntos en una sola locación, es muy difícil escuchar que entre los miembros del equipo se nombren por aquellos nombres de origen alemán como Alberto (cuyo sufijo “berto” significa brillante y se relaciona con al guerra) o María de origen Arameo (los antepasados de los ahora cuestionados Libios, Jordanos o Iraquíes) ya que los diminutivos o superlativos convierten el cariño momentáneo en nombre.
Así los Antropónimos (nombres) se han generado a partir de miles de razones y tienen que ver con los lazos que se dan por territorio o apelativos o denominadores de algo o alguien.
Pero si los nombres y los apellidos que vienen de diversos orígenes (toponímicos, patronímicos, de oficios, apodos con influencia en la inquisición y otros castellanizados según varios textos de historia de los apellidos), se instalan en la sociedad como una forma de identificar a los ciudadanos de cada territorio, esto queda un poco para la oficialidad de la” tramitología” (enfermedad contemporánea para la cual cada vez esta más lejos una cura efectiva) los verdaderos nombres que las personas usan en su intimidad y en las relaciones amistosas son otros (de hecho muchas veces los avisos mortuorios aclaran que el muerto no era Claudio Hernando Jiménez sino que lo ponen en su exacta dimensión: el señor Claudio “Temblores” Jiménez ha muerto y así muchos de sus conocidos identifican aquel cadáver).
Pareciera que los nombres, que entre otras no son escogidos por cada “paciente” (o sufriente en algunos casos, que tiene que cargar toda la vida con esa “cruz” de un nombre foráneo a sus intereses o sus gustos), sino por sus padres, quienes a partir de millones de caprichos, gustos, homenajes, esnobismos, altisonancias, familiaridades o sinrazones, le “siembran” uno, dos, tres o cuatro nombres, se hicieron solo para las oficinas, colegios, notarías, actas de defunción o registros civiles y todo organismo que propenda por el orden y la exactitud de la toponimia.
Pero en la vida diaria, el nombrar a alguien por su nombre a secas, pasa a ser casi un “isnsulto” leve, en la medida que cuando las madres están demasiado enojadas con sus cachorros, los nombran con todos los nombres, sin ningún apelativo ni medianamente cariñoso.
Es aquí donde aparecen las “máscaras del nombre” lo que la policía llama “alias” (estarán enterados de su origen del latín “Alia nomine cognitu” conocido por otro nombre como?) y en las calles se llama apodo (en Colombia en las costas son unos verdaderos magos para esta ciencia de la toponimia popular) y en el mundo virtual “nickname”, en el arte entra en la categoría de pseudónimo (se diferencia del apodo en que se supone es secreto) y sobre este concepto será el pseudónimo de Superman Clark Kent? o el de Spiderman Peter Parker? .
Qué de secreto tienen las identidades “secretas” que se puedan denominar pseudónimos? El arte, así como la política de la “otra orilla”, es pletórico en pseudónimos, que al indagar tienen miles de raíces.
Un tipo de pseudónimo es el denominado “Nomi de guerre” creado por la Legión Extranjera Francesa (pioneros de la “bella” costumbre de crear mercenarios de todo tipo, en guerras regulares o irregulares, desde el siglo XIX) y que posteriormente fueron adoptados por nombres alternos que usan militantes de organizaciones como ETA, IRA, EZLN y otros, donde sus militantes adoptan estos pseudónimos de guerra (recuerdan nuestra criolla “Chiqui” del M-19?).
Los pseudónimos no sólo son usados por brillantes escritores ni actores hollywoodenses, sino también por deportistas que se autodenominan “kid” (recuerdan al famoso cubano Kid Chocolate? o a nuestro malogrado Kid Pambelé?) o “pelusa” o “la bruja” o “la pulga” o etc.
Los pseudónimos no solo se dieron por cariño o por tratar de esconder la verdadera identidad, sino que en el caso de las mujeres (género dominado y excluido de las historias del arte en general) han tenido que usarlo para poder ser visibles como en los casos de George Sand y James Tiptree Jr. (Alice B. Sheldon).
Y de allí se derivan miles de personas que en el arte son conocidas por un nombre y su nombre notarial nunca fue conocido sino por un despistado ciudadano de Oregón que les compró el carro.
La Moviola les presenta algunos de ellos:
Balthus (pintor de lo erótico con pseudónimo) era en realidad Balthazar Klossowski.
Máximo Gorki (dramaturgo férreo y terrígeno) era en realidad Alexei Maximovich Peshkov.
Barba Jacob (poeta colombiano de las luces y los balcones rotos) era en realidad Miguel Angel Osorio.
Madonna (el icono de la música gay) es en realidad Louise Verónica Ciccone.
Jean Sibelius (un finlandés que hace temblar los oídos con su música) es en realidad Johan Julius Christian.
Virginia Woolf (escritora inglesa que nos hace sentir “las olas”) era en realidad Virginia Stephen.
Le Corbusier (el arquitecto de la poética del espacio) era en realidad Charles Edouard Jeanneret.

Y aunque en nuestro país estemos más acostumbrados a los alias (gordo lindo, monoleche, HH, Popeye, etc) es interesante ver como muchos nacen llamándose de una manera y resultan conocidos por toponimias populares, secretas o simplemente que suplantan hasta su sexo (en la cédula se llaman Jaime, etc) pero en la noche oscura toman el nombre de Xiomara).
Los pseudónimos: el “lado oscuro de la luna” de tantos, que no cabrían en los dedos de la mano.

Un libro, una película y un amor que persiste: acerca de trenes rigurosamente vigilados



Por Rubén Darío Higuera
Especial para La Moviola
Comunicaciòn Social





La vi por primera vez en 2004, una noche de septiembre, en un salón oscuro. Recuerdo la fecha con exactitud porque los grandes encuentros, tanto como los grandes amores, son imborrables. La sala estaba llena de mujeres jóvenes, en su mayoría estudiantes. Yo estaba allí para hacer lo que acostumbraba a hacer mientras era estudiante de música y perdía paulatinamente mi irresponsabilidad de querer ser pianista: veía cine. Lo veía a diario. Me había acostumbrado a él gracias a una enfermedad pasajera que me dejó en cama durante dos meses y con la que, para mi bien, según algunos médicos, era conveniente el reposo, con lo que se me recomendó ausentarme de los libros y la lectura. Entonces, sin más remedio, cedí al cine. A diario veía películas, cuatro, seis; incluso llegué a ver ocho en un solo día. Bien lo recuerdo: en la mañana Bresson con su Les Dames du Bois de Boulogne (1945) y la genial Un condamné à mort s'est échappé (1957) Ya al borde del medio día Sunset Boulevard (1950) de Billy Wilder, película con la que ha surgido una alianza indestructible, pese a los años, y a la que me he mantenido fiel. A esas alturas del día, mis ganas por ir a la biblioteca en busca de algún libro eran demasiado fuertes, pero la vigilancia constante de mi madre, inteligente como es, impedía que ese amor me perjudicara. Un día, bien lo recuerdo, me dijo que empezara a leer relatos hasta que el dolor de cabeza fuera aplacándose, y ella misma trajo, no sé desde que librería, un ejemplar bellísimo de los cuentos completos de Nabokov. Y así empecé de nuevo mis relaciones con la literatura, esa mala amante de la que no he sabido ni he querido nunca separarme. Pero volvamos de nuevo, démosle final a ese día en que mis ojos adheridos en el asombro completaron una jornada frente a la pantalla del televisor sin que me levantara un momento de mi cama. La cuarta película fue Wild at heart (1990) del polémico, para mí impoluto, director norteamericano David Lynch. La cosa es que así seguí toda la tarde y gran parte de la noche, y de esta forma fui conociendo ese universo de luces, bandas sonoras y planos, que yo, muy injustamente, había desconocido, pues siempre me había negado al cine por una razón que aún hoy sigo desconociendo. Esa misma tarde descubrí al culpable de mi encadenamiento con el séptimo arte: Jean Luc Godard. Vi cuatro de sus películas: Le petit soldat (1963) , Vivre sa vie (1962), con la que descubrí mis primeras lágrimas cinematográficas y el encantamiento verdadero de un hombre convertido en quién sabe qué cosa; Bande à part (1964) , película con la que me enamoré de un imposible: Ana Karina; À bout de soufflé (1960), con la que maldije los amores imposibles y los posibles, y en la que descubrí que la poesía está, puede estar, también en unos ojos de mujer.
Así que vean no más, aquella noche de septiembre yo estaba inmerso, ya, en una de mis adicciones, la menos fuerte, claro, porque hay otra (aquella mala amante) que ha empezado a envejecerme y a robarme el sueño. Y entonces la vi por primera vez, llena de gracia, de humor, de trágica comedia. Su nombre: Trenes rigurosamente vigilados (1966). Jiri Menzel su director. Me enamoré en seguida, con las primeras imágenes y la voz en off de un joven cuyo nombre es Milos Hrma, pero más me enamoró su deseo, ese espejo que me proyectaba sin vanidad ni zozobra, Milos Hrma deseaba, al igual que sus antepasados, no hacer nada salvo estar en un andén haciendo señales y evitar, de esta forma, todo esfuerzo, mientras otros tienen que pujar y sudar, por esto, el joven Milos asiste a un curso de transportes para ser controlador de trenes. Pasan imágenes, transcurre la historia; una historia sencilla en un marco de guerra, pues a ese país en el que suceden las cosas, los nazis, ese cáncer del salvajismo y osadía, lo están invadiendo. Se libra entonces una guerra, la segunda mundial de la que los personajes apenas llegan a enterarse debido al escenario lumpen en el que trabajan, una estación de trenes apartada, pequeñita e insignificante.
Pero Trenes rigurosamente vigilados ( Ed. en 1965) es también un libro, una bellísima novela escrita por Bohumil Hrabal, un hombre que se dejó cautivar siempre por las cosas sencillas de la vida, hacedor de una literatura limpia, sin grandilocuencias ni excesos, que ha sido, al lado de Milan Kundera, uno de los mayores exponentes de la literatura checa de la segunda mitad del siglo XX. Durante la lectura de esta novela el lector no podrá separarse nunca de la comedia que sucede dentro de la estación de trenes en donde nos encontramos con personajes variopintos que dibujan, con exactitud, la miseria de los hombres y cada uno de los individuos en medio de una guerra. Un jefe de estación que cría palomas en el techo de su lugar de trabajo; Habička un hombre que se recrea en la admiración del cuerpo de las mujeres y que, mientras las ve y habla de ellas, va filosofando, tejiendo y destejiendo sus amores y su mismísima existencia; una telegrafista atractiva y torpe; un narrador (el mismo Milos de la película) que entregado al descubrimiento de los placeres de la vida, desde la quietud de una estación, conoce la desventura amorosa y la ilusión sexual que se convierte en su tormento.
Al libro llegué años después, luego de varios intentos, todos vanos, de buscarla en las librerías de mi ciudad. Nunca me di por vencido. Hace poco una mujer (¡Ay las mujeres! y sus favores) viajó a Argentina y le recomendé el libro que allá, le dije, con seguridad estaba. Y estuvo, lo encontró en una librería no muy cercana del lugar en el que dormía. La buscó, la encontró y hoy está en mis manos. Nunca dejaré de agradecérselo. Yo a Hrabal lo había leído anteriormente y estaba seguro de que no descansaría hasta adquirir su, según los críticos, su mejor novela. Leí de él Una soledad demasiado ruidosa (1977) , y la fascinante obra Leyendas y romances de ciego (Ed. 2000) de la que jamás he escuchado ni leído crítica alguna, gracias a Dios. Bien saben los que me conocen, que son pocos, que yo no hago caso, más bien desdeño, a los críticos, ni tengo en cuenta sus comentarios surgidos por la falta de oficio. Leí a Hrabal y me gustó tanto como cuando descubrí el cine de Jiri Menzel. De ellos me enteré, poco después, que habían hecho más colaboraciones artísticas aparte de la adaptación cinematográfica de Trenes rigurosamente vigilados, la novela de Hrabal. Supe entonces de la existencia de otra película, Alondras en el alambre (1959) , que tenía que ver con un relato perteneciente al libro Anuncio una casa donde ya no quiero vivir (1965) del escritor checo, y me enteré, asimismo, de la adaptación cinematográfica de una de las novelas más exquisitas de Hrabal, Yo serví al rey de Inglaterra( 1982) . De uno y de otro no he podido separarme, Menzel me enseñó que se puede hacer cine de denuncia política con la fantasía ampulosa del amor en una habitación oscura, y Bohumil Hrabal me dio una de las enseñanzas que más atesoro desde el primer día que tuve un libro suyo en mis manos, que a menudo las grandes obras tanto como la más atractiva belleza, carecen de maquillaje. Y uno, tanto como el otro, me enseñó que se puede ser feliz en la tristeza o, mejor, que se debe ser feliz en ella.

ENTRE LA INOCENCIA Y LO TÉTRICO

Ilustraciòn de Mark Ryden




Por
Nathaly Gómez Prado

Especial para La Moviola



¿Es la infancia la etapa de la vida más inocente e ideal? ¿Cuántos no se resisten ante la risa de un bebe o sus travesuras? ¿Qué se esconden detrás de los rostros angelicales de los niños?.
Si pensáramos en la dualidad de la infancia, muy pocos la compararíamos con algo cruel o burlesco, solo nos detendríamos a pensar en la inocencia, como algo puro que se adquiere los primeros años de vida, pero pocos nos imaginamos lo que ocurre en cada una de esas ‘’cabecitas’’ y la magnitud de su imaginación, influenciada hoy en día por el consumo y el mundo al que se exponen.
Sin error a equivocarme diría, que uno de los artistas que ha logrado ver la infancia desde todos sus ángulos hasta los más oscuros, es Mark Ryden, pintor estadounidense nacido en Medford, Oregon en 1963. Los protagonistas de sus pinturas y dibujos son niños, en espacios que recuerdan los cuentos infantiles y rodeados de juguetes y animalitos tiernos, que resaltan aun más su papel de infantes. Ryden junto con un estilo surrealista pop o Lowbrow art, nos rompe esa inocencia con símbolos que evocan dolor, erotismo, crueldad y devociones de toda índole.
Los ojos grandes y las miradas de los personajes, son las miradas del propio autor que entiende el mundo de los niños y sus emociones.
Mark se graduó del Art Center College of Design, en Pasadena, California, en 1987 y obtuvo título de Ilustrador. Sus trazos son perfectos, juega con la proporción en los cuerpos y estos en comparación con los espacios y objetos, con los colores, mezcla los tonos pasteles de la infancia y los tonos fuertes para resaltar las realidades en los que se ven involucrados los niños y sus emociones.
Cada personaje vive su propia historia inundada de imágenes, vivencias e íconos que los aleja de su propia vida de niños y los obliga a ser observadores de una realidad que hasta los mismos adultos tratan de esconder, eso es lo que Ryden quiere expresar mediante el contraste de lo tétrico y lo ingenuo, los sueños y las fantasías que crean un mundo surreal donde todo es posible y los sentimientos aflorar hasta su máxima expresión, esto nos recuerda y nos da una clara influencia de Lewis Carroll, afamado autor de Alicia en el país de las maravillas y que al igual que en las pinturas de Ryden nos involucra en la mente caótica y existencialista de los niños.

Los años 80’s ven crecer la fama de este gran autor, es una década que le sirvió de inspiración por la religión, la modernidad, los avances tecnológicos, los comics, etc.
1 “Creo que para conseguir ideas hay que nutrir el espíritu. Me lleno de todas las cosas que me gustan: fotografías de insectos, pinturas de Bouguereau y David, libros sobre Pheneous T. Barnum, películas de Ray Harryhausen, fotografías viejas de gente desconocida, libros infantiles sobre el espacio y la ciencia, ilustraciones médicas, música de Frank Sinatra y Debussy, revistas, televisión, Jung y Freud, Ren y Stimpy, Joseph Campbell y Nostradamus, Barbie y Ken, alquimia, masonería y budismo. Por la noche, mi cabeza está tan llena de ideas que no puedo dormir. Las mezclo y creo mi propia doctrina de la vida y del universo.” Mark Ryden

Gracias a su peculiar estilo, grandes artistas han pedido que reproduzca las caratulas de sus discos, como Red Hot Chili Peppers, Ringo Starr y Michael Jackson (para su álbum Dangerous). En el cine y la literatura ha colaborado para artistas como Stephen King en la portada de su libro ‘’Desesperation’’ y Tim Burton con afiches de sus películas.


A pesar de lo agradable que resulta a la vista sus pinturas, el mensaje de su obra, hecha con técnica surrealista, siempre será una crítica a la sociedad moderna, que en este caso afecta directamente a aquellos quienes aprenden y copian todo con más facilidad sin poder elegir.
Los sueños deben reflejar las cosas buenas que deseamos para nuestra vida, estos los creamos a partir de una realidad a la que nos sometemos a diario, pero hoy en día, estamos al borde de convertir esos sueños en pesadillas de una memoria colectiva que solo se satisface con las cosas que dan una felicidad momentánea.


http://www.markryden.com/

CAMINAR, RESPIRAR, ESCUCHAR, OLER, LA LLUVIA, SENTIR Y GRITAR POR LO HUMANO.

Imagen de una acciòn de Jacobo Borges


Por
La Santa y la Sangrona
Colectivo Humana Mente Animal
Especial para La Moviola






El cuerpo como gran expresión de libertad, vivir en una ciudad, en un lugar y con miles de ojos encima y alrededor, el cuerpo como cuerpo, no como objeto. Es la materia que se integra, desintegra, construye y destruye apropiando los elementos que lo acechan. Es un ser vulnerable que retorna, siente y se carga de la energía citadina para transgredir y despertar instintos humanos pero olvidados, estar desnudo en medio de los vestidos y trajes que enmascaran, oler la sangre cuando los olores que nos traicionan quieren aparentar belleza ocultando la propia, llorar o reír donde no es permitido, donde sentir es ahora solo para débiles.

¿Qué tiene que ser un hombre?

¿Qué es la mujer?

¿Qué rol prefieres?

El Performance implica aspectos que siempre han estado entre nosotros, esta práctica artística nace como un alto a la represión, a la incesante guerra, surge como una forma directa de involucrar al espectador en las ideas, trastornándolo y de alguna manera complaciéndolo. A lo largo de la historia del performance como manifestación del arte occidental que tiene sus raíces en corrientes como el dadaísmo,futurismo y el accionismo vienes , nos encontramos con diferentes manifestaciones e interpretaciones producidas en muchas partes del mundo y con variadas formas de expresión. Los futuristas italianos ( a partir del Manifiesto publicado en Le Figaro en 1909 de Filipo Tommaso Marinetti poeta italiano 1876 –1944) abordaron el performance en sus inicios desde la música de ruidos, los movimientos mecánicos en el ballet con la hermosa interprete Valentine de Saint – Point única futurista que actuó en Nueva York, en el Metropolitan Opera House en 1917, compañías de danza, música de Stravinsky y propuestas plásticas de Malevich, el teatro sintético, las variantes del circo moderno entre otros. Los dadaístas y posteriormente los surrealistas en el París de los años 20s continuaron con las veladas y presentaciones que hablaban desde lo político y lo social a un público que aun se conforma y resigna, artistas como George Grosz, se manifestaron y colaboraron con la proclama de la anarquía dadaísta. Luego de esto y tras mas acontecimientos, el performance coge cada vez más fuerza y aceptación dentro del arte, siendo los años sesenta y setentas escenarios amplios para la acción. Artistas que marcaron el arte contemporáneo como Marina Abramovic performer serbia que ha trabajado intensamente durante más de tres décadas explorando la relación entre su cuerpo y el espectador, Allan Kaprow, Jim Dine, Wolf Vostell, todos analizando los límites de la mente, y entendiendo la conexión de su cuerpo como medio primordial de expresión. Joseph Beuys se reencuentra con lo sagrado y con lo espiritual, contraponiéndolo a la atrocidad de esa mancha negra y poderosa que clasifica, numera y destruye: La guerra.

La exposición Arte ≠ vida: Acciones por artistas de las Américas, 1960-2000, traída del por el museo del barrio de Nueva York www.elmuseo.org, a las salas de exposiciones temporales del banco de la república http://www.banrepcultural.org/arte-no-es-vida/inicio, hace un completo y amplio recorrido por las acciones realizadas en diferentes países de las Américas desde los 60s hasta el 2000. En este recorrido, países como Brasil, Argentina y la comunidad de Chicanos toman gran partida de los hechos y acciones con una fuerte carga política y transgresora. Para estos artistas el cuerpo es un vehículo sensible de demanda producto de las dictaduras, desigualdades sociales e impunidades que han agobiado las Américas por los siglos de los siglos. La curaduría de Deborah Cullen organiza la exposición por temas centrales; El destructivismo como tendencia natural del hombre que cada vez está más cerca de su autodestrucción, como reflexión de un mundo que destruye a grandes bocanadas todo lo que ve. Raphael Montañéz Ortiz artista neoyorkino, fundador del museo del barrio y participante activo del primer Simposio de la Destrucción en el arte, nos muestra su obra Hallazgo arqueológico # 21, 1961 en donde expone un colchón totalmente destruido provocando una reflexión sobre la misma vida, sobre los actos humanos. Ante este movimiento Kristine Stiles, anota: “La destrucción del arte da testimonio de la condicionalidad tenue de la supervivencia, es el discurso visual de la supervivencia. Es el único intento en las artes visuales que lidiar seriamente con la tecnología y la psico-dinámica de extinción reales y virtuales, una de las pocas prácticas culturales para corregir la falta de debate general sobre la destrucción de la sociedad”.

Los artistas neo concretos brasileros exponen una bella mirada poética, defienden la libre experimentación, la subjetividad, la creación desde lo humano y no desde procesos industriales, involucran al espectador y se oponen ante la unión del arte y la vida como única forma. Artistas como Helio Oiticica fundador del movimiento cultural de los 60s llamado Tropicalia y fundador del grupo Frente (1954 – 1956), junto con Lygia Clark, Lygia Pape “El arte es la mínima forma de conocimiento del mundo”, con la obra o ovo de 1967. Todos ellos incentivados por su contexto, por un momento, por unos ideales claros y por la pasión y la convicción del arte. Los conceptos cuerpo – tierra y espíritu nos llevan a pensar y a mirar la obra de la cubana Ana Mendieta con la serie de performance en video en los que se integra, funde, altera y deja huellas con su cuerpo vulnerable, se une con las fuerzas de la naturaleza. En cuanto a colectivos con intereses meramente políticos destacamos a Tucumán Arde grupo de artistas plásticos rosarinos que trabajaron por un año en pro de los trabajadores y sindicatos de caña de azúcar de la región de Tucumán, victimas del monopolio y la farsa del gobierno. Este colectivo señala y juzga con pruebas y causas las injusticias por medio de acciones políticas.


Esta situación y otras que podemos encontrar en la acciones recopiladas por Arte ≠ vida, siguen pasando casualmente en nuestros territorios que cada vez son menos nuestros en la medida de la pérdida de identidad, en la falta de conciencia y reacción, estos artistas son solo unos cuantos que actúan, proponen reflexiones al espectador y lo invitan a salir y a decir su inconformidad por medio de vehículos tan cercanos a nosotros mismos como el cuerpo, la voz, la vida, la muerte, el dialogo, el encuentro con lo natural, con lo primitivo que dan paso al arte como practica vital en el hombre, y como válvula de escape de la cotidianidad, que absorbe y limita. A través de nuestra experiencia con el cuerpo y las sustancias animales, encontramos una salida, una forma de mostrarle a esta ciudad agresiva donde la eficiencia tacha al amor y nos quiere hacer productivos.

¡Produzcamos entonces miles de desechos, sigamos llenando los bancos y los bolsillos de quienes no lo necesitan, para que volteemos la cara a nosotros mismos y sigamos en esa línea recta, incolora impuesta y descompuesta!

Fotógrafo de Guerra

Suiza (2001)

lunes 14 de marzo, 12m

Auditorio Jaime Michelsen U.

ENTRADA LIBRE!!


Sinopsis

El protagonista es el fotógrafo estadounidense James Nachtwey, sus motivaciones, sus miedos y su rutina diaria como fotógrafo de guerra, considerado por muchos como el mejor y más valiente que ha existido. No se trata de un aventurero rudo sino de un hombre discreto, reflexivo y algo tímido.

En los últimos 20 años ha estado en todas las guerras y probablemente ha presenciado más sufrimiento y muerte que cualquier otra persona en el mundo. El director lo ha seguido durante dos años en los frentes de batalla de Indonesia, Kosovo y Palestina; usando micro cámaras especiales colocadas sobre la cámara fotográfica del protagonista, hace posible conocer al famoso fotógrafo en el momento decisivo de su trabajo.

(Tomado de http://www.grupochaski.org)

Ficha Técnica

Título Original: War Photographer

País: Suiza

Año: 2001

Género: Documental

Guión: Christian Frei

Director: Christian Frei

Inerpretación: James Natchwey, Christiane Amanpour, Hans-Hermann Klare, Christiane Breustedt, Des Wright, Denis O´Neil

Fotografía: Christian Frei, Peter Indergand, Hanna Abu Saada

Producción: Christian Frei

Duración: 95 min.

El director (Christian Frei)

Christian Frei nació en 1959, en Schönenwerd, Suiza. Estudio Medios Visuales en el Departamento de Periodismo y Comunicación de la Universidad de Fribourg.

En 1997, rodó su primer documental largo, Ricardo, Miriam y Fidel, la historia de una familia cubana que se encuentra dividida entre su lealtad a los ideales revolucionarios y el deseo de emigrar a los Estados Unidos.

En el 2001, su película Fotógrafo de Guerra (War Photographer) siguió al reportero gráfico James Nachtwey durante sus diversas misiones. El film fue nominado como “Mejor película documental” en los Academy Award y ganó en 12 Festivales de Cine a nivel mundial.

Los Buddhas Gigantes (The Giant Buddhas), su tercer documental, gana en el 2005 el Silver Dove en el Festival de Cine de Leipzig y entra a participar en el Festival de Sundance en Toronto.

En el 2009, su más reciente documental Turistas del Espacio, (Space Tourists), recibe nuevamente invitaciones a numerosos festivales y participa en Amsterdam y Sundance, donde su película es la primera de origen suizo en ganar el "World Cinema Directing Award".

Entre el 2006 y el 2009 fue presidente de la Comisión de Cine Documental (Documentary Film Commission) del Ministerio de Cultura de Suiza.

Desde Agosto del 2010 es presidente de la Academia de Cine Suizo.

Vive y trabaja en Zurich.

Filmografía

Space Tourists (2009)

The Giant Bhuddas (2005)

War Photographer (2001)

Ricardo, Miriam y Fidel (1997)