Cronopio mirando el reloj


Por: Diana Carolina Moreno
Redactora de La Moviola



Ruido, caos, ambulancias, gente con afán, niños que son ignorados, hambre, guerra, silencios, ausencias, dolor, llanto, abandono, depresión, pobreza, desesperanza, desamor, afán…

El reloj ya no da más su tranquilo tic tac, ahora la producción está atrasada y es pertinente darle cuerda al cuerpo para que rinda lo que tiene que durar, lo que tiene que soportar, lo que tiene que aguantar para poder ser medianamente apto para el consumo, para el dinero, para los intereses de las grandes industrias de hombres grises.

Ya no hay tiempo para las sonrisas cargadas de sorpresa, de admiración, de tranquilidad; ya no hay tiempo para los abrazos entre desconocidos mientras cruzan sus miradas por la calle; ya no hay tiempo para las charlas sobre los sueños y el cambio; ya no cabemos en las celdas del alma, ahora nos toca entrar en las de cemento.

Ahora necesitamos tiempo, probamos con la tecnología mágica un abrazo cálido para el alma, un refugio constante para los pensamientos, una necesidad de querer amar y sentir un beso que no volverá. Elegir para luego ser condenados, elegir mejor con la convicción de querer vivir, de apostar por soñar, de soñar para jugar, y jugar para reir.

Mil segundos más, mil segundos más, mil segundos más, mil segundos más recargables de mil segundos más… cuando la noche llegué y el alma quiera respirar, es mejor invitarla a pasear por los jardines de la duermevela, cerrar los ojos y sentir el viento sin prisa, con los recados de los susurros de otras voces que también nos invitan a volar, a desear y sobre todo abir los ojos y creer de nuevo.

1 comentario:

§ dijo...

esta muy lindo este articulo...
gracias!!!