Afiche promocional de la película
Por
Sergio I. Rodríguez Ortega
Especial para La Moviola
Es de por sí, el periodo de la
Ilustración, el punto de fuga y espacio para la expansión del pensamiento
humano amparado en la razón. Es este siglo de las luces, el que entrañó lo
dócil del ser humano, suscitó a la experiencia como el encuentro con el conocimiento
y la razón el medio por el cual eliminar la ignorancia. Esto en consecuencia
relativa trae consigo un poco interés hacia la novela, dando prioridad al dicho
periodo del enciclopedismo, con fines claramente educativos. ¿Y a cuento de que
es útil el comprender en rasgos generales el cambio de pensamiento que permeó
la Ilustración en todo aspecto? ¿Es acaso Casanova un escritor y seductor
racionalista en el sentido estricto de la palabra? ¿Federico Fellini habría
puesto el lente de su cinematografía hacia un relato autobiográfico meramente
racional, o fue este el punto de dispersión de un discurso que atañe a campos
como el teatro, la pintura y la ópera, entre muchos otros?
Entre sus tantos viajes y relatos de
relaciones libertinas, Casanova recrea en un libro autobiográfico titulado
"Historia de mi vida" escrito
ya en sus últimos años de vida y como bibliotecario en Dux actual Duchcov; allí
plasma el recorrido geográfico y seductor que bien tenia desarrollado, el
despliegue de un lenguaje que refleja las costumbres, un vivaz sentimiento por
el amor pasional y un desenfreno por la creación y riesgo y que en palabras
propias "A pesar de un fondo de excelente moral,
fruto obligado de los divinos principios arraigados en mi alma, he sido,
durante toda mi vida, víctima de mis sentidos. Me he complacido en
descarriarme...". Pero claro un relato excitante y rebosante para la
razón de aquel periodo debe ser comprendido, como lo cita Emma Rodríguez "A Casanova hay que entenderlo en el contexto de la Venecia de su
tiempo, donde, como explica Félix de Azúa, "no se dio la represión
religiosa que atenazó al resto de Europa. La tolerancia sexual era manifiesta y
–como le sucedió a él mismo– casi nadie era hijo de su padre". Desde este
punto, dicho frenesí que atraviesa el despilfarro, la aventura, el goce, la
fascinación por la ópera y la despreocupación por la censura, es arrebatada e
inmortalizada por Fellini (Casanova 1976).
Fellini desarrollaba ya para el año de la
película un estilo y narrativa propia, su impulso y ahínco de recrear los
relatos literarios a manera de transposición desde su ojo, una transposición
sin pretensiones patéticas, sino con pretensiones de generar discursos y
lenguajes que articulen critica, estética y desarrollen la convergencia de
muchas artes. Es el teatro y la opera fuente de su obra, el empleo de planos
abiertos que permitan el despliegue de dicha teatralidad dota a los personajes
de mayor corporalidad, de un despliegue a mayor nivel de la relación de cada
personaje con su entorno, y es justo acá donde entra un elemento fundamental y
explorador del universo tanto de Casanova como del propio Fellini. Fellini
logra crear un lirismo, una poética en cada plano que no deja de contener su
habitual ironía mediante la puesta en escena, es un planteamiento que permite
la intervención de su punto de vista, a
través de tan bellos elementos plasma la historia del techo literario, y como
si fuera un recurso inimaginable, vulnera la razón, casi que como abriendo
orificios, para la realización de metáforas, anacronismos y su genial
Surrealismo.
Estos elementos narrativos propios de
Fellini, son una constante en sus obras, tanto la teatralidad en cuanto a la
composición de los planos y su relación con los elementos dentro del cuadro con
el milimétrico desarrollo psicológico de sus personajes, la relación
arquetípica con Carl Jung, es absolutamente evidenciada en 8 1/2 (1963) , la
sombra de su madre ha cristalizado el intrincado proceso de la creación
cinematográfica, esto estrechamente relacionado con su absoluto y deslumbrante
Surrealismo, propio de muchas de sus obras, y que en Casanova le permite
abordar el teatro, la ópera y la pintura desde su perspectiva, es un surrealismo
tan sutil y poético que cada movimiento dentro del encuadre sale de este y da
lugar a la continuidad imaginativa del espectador. Siguiendo el recorrido
profundo de la obra de Fellini, lo circense también en uno de sus recurrentes
temas, elabora personajes desde su condición particular, da prioridad y realza
el poder narrativo de la teatralidad circense, y entabla una conversación casi
dual con el sexo, el sexo como uno de los ejes conductores del relato y que en
ningún momento entra en la obviedad, sino que por el contrario establece dicho
dialogo, entre cuerpo y movimiento, entre lo deseado y lo pasional y entre el
goce y lo humano.
Esta manera de vehicular lenguaje propio,
permite a Fellini articular critica, partiendo de cada contexto, la iglesia, la
prepotencia y lo político han sido ejes de sus ironías y recurrentes críticas,
puede evidenciarse en Roma (1972) con escenas como la del "Desfile de moda
católico" donde valiéndose de un genial y satírico uso del diseño de
vestuario, crea tanto metáfora como burla hacia la iglesia, y que en Casanova
también es intervenido con el final de la película donde aparece el Papa.
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Ha
de ser tan desarrollada y bella la estética Felliniana, que es a partir de la
fotografía desde donde elabora, pinta, construye, su maravilloso surrealismo,
sus caligramas cinematográficos, sus pinturas conformadas por lo lírico y el
uso de las sombras con una relación amorosa a la luz, conoce a Guiseppe
Rotunno, con quien desarrollaría la mayoría de su obra, artífice de aquellos
tan recurrentes y bellos planos donde Fellini recrea la felicidad, esos planos
de saltos
y alegrías, planos abiertos y de
jolgorio, de sensibilidad y "divertimento" perfectamente expuesto en
la secuencia final de 8 ½ y Satyricon (1969).
Gracias a la precisión en cuanto a
fotografía Fellini logro ilustrar sus pensamientos, sus deseos de irrealidad,
sus obras pictóricas y su relación entre luz y sombra y la luz como agente
dinámico, jamás estático, creador de sentimientos y discursos y hacedor de puentes entre espectador y relato y que
Rotunno en entrevista para la Moviola menciona así:
“Me gusta
pensar que debemos crear un puente entre la pantalla y el pùblico y es a travèz
de la luz que se introduce el pùblico dentro a una historia, es a travèz de la
luz que se narran hechos, emociones exteriores e interiores, porque la
cinecàmara logra fotografear aquello que el personaje tiene dentro.
Las luces y las sombras son el alma de la
fotografia cinematografica, se necesita estar atentos a su dosis, por cada luz
que se enciende hay una sombra que aparece”.
Esta composición tan
tratada hace de Casanova desbordar teatralidad, los personajes interactúan con
los elementos y con su condición psicológica en el baile operático-amoroso,
reinterpreta mediante los colores cálidos este sentido sexual y contrasta con
lo claros la reflexión de casanova.
Sin lugar a dudas el
profundo y rico tratamiento de la musicalización, ha hecho de Nino Rotta su
fiel impulsor, el discurso que traspasa lo sexual, sienta base en la métrica de
su composición, en la articulación casi al unísono de la ironía del filme, es
la entonación de la ensoñación, la maravillosa prosodia que engalana cada plano
reviste y construye un montaje diverso.
Aquella clasificación
a la que llego Eisenstein en su libro “La forma del cine” donde expone
el montaje Armónico, combinando lo rítmico con lo tonal, lo tonal entendido
como la capacidad de emplear tanto el guión, la actuación y el espacio mismo de
manera armónica, generando el discurso y poética de su imagen, apreciable en la
escena en la cual baila con la muñeca, dando espacio a planos largos,
adentrándose a medida que casanova experimenta mayor pasión en planos más
cerrados pero con una fuerza lirica majestuosa.
Volviendo un poco acerca de ese gran cambio
suscitado por la Ilustración, se da paso a un fenómeno que para nuestros
tiempos ya ha "evolucionado" y es la Mecanicidad, esa mecanicidad de
finales del siglo XVII trae consigo un siglo más tarde la Revolución Francesa y
otros hechos fundamentales para la historia humana como lo fue la Independencia
de Estados Unidos. Con la Revolución Industrial este proceso se hace aún más
acelerado, esta aceleración de la producción determinaría pautas a la hora de
la Rítmica Cinematográfica y la rítmica de la vida actual que paradójicamente
va en crescendo. Estos núcleos conductores y momentos determinantes para el
tratamiento contextual a la hora de recrear una obra en el cine son reinterpretados
por Fellini, la construcción de sus filmes yacen y se enraízan en su ciudad
natal, como menciona Rotunno, él y Fellini solían visitar Rimini, y desde allí
elaborar y lograr encuadrar la historia
desde sus necesidades, un proceso de creación que viene de lo más profundo de
su vida, permite intervenir y proyectar su visión a través del lenguaje del
movimiento, un movimiento que converge transversalmente en el teatro y la opera
que pinta cuadros poéticos, que aun tratándose de un periodo Racional precedido
por Descartes, Fellini interpela, fisura, y sesga las leyes formales de la
razón y acude a "la historia de mi vida" desde la ensoñación.
Webgrafía
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http://www.elmundo.es/suplementos/magazine/2009/527/1256834866.html
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http://lamoviolacineclub.blogspot.com/2009/08/imagenes-en-movimiento-entre-luces.html
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http://es.wikipedia.org/wiki/Satyricon_(pel%C3%ADcula)
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http://www.miradas.net/0204/estudios/2004/01_ffellini/casanova.html
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http://es.wikipedia.org/wiki/Ilustración
Bibliografía
-
La
forma del cine.
Sergei Eisenstein
Siglo xxi Editores
-
La
Historia de mi vida
Casanova
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