Libros para sus ojos


Reseña.

Para el Blog de La Moviola es muy grato presentarles a sus lectores a Yuri de Jesús Ferrer Franco un nuevo colaborador que tendrá a su cargo esta sección de Reseñas de libros.
La idea no es un comentarista de novedades (no nos gustan los ranking de los "mejor vendidos"), sino un ávido lector de textos de todas las épocas, quien nos llevará con su pluma por los valles y montañas de nuestra literatura colombiana principalmente y de pronto se dará sus "visiticas" por el Japón de Mishima o por el eterno recuerdo de Reiner Maria Rilke. Así que estimados lectores bienvenida esta sección "Libros para sus Ojos".


El espacio-tiempo vital recuperado: Fanny Buitrago
escrita para la infancia


Por
Yury de J. Ferrer Franco
Universidad Distrital Francisco José de Caldas




“El cuándo y cómo me convertí en escritora es una historia que pertenece a mi caudal de recuerdos infantiles. No viene al caso extenderme en ella sin evocar abuelos, padres, tíos, primos y otras personas que influenciaron mi imaginación y mi futuro…”
Fanny Buitrago1



En el conjunto de la obra de Fanny Buitrago (Barranquilla, 1945) sobresalen, por su génesis y características, cuatro textos de literatura escrita para niños y niñas: La casa del abuelo (1979), con el que ganó el V premio Unesco-Editorial Voluntad; La casa del arco iris (1986); Cartas del palomar (1988) y La casa del verde doncel (1990).2
Este corpus, significativo por cantidad, originalidad y extensión, en el conjunto de una producción literaria que, como la de Fanny Buitrago, incursionó exitosamente en la dramaturgia3 y se afianzó en la narrativa (cuento, novela)4, adquiere singular relevancia en Colombia, donde la literatura infantil cuenta a su haber con pocos autores, una tradición fracturada –o inexistente, al decir de algunos estudiosos– y se ha caracterizado por responder a tendencias didactizantes, factores que alejan el texto literario infantil de sus destinatarios y lo convierten en un ‘insumo’ escolar, la mayor de las veces incorporado al libro de texto, hecho que afecta, desde la educación inicial, la relación que los colombianos establecemos, en general con la lectura y, particularmente, con la lectura de textos literarios.
Lejos de la intención didactizante
Si se trata de tomar postura frente al tema de la enseñanza y el aprendizaje de la literatura (y claramente no es posible sustraerse a este debate, sobre todo cuando se toca el tema de la literatura infantil y juvenil), hay que señalar que, más que una didáctica de la oralidad y de la escritura; este proceso debe entenderse como una pedagogía de la imaginación y de la poética, dado que el lenguaje las configura, a medida que genera las formas de la irrealidad en que se halla inmersa la conciencia; en tanto permite inventar otras formas nuevas (¡inéditas!), reinventar las ya existentes y multiplicar los territorios que determinan el campo de la inteligencia humana (GOYES, 1992).

Así las cosas, la literatura escrita para niños por Fanny Buitrago, no sólo germina (¡pese a todo!) en un contexto árido y adverso, sino como una propuesta estética, alejada de la intención didactizante, separada de “la moraleja” y del moralismo. Los relatos infantiles de la autora tienen su génesis en la infancia, entendida como espacio vital y supratemporal del ser humano, asumida por fuera de las “etapas del desarrollo biológico” y asida fuertemente a la ensoñación, la añoranza, los espacios (la casa, el patio, la calle, el pueblo, la ciudad) y las personas (voces y presencias ancestrales) que subsisten en la memoria adulta, para garantizar la existencia y la permanencia de la infancia, esa posibilidad que nos ofrecen, para siempre, la imaginación y la vida.
¡En procura de la imaginación poética!
La propuesta estética que acogen estos textos, le apuesta a la imaginación poética. Los coloridos relatos que Fanny Buitrago le entrega a los niños y a los adultos lectores –no existen distingos de edades para el disfrute de la buena literatura, aunque ciertamente puedan establecerse distintos niveles de recepción estética entre las personas– son iniciáticos, rituales y carnavalescos; en ellos las radiantes figuras infantiles (Luisito, Falsy, Elsy, Tomás, Laura, Ritica, Pablo y Quique, entre otros), se mueven con libertad a lo largo y ancho de los amplios espacios de casas con patio –que han desterrado el miedo de sus dominios– y entre los adultos que acompañan las vidas agitadas que transcurren en esos mundos de ensoñación constituidos a partir de los elementos cotidianos de la realidad circundante.
La imagen de adultos y ancianos que se recrea en estos relatos se configura a partir del reconocimiento y el respeto mutuos (los niños y las niñas existen, son visibles, cuentan –en los dos sentidos de la palabra–, dialogan con ‘los grandes’ y ¡son escuchados por ellos!), sentimientos que brotan de los lazos de familia y de las interacciones comunitarias en las que es recurrente que las palabras de niños y adultos se entrecrucen para construir espacios de comunicación afectiva y efectiva (asertiva, como la llaman ahora), sin el veto que imponen el temor de unos o el autoritarismo de otros.
Los mundos posibles que discurren en La casa del abuelo, La casa del arco iris, Cartas del palomar y La casa del verde doncel permiten vislumbrar una infancia plena de afectos y recuerdos en los cuales la fuerza de la palabra (la propia y la ancestral, que también es propia), determina el mundo humano vital recreado que se entrega a los lectores (ONG, 1991: 31).
Sabores que se leen… ¡Los invito a degustarlos!
En consonancia con las afirmaciones que aquí se hacen, la propia Fanny Buitrago se refiere en los siguientes términos al origen de sus textos de literatura infantil:
…mis relatos infantiles son música y colorido ante todo. Me he sentado a escribir lo que viví de niña, lo que me contaron de niña, lo que vivieron mis hermanos, tías, mi abuelo, mi primo, y, también lo que podrían vivir los niños que conozco ahora. Son libros luminosos, felices, quizá nostálgicos. El primero de ellos, La casa del abuelo, surgió en un momento muy triste. Los otros fluyeron, se ordenaron casi solos. Escribirlos fue como batir merengues y hacer cadeneta. Me serví de la memoria de mi tía mercedes y de mi mamá para describir las flores del jardín de mi abuela. Los dulces eran inolvidables. Yo los había disfrutado uno a uno.5
Este fluir de los relatos de la escritora barranquillera, esa ordenación mágica a la que ella se refiere, a la que asocia con la delicadeza, la fragilidad y la dulzura del merengue, con la fluidez suave y veloz del tejido en manos de mujer, con el aroma gustoso de flores y dulces caseros, está sin duda relacionada con la confluencia de la ensoñación, la imaginación y la memoria en el acto creativo, que permitió la escritura de los textos literarios. Sólo dentro de esta triple unión puede decirse que se revive el pasado, porque para poder crear la poética de una infancia evocada mediante la ensoñación, es indispensable dar a los recuerdos su atmósfera de imagen, convertida en los sabrosos escritos de Fanny Buitrago, en sabores que se leen.
Referentes:
Ferrer, Y. (2004). La literatura en contexto educativo. En: Revista Grafía. Universidad Autónoma de Colombia, Bogotá, ISSN 1692 - 6250 Nº 2, pp. 119 a 129 y 173.
Goyes Narváez, J. (1999), Pedagogía de la literatura infantil y creatividad, Bogotá: UAN, (paper). pág. 32.
Ong, W. (1991). Oralidad y escritura. Tecnología de la palabra. México: Fondo de Cultura Económica.
Sánchez Corral, L. (1995). Literatura infantil y lenguaje literario. Barcelona: Paidós.










Yury de J. Ferrer Franco


Yury de J. Ferrer Franco es Comunicador Social-Periodista de la Universidad Autónoma del Caribe de Barranquilla, Licenciado en Filología e Idiomas (Español-Francés) de la Universidad Nacional de Colombia, Magíster en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y doctorando en Cultura y Educación en América Latina de la Universidad de Artes y Ciencias Sociales de Chile. Actualmente se desempeña como profesor de planta en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, adscrito a la Facultad de Ciencias y Educación, en donde ejerce la docencia en pre y posgrado.
Ha trabajado como profesor en los niveles de educación Básica Primaria, Secundaria, Media y Superior, desde 1990, al servicio de instituciones oficiales y privadas. Ha participado como investigador principal en procesos inscritos en las áreas de la literatura, el lenguaje, la comunicación, la pedagogía, la educación especial y la producción editorial, avalados y acreditados por el Sistema Universitario de Investigación, SUI, de la Universidad Autónoma de Colombia; el Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico (IDEP-SED); el Centro de Investigaciones de la Universidad Pedagógica Nacional (CIUP); el Centro de Investigaciones y Desarrollo Científico (CIDC) de la Universidad Distrital y el Centro de Estudio e Investigaciones Literarias del Caribe (CEILIKA) de las Universidades de Atlántico y Cartagena. También ha sido profesor en programas de formación permanente (PFPD y diplomados), dirigidos a docentes y profesionales del Distrito Capital y de los departamentos de Cundinamarca, Putumayo, Valle del Cauca, Atlántico, Chocó, Nariño y Bolívar. Participó en los procesos de Acreditación Previa y Acreditación de Alta Calidad ante el CNA de la Especialización en Educación Especial con Énfasis en Comunicación Aumentativa y Alternativa de la UPN, y la Licenciatura en Pedagogía Infantil de la UD.
Es integrante de los grupos de investigación Literatura, educación y comunicación (inscrito ante COLCIENCIAS) y del Centro de Estudio e Investigaciones Literarias del Caribe, Ceilika (reconocido por Colciencias y escalafonado en Categoría A), y miembro de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso, ALED y de la Red Colombiana de Investigación en Literatura, RECIL. Ha participado como ponente en eventos de carácter nacional e internacional en las áreas de lenguaje, literatura, pedagogía y comunicación. Es editor de Cuadernos de Literatura del Caribe e Hispanoamérica, publicación semestral del grupo CEILIKA, dedicada al desarrollo de temas literarios, indexada por COLCIENCIAS. Textos suyos han sido difundidos en publicaciones especializadas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que bien que se recupere la literatura femenina colombiana FELICITACIONES A la moviola!!!!!!!