EDICION 55
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Junio 1 - Junio 15
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El MAXXI o la historia de un barco que zarpa con las velas de la imaginación


Por

Diana Ovalle

Corresponsal La Moviola

Roma (Italia)






Una joven ha preguntado a la joven escultora Cristina Falasca que quería decir su obra. (retazos de arcilla, yeso, bronce) que gesticulan la idea de una forma. Pues bien, la escultora, responde: “ Mi intención no es darte un dato representativo de algo existente, yo te doy una indicación que responde a una exigencia de mi imaginación y a la imaginación de quien se acerca a mi escultura. Esta evaluación podría valer para un sin fin de teorías y elementos del arte y me acerco al motivo de la imaginación como índice de percepción latente en los sentidos del cuerpo humano. Imaginación viene del verbo en latin imaginatĭo, -ōnis, y en la antiguedad su sostituto era la fantasia, como capacidad de representar cosas existentes manipuladas por la mente y los sentidos”
.
La imaginación es una de las primeras sensaciones que despiertan de frente a la insólita e insolente arquitectura del MAXXI, Museo Nazionale delle Arti del XXI sec. (Museo Nacional de las artes del XXI siglo) en Roma; el cual ha abierto sus puertas al público con la voz “We are open” el 30 Mayo 2010; como templo de inmenso valor para el mundo del arte y arquitectura contemporánea dejando con su caminar infinitas centellas, luces, plumas de un vuelo abierto que hoy se descubre en toda su expresión. Concebido por la arquitecta iraquesa Zaha Hadid, premio Pritzker 2004 y autora entre otras de las “Torres que danzan” ('Dancing Towers', Business Bay, Dubai) – donde pies y manos se amarran a una flecha que apunta la dirección del viento, del (Rosenthal Center for Contemporary Art en Cincinnati)- y la idea de imaginar sombras entre collages de espejos; Zaha Hadid es reconocida junto al arquitecto Frank O. Gehry (se recordaran sus formas abiertas, onduladas que se dilatan en el espacio como plantas en un cyberespacio- El Guggenheim Museum en Bilbao, - Weisman Art Museum, Minneapolis), por ser exponentes de aquella corriente arquitectónica el -desconstructivismo- el cual desintegra las formas legadas al purismo, por un explosiòn de los sentidos, que en cierta medida nos hablan del barroco y su insinuante y provocativa aparición a los sentidos donde el espectáculo se abre con el rumor y la poliformidad sujetos a una experiencia visble .
Desde la esquina de la misma vía los árboles y la profundidad de la perspectiva nos acercan lentamente a su entrada, caminamos unos pocos metros y ante nuestra mirada se alza de frente a una estructura que supera en ancho y largo las habitaciones que la rodean, el silencio recoge impresiones abriéndonos a un espacio inmenso que se suspende apoyándose al azul del cielo, las coordenadas pierden su función y el valor persiste en el centro de nuestros pasos y movimiento de nuestros ojos, el espacio nos rodea y nos libera guiándonos lentamente con su textura por los horizontes que la encierran; situado en la Vía Guido Reni 4a, Roma (y Roma como una planta de pie que reitera la propia historia, huella tras huella) el MAXXI después de 15 anos ve la luz descubriendo su propia colección que presenta entre otros la instalación “Escultura de Linfa” de Giuseppe Penone ( 2006) , acercándonos a la materia de nuestra naturaleza; las esculturas de Lucio Fontana “Concepto espacial -naturaleza”( 1959) , la fotografia de Thomas Ruff como cabinas de un mundo disfrazado de mundo, los dibujos de la pareja Gilbert and George, rasgan poesía con la mina sutil de un cuerpo que danza dentro el azul.

El MAXXI además da su primer paso con la gran retrospectiva dedicada al artista Gino De Dominicis, donde la ironía -difícil de aceptar en un mundo que no le cabe la sonrisa ni por los codos y donde las armas suben al poder como gallos de pelea- es el arma y respuesta a una civilización encantada por la amnesia de los sentidos. Bajo la plaza-hall de frente a la entrada del museo posa el esqueleto gigantesco “Calamite Cosmica” (Imàn Cosmico) (1987) del mismo artista De Dominicis (1947-1998) , recurriendo a la ambigüedad de la representación, genera algunos saltos cuando en la misma instalación se descubre una tal nariz de Pinocho y sobre un hueso de lo que una vez pudo pertenecer al dedo anular de la mano se clava la punta de una asta vertical que mira la immortalidad. De Dominicis como artista armó y desarmó desde los anos 60' hasta su muerte 1998, el rostro de una humanidad ausente de frente a la reacción. Sus perfomances, instalaciones, fotografías, dibujos, esculturas, pinturas, son el acto de una desesperada necesidad por despertar en la vida, conduciendo los sentidos a actuar con la razón; rasgando los parametros de lo “permitido” para expresar en mil formas un solo pensamiento que corre de puerta en puerta sospechando si la materia alcanza el perfume del espíritu.

Salimos cuando Roma se prepara para morder la noche con una sonrisa vaga y la sensación un vuelo sin escalas a la arquitectura y al ret de nuestro siglo XXI .

Marvel Moreno: una búsqueda desde la escritura Introito de Tres Reseñas (entrega uno)


RESEÑA LIBROS PARA SUS OJOS .



(entrega uno)

Por
Yury de J. Ferrer Franco
Universidad Distrital Francisco José de Caldas





Moreno, Marvel. Algo tan feo en la vida de una señora bien. Bogotá: Editorial Pluma, 1980.
Moreno, Marvel (1987). En diciembre llegaban las brisas. Barcelona: Plaza & Janés.
Moreno, Marvel (1992). El encuentro y otros relatos. El Áncora Editores.





En París nadie es importante. Yo no quiero ser escritora sino escribir, sencillamente... Un poco
Scherezada de Las mil y una noches, que contaba cuentos porque de lo contrario la mataban.
Marvel Moreno 1





A Marvel Moreno se le empezó a reconocer en el ámbito de las letras colombianas en 1987, cuando se publica En diciembre llegaban las brisas (Barcelona: Plaza & Janés); no obstante, en 1980, la ya extinta editorial Pluma había puesto en circulación en Bogotá, de modo por demás deficiente, un volumen de cuentos suyos titulados Algo tan feo en la vida de una señora bien, integrado por cinco títulos: “Oriane, tía Oriane”, “El muñeco”, “Ciruelas para Tomasa”, “La muerte de la acacia”, “La eterna virgen”, “La sala del niño Jesús”, “Algo tan feo en la vida de una señora bien” (que presta su título a la colección completa) y “La noche feliz de Madame Yvonne”.
Prácticamente desconocida por el público lector, esta obra no ocupa en su momento el lugar que le corresponde en el contexto de la literatura nacional, manteniendo a la autora en un anonimato que la distancia y el silencio terminan por afianzar, porque desde 1969 Marvel Moreno se radica en París, en una suerte de exilio voluntario, que culminó con su fallecimiento en esa ciudad, el 12 de junio de 1995.
Veintiún años antes de la publicación de Algo tan feo en la vida de una señora bien, los lectores de El Heraldo, diario barranquillero, leían con interés la noticia del momento, publicada en primera página:
La gentilísima reina del Carnaval Marvel Luz Moreno Abello, será coronada esta noche en brillante y original acto que se efectuará en el Estadio Municipal. En esta ocasión se han tomado nuevos temas para el espectáculo, de manera que puede asegurarse el mejor ambiente carnestoléndico en todos los detalles.2
La ceremonia estaba anunciada para el viernes 30 de enero de 1959 y “Marvel Primera” sería la estrella en los “Jardines del Sol Naciente”. En aquel entonces nada parecía indicar que el destino de esa muchacha, efímera soberana de un caótico reino temporal, fuera diferente al de tantas otras pertenecientes a su círculo de clase, destinadas a casarse “bien” y a envejecer frente a una familia de prole numerosa, sobrellevando una vida monótona y vacía, rota por uno que otro té canasta o alguna infidelidad conyugal del esposo o de la dama en cuestión, si la pasión o el tedio la llevaban a correr el riesgo de caer en garras de la maledicencia local.
No obstante esta serie de predisposiciones socio-culturales, el germen de un espíritu distinto corría ya por la sangre de “Marvel Primera” y el cauce que tomó su vida no la enredó en el matrimonio convencional, ni la confinó al mundo reducido de la élite local, cuyos intereses, es obvio, iban en dirección contraria a los de la futura escritora.
Después de casarse con un periodista modesto y además boyacense, hecho que en la Barranquilla de entonces configuraba un doble pecado para alguien como ella, Marvel Moreno dejó para siempre la ciudad y, en silencio, comenzó a escribir. Pues fue la escritura la corriente a través de la cual, ese espíritu distinto que le impidió enredarse y confinarse, encontró el verdadero camino.
Dos años después de su aparición en castellano, Algo tan feo en la vida de una señora bien fue traducido al francés por Editions des Femmes bajo el título de Cette Tache dans la vie d’une femme comme il faut (París, 1982), hecho que significa el inicio del reconocimiento que, en Europa, comienza a tener la producción literaria de Marvel Moreno quien se mostraba ya como una autora madura, con estilo y voz propios y dueña de una entereza e ironía que le permitían poner en entredicho los valores bajo los que fue formada, atreviéndose a cuestionarlo todo, asumiéndose como mujer y como escritora proveniente de un medio en el que había que alzarse con la voz para poder ser escuchada.
La edición francesa de Algo tan feo en la vida de una señora bien, circuló con rapidez y el nombre de la escritora comenzó a mencionarse en los círculos literarios parisinos, consolidando su popularidad en 1985, cuando Fina Torres, la entonces joven venezolana directora de cine, obtiene en el Festival de Cannes el premio “Cámara de Oro” por su Opera Prima: la película Oriana, basada en el relato Oriane, tía Oriane (1975) que abre el volumen de cuentos publicado por la autora barranquillera en 1980. El filme obtiene en ese mismo año el “Hugo de Bronce” en Chicago, el “Glauber Rocha” en Brasil y el “Catalina de Oro” en el Festival de Cine de Cartagena de Indias, Colombia, y esta circunstancia pone de nuevo, de un modo fugaz, el trabajo de Marvel Moreno en la escena literaria nacional.
Después de Algo tan feo en la vida de una señora bien, Marvel Moreno vuelve al trabajo silencioso, a la minuciosa elaboración de su universo inspirado en Barranquilla, una ciudad cuyo nombre nada dice a muchas de las personas que la rodean, pero constituye el microcosmos que ofrece a la autora todos los elementos para construir un gran retablo, el de la novela que aparecería siete años más tarde, bajo el título de En diciembre llegaban las brisas, fruto de un proyecto en que la escritora se había comprometido desde mediados de 1977, cuando dio por finalizado su libro anterior.

La novela, traducida al francés3 y al italiano4, ganadora del afamado premio “Grinzame-Cavour” y al Premio de la crítica para la mejor novela extranjera publicada en Italia durante 1989, reconstruye la vida de una ciudad, Barranquilla, cuya presencia es definitiva en la constitución del universo y los personajes de la obra literaria de Marvel Moreno.
Si Algo tan feo en la vida de una señora bien perfilaba la vida íntima de una ciudad y una sociedad a la que Marvel Moreno quería quitarle la máscara, arrancando de paso los antifaces de todas las ciudades y sociedades del mundo, intención que logra plenamente al terminar y publicar En diciembre llegaban las brisas, en El encuentro y otros relatos (1992), el avezado ojo femenino, enseñado a callar, guardar y esperar, entrenado para actuar con sigilo y en la sombra, reúne los elementos necesarios para mostrar una dimensión menos física y material de los hechos, para situarnos en el ámbito espiritual de las mujeres que desfilan ante el lector, exhibiendo sus maneras de sortear los escollos que le impone el enfrentarse a una sociedad ante la que, muchas veces, se encuentran maniatadas e inermes, pero frente a la que han comenzado a esgrimir sus armas.
Los lectores de Libros para sus ojos, encontrarán en las tres sucesivas ediciones, las reseñas de estas tres obras de la escritora barranquillera cuya producción breve y significativa está representada en dos volúmenes de cuentos y una novela que, como se verá, tienen un lugar muy importante en el contexto de la literatura colombiana contemporánea.

Un viraje a la nada, impresiones sobre la obra de Graciela Paraskevaídis.


Por Juan Camilo Vásquez

Especial para La Moviola





El pasado 27 de febrero en el Auditorio Teresa Cuervo del Museo Nacional de Colombia, El Ensamble CG, agrupación musical colombiana con más de una década de experiencia en la interpretación de música contemporánea, realizó un concierto en homenaje a la compositora argentino-uruguaya Graciela Paraskevaídis para conmemorar sus 70 años, aprovechando la corta estadía de la compositora en la ciudad de Bogotá. Paraskevaídis es sin duda una figura icónica para la música latinoamericana, en mi opinión uno de los personajes más activos y vitales en lo concerniente a la actividad artística y académica de los siglos XX y XXI, alrededor de medio siglo de obras, conciertos, estrenos, seminarios, cursos, ensayos, artículos, libros, discos y demás, dan muestra de su enorme capacidad productiva; su música y su pensamiento son reflejo de una personalidad fascinante de marcadas convicciones éticas y estéticas.
Hace aproximadamente cinco años escuché por primera vez una obra de Paraskevaídis, fue en un concierto del guitarrista colombiano Guillermo Bocanegra en el marco del Festival de guitarra de Compensar. El nervio de Arnold, nombre con referencia anatómica proveniente del nervio occipital mayor, es una obra compuesta en 1992, estrenada en su momento por el gran guitarrista uruguayo Eduardo Fernandez, dentro de las actividades del Núcleo Música Nueva de Montevideo (del cual hace parte activa Paraskevaídis). Es una obra fuerte, casi tajante, de pocos pero efectivos elementos; recuerdo muy bien el salto que pegué en ese concierto cuando el guitarrista, rompiendo el silencio sepulcral del auditorio (de esos que sólo se sienten justo antes del inicio de una obra), atacó una serie continua y regular de pizzicati “a la Bartók” en la sexta cuerda, mejor descritos como el acto de halar la cuerda para que esta golpee con violencia sobre los trastes de la guitarra. Ya se podrán imaginar la contundencia del resultado sonoro y por ende de mi reacción.
El impacto emocional que tuvo en mí la serie de estos (extrañamente) estruendosos ataques regulares (digo extrañamente por la naturaleza dócil y casi silenciosa de este instrumento), sólo fue superado por lo que sucedió después de finalizada la serie de ataques, un silencio aún más impactante que el previo al inicio de la ejecución instrumental, tan pero tan profundo, que permitió escuchar cómo se diluía segundo a segundo, centímetro a centímetro en la profundidad del espacio (tanto físico como sicológico), la resonancia del último de los ataques de la guitarra.
Ese impactante primer recuerdo de Paraskevaídis fue refrescado en el concierto de CG en el Museo Nacional. La primera obra del programa de concierto fue El nervio de Arnold interpretada por el mismo Bocanegra. Mientras transcurría la obra alcancé a imaginar que habían transcurrido cinco años y que yo, impotente de salir de mi estupor, me había quedado en ese silencio profundo, diluyéndome con el sonido en el infinito espacio. Después de la obra comprendí lo que en realidad había sucedido, el recuerdo estaba intacto en la memoria, como captado por una cámara de video y almacenado en el disco duro. Las reacciones fueron exactamente las mismas, por eso la sensación de suspensión temporal.
Por lo general este es el efecto que suele tener la música de esta sorprendente compositora, sus elementos siempre restringidos intencionalmente son capaces de generar estados mentales extraños, casi incomprensibles, como si el tiempo se detuviera y los sonidos quedaran suspendidos en el espacio físico como esculturas con “movilidad interior” y “estatismo exterior”, usando palabras expresadas por la misma compositora en el librillo que acompaña al CD Magma, editado por la disquera independiente uruguaya Tabacué en 1996. Su música suele ser percibida como excesivamente estática, sobre todo en comparación a muchas otras músicas desbordantes y extravagantes a las que estamos bien acostumbrados por su difusión en todos los medios, pero una vez rota esa primera barrera creada por la fuerza de la costumbre se puede descubrir muy fácilmente un universo de riqueza infinita que reside en la sutilidad, puesta en relieve por la restricción voluntaria de elementos. Del mismo texto mencionado y sobre las restricciones autoimpuestas al momento de componer, Paraskevaídis comenta, refiriéndose a su obra electroacústica Huauqui, que “fue realizada en setiembre de 1975 (…). "Huauqui" - también "huauque" o "guauque" - era la estatuilla que cada inca tallaba a su imagen y semejanza. Por extensión, el concepto de "huauqui" significó también "hermandad, amistad, comunidad". A partir de esta obra, me autoimpongo lograr sencillez, concisión, despojamiento y silencio. (Sigo en eso.)”
Retomando un poco el concierto de CG con fines informativos y de documentación, también interpretaron de Paraskevaídis la obra Aruaru para voz femenina, clarinete, violín, violonchelo y piano, pieza compuesta en el 2003 y estrenada esa noche en Colombia (su estreno mundial ocurrió en el marco del Festival de Música Contemporánea de Chile, por el Ensamble Bartók en enero de 2004). Por ser un homenaje a su vida y obra, el director del Ensamble CG, Rodolfo Acosta, decidió programar también dos obras de estudiantes colombianos de la compositora y dos obras de maestros de ella. De los estudiantes interpretaron la obra del compositor bogotano Daniel Leguizamón denominada Trío para voz femenina, guitarra y piano del 2005, y una obra del mismo Rodolfo Acosta, Verdaderos negativos para instrumentación indefinida, compuesta en el 2009. De los maestros de la compositora el Ensamble CG interpretó las Canciones de Lorca del compositor argentino Gerardo Gandini para voz femenina y guitarra, y del gran compositor y arquitecto griego Iannis Xenakis, el percusionista Eduardo Caicedo interpretó la famosa Rebonds A, compuesta entre 1987 y 1989.
Por último, la soprano colombiana Beatriz Elena Martínez concluyó esa noche de recuerdos casi oníricos y música de otro planeta, con la obra de Paraskevaídis para voz sola Nada, compuesta en 1993. Las restricciones en el material son la constante, con muy pocos fonemas y aún menos alturas, el sonido es un solo flujo de energía constante y transparente, los pequeños cambios se hacen evidentes gracias a la efectividad con que la compositora utiliza los poquísimos elementos de los que dispone. La versión de Beatriz Martínez logró en mí un efecto muy dramático, durante toda la obra no pude quitarle los ojos de encima a la cantante, principalmente porque su expresión facial y la luz azul intensa sobre todo el escenario, la hacían parecer extraída de una película de Lynch. Sólo hasta el final de la obra me di cuenta que estuve todo el tiempo al borde de la silla, cómo atraído casi magnéticamente por la energía estática del sonido.
Les dejo el link de la página de la compositora, para que los interesados conozcan un poco más acerca de su obra, además de poder leer varios artículos y ensayos escritos por ella: http://www.gp-magma.net/home.html

EL RELOJ DE DENNIS HOPPER SE DETUVO JUNTO A LA GRANJA BLUE VELVET


Por

Andrés Romero Baltodano.



Si el mapa de un hombre está cubierto de sitios donde sus pies dejaron el olor o el miedo, existen algunos que dan vueltas casi sobre unos mismos ejes que sólo son reconocidos cuando nos alejamos y con unos prismáticos verdes hacemos foco y lo vemos todo muy claro.

Si a Anton Chigurh (el frió personaje de Cormac McCarthy en No es un país para viejos”) le encontraran la billetera por allí en una callecita de Los Ángeles, probablemente tendría unas imágenes de Boris Karloff y a Hanibal Lecter sonriendo en la preparatoria.

Los vasos comunicantes de algunos seres humanos son como pequeños puntitos de un mapa que recorremos física o mentalmente y el mapa de quien vamos a hablar, tiene unos puntitos que darían para armar una sinfonía número 13 de Mahler.

Patti Smith.

Nicholas Ray.

Andy Warhol.

Jimmy Hendrix.

Asia Argento.

George Romero.

David Lynch.

Julian Schnabel.

De Patti Smith podríamos decir que es un poblado lleno de incendios y de fotos de Mapplethorpe, del Valle de Nicholas Ray se desprenden verdes helechos venenosos que se iluminan en un “relámpago sobre el agua”, de la Factory Warhol quedaron fotos en blanco y negro y dos canciones de Velvet, Laguna Asia Argento profunda y erótica hasta el fin, Ojos rojos Romero y el terror de cartón de Hollywood, Lynch un poeta de la oscuridad medioeval, Julian Schnabel un excéntrico y feliz heliogábalo.

Pedazos de noche que arman una red de noches y de vidas, un nombre, un muerto reciente: Dennis Hopper (su antecesor el Pintor Edward que a principios de siglo pintaba “desnudo femenino en el taller”, con aquella mujer escondida de sí misma, contra una pared que sólo ella se imagina)

Hopper era un excesivo actor que pintaba, fotografiaba (su estilo enmarcado en grandes nombres como Walter Evans, Eugene Smith y hasta los retratos rurales de una Dorotea Lange) sus esculturas, su hambre de coleccionista de arte, su muy particular recorrido por la actuación, que hacía prever ecuaciones que decían que Hopper es a Lynch como la línea para un cuadrado.

Sus actuaciones marcaban los personajes desde aquellas pelis que aparecen en las 100 de siempre (Gigante (1956) de George Stevens, “Rebelde sin causa” de Nicholas Ray (1955) las dos con el infaltable y emblemático James Dean, de quien dicen las malas lenguas, fue quien lo impulsó a pintar expresionismo abstracto).

Su presencia escénica era incorruptible por eso George Romero lo dejó pasear por su Land of the Dead (2005), Schnabel en su Basquiat (1996) (para que recordara de donde venía).

En 1969 dirigió Easy Rider (la peli que Keourac hubiera querido dirigir) con música de Hendrix y de los Byrds, Coppola lo acogió en su Apocalipsis Now.

La editorial Taschen editó un recorrido de sus fotos en Dennis Hopper: Photographer 1961-1967 de Tony Shafrazi (ed).

Se paraba en el escenario como un primate, como un salvaje a punto de estallar, a nadie dejaría indiferente en su inolvidable rol de Blue Velvet (1986) de David Lynch, con ese petalo de rosa con seis incendios adentro llamada Isabella Rossellini.

Hopper el actor americano de pura raza, aquel que se sabía de memoria a Tennessee Williams, que apretaba las mandíbulas para un close up de Wenders en su “Palermo Shoting” (2008)… Hopper la marca de una pantera negra que pasta en el cielo de Schrader o viaja en el taxi de Travis de Taxi Driver… un pasajero incómodo, un iluminado eterno… lo despedimos no desde la góndola de Muerte en Venecia sino desde una barbería con cuchillas oxidadas de Sunset Boulevard.






MAS W.W.W (PART DOS)


PARTE 2

CONTINUACION…..



Por

Andrea Vasquez Ocampo

Corresponsal

Buenos Aires (Argentina)

La Moviola

Entre todas las publicaciones y los libros que transitan por internet, no puede faltar una feria para que estas publicaciones circulen. La feria del libro digital, llevada a cabo en Madrid durante el mes de noviembre, concentra durante dos días conferencias, mesas redondas, talleres y exposiciones sobre las publicaciones, diseños de e-books, distribuidoras y editoriales. Intervenciones interesantes y propuestas novedosas, como la participación de Álvaro Sobrino (diseñador y periodista español) a quien no le pica la lengua para “salsamentar” las políticas de aquellos de la generación de la carta, y quienes consideran la comunicación vía mail como algo absolutamente impersonal.

Al igual que Sobrino, mucho somos partidarios y usuarios de Los blogs, una herramienta de fácil alcance para hacer cosas maravillosas, con contenidos que atraviesen venas sin catéter, que penetren miradas sin láser y cautiven mentes que se develan en los comentarios donde el feedback completa lo pre-construido. Tea Imagen, que no se encuentra precisamente dentro de esta categoría, pero tiene un perfil similar, en el que la recolección de artículos desborda las expectativas de cualquier curioso que “pinche el link”, es un lugar que no se puede evadir entre unos y ceros. Con fuentes impecables de publicaciones de La Nación, Perfil, la asombrosa revista Ñ, Clarín, Miradas al Sur, entre otras; cubre una a una sus “gacemails” alcanzado 347 publicaciones donde la información va desde Steve Mccurry en el centro cultural Borges hasta un maravilloso articulo sobre “La Dolce Vita” y el anticipo de Fellini de la caída de Italia; “Al fin y al cabo Fellini era periodista”.

Contenidos inesperados se presentan a montones en la red, como el caso de Imaginaria, revista quincenal juvenil e infantil, que surge con el interés por reconocer el trabajo de quienes dedican delicadamente su producción literaria a las mentes brillantes que es encuentran detrás de las pequeñas pero luminosas pupilas. Es ahí cuando en el lector solo necesita surgir la mezcla perfecta, esta vez no de gelatina con pedazos Plutón antes que dejara de ser un planeta, sino entre los participantes y creadores de Iluyos: (ilustradores de literatura infantil uruguaya) con las hermosas producciones de “Imaginaria”; donde un jardinero mágico sueña con la luna y su cama flota en el centro de un girasol negro en la noche o allí en el CILELIJ donde los corazones más puros y mentes profundas (niños) quedarían embestidas en su corta estatura pero larga humanidad. Entonces los libros de Alicia Zaina, Ruth Kaufman, Beatriz Ferro, Graciela Pellizzari, Carolina Buratti, entre otros, se ensancharían entre diferentes costumbres, rincones, sombras y pasatiempos dependiendo de la ubicación con respecto a la línea del Ecuador.

Mezcla explosiva, como sucede en la Casa editorial HUM, donde un grupo de 18 autores llevan de la mano, en una misma psicodelia, un proyecto en gris, fucsia, negro y amarillo. Un alemán, un gran grupo uruguayo, un par de Argentina y alguno de México, envisten la web detrás de caricaturas en blanco y negro. Se trata de la Casa Editorial HUM. Un diseño Web interesante con novedades, etiquetas y publicaciones. Estrenos con viñetas verdes, como Hispaia help de Mercedes Estramil, quien sutilmente nos involucra en la vida de una soltera, harta de Uruguay, que participa en un Film de Lynch mientras imagina su maravillosa fuga hacia a España, o Mario Levrero quien con una sobredosis de “Strawberry Fields Forever” en la cabeza, construye a Mario Varlotta en tres relatos de “Todo el tiempo”. En el fugaz recorrido encontramos un caso distinto que apunta a la misma causa: Eloisa la Cartonera, una editorial con la misma sed de la Casa HUM, pero en circunstancias, países y personas muy diferentes. Con más amor, fuerza y empuje que cualquier otra cosa, esta cooperativa del barrio la Boca, en Argentina, fabrica libros con tapas de cartón de “los autores latinoamericanos más bellos que han conocido en su vida de trabajadores y lectores”. Nada puede cautivar más que leer el sueño de este equipo: Publicar los cuentos completos de Rodolfo Walsh…tantos poseedores de libros con tapa de lujo necesitarían estas publicaciones más que nadie.

De tierras gauchas, cae entre nuestra moviola Como Loca Mala. Extraordinaria revista dedicada a la difusión de artistas, escritores y cultura con tanta poesía en los bolsillos que el periodismo y el diseño calan en los huesos más fuertes. Su edición mensual en papel se consiguen en Tierra del Fuego, varios puntos de la Provincia de Buenos Aires y en Capital Federal. Cine, fotografía, música, sueños sin dueño atraviesan la edición digital y papel de Como Loca Mala.

En el territorio nacional, navegando si necesidad de escondernos tras anteojos de color negro como si se tratara de un asunto de política; encontramos Reflector una revista con una inciativa valiosa que se refleja claramente en sus pocas ediciones. Vinculada a la producción de cine y teatro colombiano, junto con la Dirección Nacional de Divulgación Cultural de la Universidad Nacional, se elabora una finita red dorada en la que caen los poco reconocidos y talentosos artistas nacionales y latinoamericanos. Laura Rubio hace pensar de nuevo en lo fascinante que es descubrir a un artista capa por capa, y lo hace de una manera delicada con Wilson Pico, quien de una manera aun mas delicada (por lo que se puede inferir en el subtexto) levanta cada pedacito de suelo latinoamericano y construye una coraza que desbarata en cada una de sus presentaciones. Vale la pena sumergirse en estos boletines semanales donde nos encontraremos hadas suspendidas en un lienzo que sostiene la mano fuerte de Robert Wilson; y así, pensando en una improvisación de Wilson, y con ganas de seguir flotando con pies anclados llegamos al planeta Artez, con la totalidad de sus artículos on-line, Artez: revista de artes escénicas de Bilbao, desborda con su producción íntimamente interesante, donde la música, las artes escénicas y la danza parecen cubiertas por una manta de terciopelo azul , que luego será desplegada sobre los lectores curiosos con sed de teatro, recitales y presentaciones. Con artículos donde se desuda la compañía Kukai Dantza Konpainia y su estreno (SOK)2, dibuja un salpicón entre danza contemporánea y tradicional tan emotivo, que provoca devorar en primera fila (duele la cantidad de kilómetros en medio).

Dejarse llevar por las corrientes entre las puertas de este portal, es respirar estados indescriptibles, es sentir que entramos a Lens Culture, photography and shared territories y con los labios húmedos todavía, recorremos este lugar donde la fotografía contemporánea, el arte, la multimedia y las culturas del mundo hacen un cruce entre el documental, foto-periodismo, el concepto y abstracción tan profundo, que necesita varias semanas para ser digerido. La fascinación llego por medio de Lauren E. Simonutti, a quien piernas, brazos, ojos el blanco y el negro, le arman la paleta perfecta para delirar noche tras noche con su cámara fotográfica. Otro lugar fotográficamente maravilloso, no “fotogénicamente” hermoso como algunos consideran al Everest, sin mirar que hay tras el marco de su ventana, es Magnum Photos una cooperativa fotográfica en la que fotógrafos, vinculados con conciencia a lo que este trabajo implica, construyen mediante costumbres, lugares, técnicas y humanidad casas de ladrillo en un fondo gris con una abuela en el balcón con ganas de volar (Chiristopher Anderson) o un ajedrez que flota entre aires del Caribe con una multa roja y otra “blanca” (Alex Majoli). Ventanas por montón a culturas y poesía que brota desde la puertita del website.

Después de una buena recarga de fotografía causaría temblores pasar por fotografía en movimiento al vincular al séptimo arte a este banquete. The Auteurs “Your online cinema anytime, anywhere…” Esta nueva experiencia social permite audio-visionar películas online, el catalogo es increíblemente jugoso y el debate posterior aun más. Desde Roman Polanski, Aleksander Sokurov, Svankmajer hasta Tsian Ming-Liang y Apichatpong Weerasethakul. Películas online free o a un muy bajo costo no se pueden dejar de lado, no hay disculpa para no ver buen cine…ni la distancia, ni la falta de estrenos, ni el dinero.

Al despejar la entrada para que cada uno elija el destino se notan los vacios, cientos y cientos de paginas sin nombrar, millones sin recorrer, trillones sin descartar. Bienvenidos a este inagotable portal, donde vale la pena sumergirse con tanque de oxigeno y rescatar los rincones mas valiosos, para que las redes sociales sean un flujo de información útil y humana y en cada ventana se encuentre una puertecita que al abrirse ahogue a la imaginación mientras remojamos nuestros oídos en el amplio e interesante catalogo de Groovshark.