Reseña
Por
Pablo Hernández
Colaborador habitual La Moviola
En los últimos años, Irán ha estado en todos los periódicos. Sea por su controversial estilo de gobierno basado en el Islam, por su creciente poder nuclear o su constante antagonismo hacia los poderes mundiales, en especial Estados Unidos e Irán. Podríamos pensar que este film, ganador del Oso de Oro de Berlín y gran favorito para llevarse el Oscar a mejor película extranjera, debería tener alguna reflexión sobre estos temas. Pues, no los tiene.
A Separation es un relato urbano, que cuenta como Nader y Simin, una pareja en sus cuarenta, decide divorciarse. Para Simin no hay seguridad de oportunidades para su hija Termeh en Irán, por lo que le propone a Nader dejar el país. Pero Nader siente la obligación de quedarse en Teherán para cuidar de su padre, un hombre mayor enfermo de Alzheimer. Allí comienza esta historia. Simin se va a vivir con su familia mientras el divorcio avanza. Nader vive con su padre y se queda con Termeh, esperando la decisión del juzgado sobre quien debe quedarse con la custodia de la niña.
Todo se complica cuando, al no estar Simin en casa, Nader se ve obligado a contratar a una mujer como enfermera. Razieh, recomendada por una conocida de Simin, tiene un primer día pesado cuidando del pobre enfermo. Cabe decir, que Razieh no tiene permiso de su marido para trabajar. Viendose en dificultades, Razieh propone que su marido Houjat podría hacer un mejor trabajo. El marido acepta, por supuesto sin saber que ella trabajaba en aquel hogar.
Lamentablemente, Houjat es arrestado y Razieh vuelve a trabajar, llevando a su hija pequeña por compañía. El día de su regreso el abuelo se escapa a la calle y ella debe seguirlo.
El relato se enreda cada vez más cuando Nader decide despedir a Razieh por robo, a lo que ella se niega. Todo empeora cuando Razieh sufre un aborto y Nader es culpado. Las dos parejas se ven envueltas en un enredo que enfrenta a dos parejas en lados opuestos de la sociedad iraní.
La película, independientemente de su desarrollo, nos ilustra sobre las diferencias sociales que se viven en el mundo. Aunque la película tiene lugar en Irán, Razieh es una mujer que quiere sacar a su familia adelante, como cualquier otra lo haría en otra parte del mundo. Ella sabe de las deudas de su marido y del temperamento que hace que este no pueda durar en un trabajo. Por eso ella decide tomar un trabajo, a pesar de tener una niña pequeña y un bebé en camino. Se trata de supervivencia. Es por esto que, a pesar de su estado, Razieh arriesga su vida en la calle por el padre de Nader, algo que solo se sabe hasta el final y entre mujeres, seguramente porque Razieh siente que Simin puede entenderla mejor que un hombre. Culpar a alguien es solo un instinto ya que, aunque Razieh necesita del dinero y del trabajo, sabe que no puede arriesgarse a ser repudiada por su esposo y separada de su hija.
La misma supervivencia es la que genera en Simin la necesidad de un lugar mejor para criar a su hija. Nunca se dice porque se quiere ir, ni que es lo que le hace falta pero ella está empeñada en que lo mejor para Termeh es estar con su madre fuera de Irán, incluso si eso significa dejar a su marido. Es profesora y sabe que tiene las posibilidades para que todo sea mejor pero, aunque nunca es algo claro, resiente la importancia que Nader le da a su padre enfermo. Para ella es un hombre que debería estar en un lugar especial, en vez de en casa.
Todos los personajes en esta película son universales. Lo que Farhadi trata de decirnos es, que a pesar de vivir en un mundos diferentes en la superficie, somos más parecidos de lo que pensamos ya que sufrimos de la misma manera los mismos problemas. Esto se resume al final del film, cuando los vemos a todos de negro y nos damos cuenta que el padre de Nader ha muerto por fin y ya no es un obstáculo, pero a pesar de ello la separación sigue su curso y es Termeh la que tendrá la última palabra. Esto nos recuerda como muchas veces nuestra felicidad y nuestro futuro pueden estar en las manos que menos pensábamos y no estar en las nuestras lo que hace que nos sintamos desprotegidos y en peligro. Esto fue lo que sintió Razieh al darse cuenta de que podría ser descubierta por su marido trabajando, cosa que igual ocurre ya que las mentiras solo pueden sostenerse por un corto tiempo.
En cuanto a la técnica, esta película nos trae los tonos pasteles de una sociedad replegada sobre sí misma, que si bien es abierta al público es cerrada en privado. Esto ilustra como es la vida para cada uno de nosotros: tenemos momentos que son aptos para todo público, por los que nos sentimos orgullosos o incluso no sentimos nada especial. Es por esto que la luz y los tonos en las escenas exteriores son mucho más cálidos y vibrantes que las escenas en interiores, que son donde los personajes discuten sobre lo que viven y dejan salir sus emociones. Son verdes y azules, sin romper el ritmo general, pero con cierta melancolía de lo que fue y ya no puede ser.
Puede que sea Irán, cosa que recordamos al ver a Razieh llamando a la mezquita para aprobar sus obligaciones como enfermera, pero A Separation es la historia universal de la fragmentación de la familia, de la sociedad y de nuestras propias conciencias. Es un relato que deja ver como incluso en un país donde todo parece tan cuadriculado y calculado, la realidad de las personas es igual a la del resto de la humanidad. El hecho de que el telón de fondo sea Teherán, solo vista hacia adentro, nos refuerza la idea de que la vida y sus líos funcionan independientemente de la forma de pensar de un gobierno o de una religión.
A Separation no es Persepolis. No se trata de acusar un régimen y sus ideales sino acusar al mundo de hoy de la fragmentación de los ideales que antes eran tan solidos. A Separation es una ilustración de la decadencia humana y de la incertidumbre de su futuro.
Por
Pablo Hernández
Colaborador habitual La Moviola
En los últimos años, Irán ha estado en todos los periódicos. Sea por su controversial estilo de gobierno basado en el Islam, por su creciente poder nuclear o su constante antagonismo hacia los poderes mundiales, en especial Estados Unidos e Irán. Podríamos pensar que este film, ganador del Oso de Oro de Berlín y gran favorito para llevarse el Oscar a mejor película extranjera, debería tener alguna reflexión sobre estos temas. Pues, no los tiene.
A Separation es un relato urbano, que cuenta como Nader y Simin, una pareja en sus cuarenta, decide divorciarse. Para Simin no hay seguridad de oportunidades para su hija Termeh en Irán, por lo que le propone a Nader dejar el país. Pero Nader siente la obligación de quedarse en Teherán para cuidar de su padre, un hombre mayor enfermo de Alzheimer. Allí comienza esta historia. Simin se va a vivir con su familia mientras el divorcio avanza. Nader vive con su padre y se queda con Termeh, esperando la decisión del juzgado sobre quien debe quedarse con la custodia de la niña.
Todo se complica cuando, al no estar Simin en casa, Nader se ve obligado a contratar a una mujer como enfermera. Razieh, recomendada por una conocida de Simin, tiene un primer día pesado cuidando del pobre enfermo. Cabe decir, que Razieh no tiene permiso de su marido para trabajar. Viendose en dificultades, Razieh propone que su marido Houjat podría hacer un mejor trabajo. El marido acepta, por supuesto sin saber que ella trabajaba en aquel hogar.
Lamentablemente, Houjat es arrestado y Razieh vuelve a trabajar, llevando a su hija pequeña por compañía. El día de su regreso el abuelo se escapa a la calle y ella debe seguirlo.
El relato se enreda cada vez más cuando Nader decide despedir a Razieh por robo, a lo que ella se niega. Todo empeora cuando Razieh sufre un aborto y Nader es culpado. Las dos parejas se ven envueltas en un enredo que enfrenta a dos parejas en lados opuestos de la sociedad iraní.
La película, independientemente de su desarrollo, nos ilustra sobre las diferencias sociales que se viven en el mundo. Aunque la película tiene lugar en Irán, Razieh es una mujer que quiere sacar a su familia adelante, como cualquier otra lo haría en otra parte del mundo. Ella sabe de las deudas de su marido y del temperamento que hace que este no pueda durar en un trabajo. Por eso ella decide tomar un trabajo, a pesar de tener una niña pequeña y un bebé en camino. Se trata de supervivencia. Es por esto que, a pesar de su estado, Razieh arriesga su vida en la calle por el padre de Nader, algo que solo se sabe hasta el final y entre mujeres, seguramente porque Razieh siente que Simin puede entenderla mejor que un hombre. Culpar a alguien es solo un instinto ya que, aunque Razieh necesita del dinero y del trabajo, sabe que no puede arriesgarse a ser repudiada por su esposo y separada de su hija.
La misma supervivencia es la que genera en Simin la necesidad de un lugar mejor para criar a su hija. Nunca se dice porque se quiere ir, ni que es lo que le hace falta pero ella está empeñada en que lo mejor para Termeh es estar con su madre fuera de Irán, incluso si eso significa dejar a su marido. Es profesora y sabe que tiene las posibilidades para que todo sea mejor pero, aunque nunca es algo claro, resiente la importancia que Nader le da a su padre enfermo. Para ella es un hombre que debería estar en un lugar especial, en vez de en casa.
Todos los personajes en esta película son universales. Lo que Farhadi trata de decirnos es, que a pesar de vivir en un mundos diferentes en la superficie, somos más parecidos de lo que pensamos ya que sufrimos de la misma manera los mismos problemas. Esto se resume al final del film, cuando los vemos a todos de negro y nos damos cuenta que el padre de Nader ha muerto por fin y ya no es un obstáculo, pero a pesar de ello la separación sigue su curso y es Termeh la que tendrá la última palabra. Esto nos recuerda como muchas veces nuestra felicidad y nuestro futuro pueden estar en las manos que menos pensábamos y no estar en las nuestras lo que hace que nos sintamos desprotegidos y en peligro. Esto fue lo que sintió Razieh al darse cuenta de que podría ser descubierta por su marido trabajando, cosa que igual ocurre ya que las mentiras solo pueden sostenerse por un corto tiempo.
En cuanto a la técnica, esta película nos trae los tonos pasteles de una sociedad replegada sobre sí misma, que si bien es abierta al público es cerrada en privado. Esto ilustra como es la vida para cada uno de nosotros: tenemos momentos que son aptos para todo público, por los que nos sentimos orgullosos o incluso no sentimos nada especial. Es por esto que la luz y los tonos en las escenas exteriores son mucho más cálidos y vibrantes que las escenas en interiores, que son donde los personajes discuten sobre lo que viven y dejan salir sus emociones. Son verdes y azules, sin romper el ritmo general, pero con cierta melancolía de lo que fue y ya no puede ser.
Puede que sea Irán, cosa que recordamos al ver a Razieh llamando a la mezquita para aprobar sus obligaciones como enfermera, pero A Separation es la historia universal de la fragmentación de la familia, de la sociedad y de nuestras propias conciencias. Es un relato que deja ver como incluso en un país donde todo parece tan cuadriculado y calculado, la realidad de las personas es igual a la del resto de la humanidad. El hecho de que el telón de fondo sea Teherán, solo vista hacia adentro, nos refuerza la idea de que la vida y sus líos funcionan independientemente de la forma de pensar de un gobierno o de una religión.
A Separation no es Persepolis. No se trata de acusar un régimen y sus ideales sino acusar al mundo de hoy de la fragmentación de los ideales que antes eran tan solidos. A Separation es una ilustración de la decadencia humana y de la incertidumbre de su futuro.
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