Por
Camila Duarte
Colaboradora habitual La Moviola
Y si ahora la Nueva Carne nos provoca en cada film terrorífico que ojeemos qué tendría de malo en complacernos con ver vísceras volar, mutaciones sin sentido, líquidos viscosos, lujuriosa sangre, engendros desconcertantes y toda clase de gore jamás imaginado. No tendría importancia ninguna explicación simplemente el deleite distopico del instinto salvaje a través del deseo de transformación y culminación de la vida eterna, y al cabo, que más placentero que poder ver en tele unos humanos envidiables por sus poderes mentales, su lujuria sin compromisos y su pasional deseo de venganza que arremeten a ti haciéndote anhelar un par de fantasías para poder destruir todo lo que tanto odias y sin mancharte de moral y la cultura que te rodea.
Al observar las películas de David Cronenberg que llegan al céfalo sin liviandades repentinamente hace que gustes del color rojo y todos los efectos especiales que transmutan lo corpóreo, seduciéndote entre cada tanto con excelentes maquillajes, escenografías muy bien atmosferadas y a la par de críticas del mundo que estandariza metafóricamente, hacen que instauren (como si oliesen asquerosamente) dentro de ti un asco por el ser y sobre todo por sus pasiones donde esas ambigüedades repulsivas te mantienen en un tira y afloje dentro de la ficción y lo único que quisieras provocar seria la realidad para en vivo y en directo cual voyerista deleitarte con la pululación de ideas tras sesos y texturas babosas, como si vomitaras pensamientos que emergen dentro de tu cuerpo. Es que cuando se arremeten las ansías por cambiar la percepción y detonar miles de disonancias coloreas, musicales y hasta táctiles se haría cualquier cosa, ¿o no?, dígame usted si la oferta dos por uno de un lado disfrutar observar y del otro obtener resultados perceptivos de gran magnitud no dan ganas de llevarse la promoción.
Por eso ha de elegir una entre mil frases de este director para aclamar al cine excluido de Cannes y pregonar sin reparos a la Estética de la Carne dentro del terror, como un subgénero muy bien esculpido por Cronenberg al moldear la realidad y la alucinación con lo objetual y subjetivo y destacar entre tantos films producidos independiente por él y su grupo de amigos de Cinepix de Toronto a Videodrome como una de las mas interesantes de sus obras dentro de la plasticidad aplicada, el subtexto empleado para la época ( mediados de 1983) y afirmar su estilo bajo las bases de un cine experimental que venia desarrollando desde 1975 en su primer largometraje The Fly .
Pausadamente entras y te acomodas para degustar un programa televisivo donde lo único que te impactaría es ver algo de pornografía cruda y sanguinaria, pero no, por el contrario vez imágenes que tratan de instaurar en ti ansiedad de conocimiento, sujetos dispuestos al maltrato cual cirujano que hará de ti tripas corazón, acompañados de humanos lamentándose, algo así que no llega a conclusiones escalofriantes, ni sangre, lentamente te instaura curiosidad morbosa. Y qué ves enseguida, tu misma imaginación se entromete en el jueguito sado y como victima o vengador decides tu papel en dicha prueba. Sin reparos alucinas por tu sed de fisgar así como Max Reen (protagonista Videodrome), quien al dirigir el canal televisivo es sorprendido por su nueva adquisición e intentara disgregar los efectos negativos de las ilusiones y su caos personal. Es la autodestrucción del ser por la satisfacción de sus deseos, extraña contracorriente cautivadora.
Es evidente que la corriente Kafkiana se entrometió muy a fondo en David, obvio en películas como Almuerzo Desnudo, Rabia, The Fly, Scaners, etc, donde esa necesidad de transformación alardea coloridamente para instaurar esa reflexión en torno al cuerpo y cerebro por su afán de curar una enfermedad mal llamada vida y a través de su experimentación para dar solución desencadena terroríficamente e impactantemente en mutaciones o transformaciones corporales donde no queda mas que decir que para este obsesionado con el mundo bizarro tiene una necesidad de mostrar las deformaciones que surgen en el cuerpo físico y psíquico gracias a los nuevos auges tecnológicos y las relaciones interpersonales.
Quizá referir la biografía de Cronenberg no sea suficiente para entender su comportamiento, pues este ser altamente calificado en cuanto a nociones científicas y literatas, deja boquiabierto a mas de uno con su intrepidez en el mundo plástico y fantástico de la moviola, y cuanto mas se necesita para asombrarse con su potencialidad imaginativa para desencadenar complicados ejercicios experimentales con seres humanos solo para juzgar la condición de humanos y demostrar que la realidad poco interesa y la ilusión es el bien mas querido. También se podría mencionar que la enfermedad que aquejo a su padre y años mas tarde algo de él, fue la consecuencia que lo llevo a proponer estas nuevas nociones del cine terrorífico a partir de las mutilaciones corporales y esquivar las tipificadas en el contexto gótico, donde entra a combatir nocivamente y sin restricción alguna los prejuicio por el sexo, la anarquía y la filosofía en medio de el caos.
Pero entonces los medios de comunicación se vuelven virus y malandros que quieren acaparar todos tus gustos, poseerte, configurar tu mente, transformarte y volverte imbécil para dominarte y es hora de reaccionar “larga vida a la nueva carne” es hora de que Max Renn de muerte a videodrome y su mano transmutada asesine a Barry Convex quien sabe del poder de las alucinaciones para acabar con la humidad y entre primeros planos viscosos los sesos hostigados de sangre dan la escena perfecta de putrefacción de un ser que no merece vivir, sesos y mas sesos. Paroxismo puro.
Pero no olvidemos que la nueva carne es esa otra existencia carnal inventiva y satisfactoria que esperamos tras la muerte, lo que me recuerda a Bianca O'Blivion y su necesidad de automutilación que la lleva a ser una participante dentro del videodrome y dentro de las alucinaciones de Max juega dentro de la tele con sus grandes labios seduciendo zoom in a las fantasías de este, para luego mostrarnos en planos mas generales como el poder televisivo aferra cada vez mas a nuestro protagonista por saciar su sed de imaginería violenta y gracias a la ventaja de tener en tu proyecto cinematográfico los efectos especiales de Rick Baker junto con Steve Johnson y su empresa EFX, que lograron a través de la simplicidad de elementos como el látex, la retroproyección y uno que otro cuerpo falso dar la mas sinuosa tentación de introducirte junto con Renn en esas alucinaciones llenas de crudeza, te tocas el pecho esperando que una vagina trate de auto comerte o auto introducirte un casette capaz de dañar tu mente también con el fin de deslizarte por el mundo onírico y escalofriante de la percepción de éste personaje entre paneos frontales, laterales y uno que otro contrapicado que entre cortes directos te hacen vibrar a manera de locura sobre la realidad que vive él.
Peor que todo este mundo surreal que a partir del minuto 40 del film nos entromete estilo biopic dentro de la vida de este director de televisión, es ver como Cronenberg juega con su alterego, induciéndonos a pesquisas donde estereotipamos dentro de la apariencia física al mismo director y su forma morbosa de ver el mundo, junto a esto una serie de juicios sobre tu obra cinematográfica, sobre lo que es verdaderamente correcto en la década Canadiense de los 80´s y censurar particularidades que engloban muy a fondo tu visión del mundo. Así esta producción franco canadiense estrenada en 1982, no vio la luz de las criticas sino tres años después y con a desfachatez de insinuar un largometraje no tan atrevido y suprimiendo en las partes más provocadoras, especialmente las que instaurar dialogo con el espectador como el momento mas hermoso donde Max accede a complacer el deseo de mutilación de Bianca, y entre paneos generales disfrutas de una escena erótica, sensual con perfectos toques sados que te hacen pensar en la fragilidad de tu cuerpo a la hora de nuevas inventivas en el campo sexual. Es que el sexo, uno de los placeres más carnales queda acá al descubierto, y desde el opening del film vemos una escena pues nada explicita de una muñequita japonesa sabes muy a fondo su simbología y sobre todo que significa para el oriente, algo con un toque corrosivo, que de una vez por todas te sumerge en 89 minutos de voyerismo.
Fotogramas del film que logran aterrorizar y explotar ese subtexto intelectual de Cronenberg podrían ubicarse en el recuerdo dentro de la escena donde Max delira dentro de videodrome azotando el televisor y dentro de este paneo la alegoría a la muerte televisiva dentro de el esquema sado que ha de producir placer a tu vista pues la engorrosa televisión en estos momentos del mundo se estaba ubicando dentro de los avances del mundo moderno y du poder de alienación ya se hacia visible, sobre todo en el momento que sale al mercado un aparato para que puedas regrabar todo lo que ves en la tele a lo que David encierra en la vida que da a un video casette, que respira y palpita tratando sugerentemente la idea de poder que tienen los medios tecnológicos; sobre todo la mano mecanizada del Renn al reconocer que su lucidez era frágil y fácilmente puede ser blanco de histerias de su interior para exponer su condición de deshumanidad por su fetiche por la tecnología lo que me recuerda a Shinya Tsukamoto y su film realizado años mas tarde llamado Tetzuo Iron Men y la idea del cyber punk alhajando desde distintas miradas la contaminación del hierro y el medio cibernético entrometido en la cotidianidad. Y por supuesto ambos films bocetados y producidos dentro del bajo presupuesto y con la iniciativa de un horror y/o terror dispuesto dentro del discurso autoral para configurar un estilo artístico independiente.
Pero esta metáfora de la nueva carne es mas trascendental que un simple slogan, dentro de la cine manía desligada del cine de autor instaurada por canes, es una propuesta reflexiva en cuanto la salvajidad que todos los humanos llevamos dentro, y gracias al gore, la sangre, tripas, métodos inconsistentes de violencia, estragos carnales, pasionales, es la alternativa mas novedosa para entrar a dialogar con ese problema que la cultura nos ha creado de dejar lo violento en segundo plano, reconociendo que es un tema que alberga todo contexto del mundo y su no reconocimiento desencadena miles de violaciones sin su debida exhortación por lo que se hace necesario recalcar dentro de las distopias esa vulnerabilidad expuesta crudamente para que la reflexión secrete.
David Cronenberg se posiciona dentro del cine de autor como un irreverente personaje que de mano de la ciencia y la literatura tiene la más grande convicción que a través de la crueldad tajante de sus films puede descubrir y redescubrir cómo funcionan las cosas en el universo por eso su apuesta a esta nueva tecnología La nueva Carne unión entre alma y cuerpo y como nueva extensión pues siempre hemos buscamos llegar a un placer por la nueva era tecnológica y sobre todo satisfacer la carne con aparatos electrónicos, por eso cabe alabar este gran autor que fue capaz de entender lo corpóreo como una realidad que en este plano real siempre buscamos complacer, una y mil veces ¡hurra! A la Nueva Carne.
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