“El infierno de Henri-Georges Clouzot” de Serge Bromberg & Ruxandra Medrea





Por
Jonathan Fortich
Corresponsal La Moviola
Montreal (Canada)







Título: “El infierno de Henri-Georges Clouzot”
Dirección: Serge Bromberg & Ruxandra Medrea
Guión: Serge Bromberg
Producción ejecutiva: Marianne Lere
Fotografía: Jérôme Krumenacker & Irina Lubtchansky
Sonido: Jean Gargonne, Cyril Moisson & Julien Ripert
Edición: Janice Jones
País: Francia
Duración: 94 min.
Año: 2009







• La historia del cine está hecha de miles de filmes inconclusos. Podríamos hablar de millones si pensamos en los guiones abandonados, en los que nunca consiguieron financiación, en los que no se terminaron de filmar y así, hasta los filmes que no llegaron a estrenarse. Precisamente una producción concluye cuando se comparte el resultado del proceso creativo con los espectadores. El día de su estreno un filme nace y se somete a la Historia, jueza de todos los actos.
• Una película terminada y estrenada, pero que cuenta la historia de uno de esos millones de filmes inconclusos es La nuit americaine de François Truffaut. Ha pasado a ocupar un lugar fundamental en la historia del cine porque en ella demuestra el autor francés su profundo conocimiento del lenguaje cinematográfico, su talento para traducir al cine los mejores recursos de la literatura europea del siglo XIX, su habilidad para dirigir actores y un largo etcétera de méritos estéticos, pero también porque es la referencia inmediata de todo cinéfilo cuando piensa en un rodaje.
• Truffaut, que como tantos autores gustaba de mostrarse a sí mismo a través de alguno de sus personajes, interpretó a Ferrand, el director. Otros prefieren hacer de sus actores favoritos un álter ego. Como Fellini, que dirigió en 8 1/2 a Marcello Mastroianni interpretando al director Guido Anselmi.
• Guido ha cosechado un gran éxito y se lanza a la pre-producción de su proyecto más ambicioso sin tener un guión definitivo, sólo un borrador que poco convence al crítico Carini Daumier (Jean Rougeul). El ambicioso director se evade de las exigencias de su comprometido equipo y de su complicada vida sentimental rememorando su pasado, reencontrándose con sus pesadillas y sus obsesiones. Guido no llegó más que a filmar algunas pruebas. Al final debe confesar ante todo el equipo que no habrá película, que no tiene historia.
• En días recientes se presentó en la multisala de arte y ensayo Cinema du Parc de Montréal el filme L'enfer d'Henri-Georges Clouzot. En este, los realizadores Serge Bromberg y Ruxandra Medrea reconstruyen el filme inconcluso L'enfer del mencionado director a partir del material filmado y del archivo de la producción. Clouzot nos dejó para la posteridad 185 latas de película. La mayoría en blanco y negro y algunas en color. Solamente un rollo de sonido.
• Serge Bromberg cuenta con una trayectoria como productor muy cercana a la historia del cine y la restauración de películas. Quien escribe estas líneas desconoce las experiencias audiovisuales de Ruxandra Medrea anteriores a este filme.
• Henri-Georges Clouzot (1907-1977) dirigió Le Corbeau, Le salaire de la peur, Le mystère Picasso, La Vérité, entre otras. Para 1964 era un aclamado y respetado cineasta. En su vida privada había pasado por el duro trance de la muerte de su esposa Véra que lo llevó a la depresión. En diciembre de 1963 había contraído matrimonio con Inès de Gonzalez y su vida parecía volver a la normalidad. En algún punto llegó a convertirse en antítesis de Guido Anselmi.
• A diferencia del personaje de Mastroianni en 8 1/2, antes de hablar con algún actor u ordenar la construcción de algún decorado, Clouzot partió de un tratamiento de 50 páginas, para llegar a una primera versión que según Costa-Gavras tenía 300 páginas. De ahí a un guión de hierro en el que se detallaban incluso los lentes a usar por cada plano y un story-board en el que la composición se construía a partir de la proporción del personaje en el cuadro de acuerdo al lente seleccionado. Clouzot contaba con tablas que le permitían determinar qué proporción del cuadro ocuparía un personaje filmado desde una distancia determinada con un lente dado.
• El título ciertamente era una referencia a “El Infierno” de la Divina Comedia de Dante Alighieri. La historia gira alrededor de los celos de Marcel (Serge Reggiani) hacia Odette (Romy Schneider), a quien cree seducida por Martineau (Jean-Claude Bercq) una clara y directa referencia a En busca del tiempo perdido de Marcel Proust. La primera es la obra que lleva a la literatura al campo de la modernidad, la segunda es tal vez la máxima obra en la historia de la literatura moderna. Clouzot había llegado a ser uno de esos maestros que llega a conocer todos los secretos técnicos y narrativos del cine y cuenta con una vasta erudición. Fácilmente podríamos ponerlo al nivel de Eisenstein, Murnau, Hitchcock o Godard. Con L'enfer buscaba llevar a la pantalla sus obsesiones emocionales, estéticas y narrativas. Más allá de contar una historia, su intención era ponerse en la vanguardia de la experimentación cinematográfica que tanto progresos mostró en los años 50 y 60. Sus teorías sobre el color, el sonido, la puesta en escena y el montaje serían llevadas a la práctica en un proyecto cuyas pretensiones harían parecer a Citizen Kane una película de estudiantes.
• Ciertamente la columna vertebral de L'enfer d'Henri-Georges Clouzot es el material original. El objetivo argumental es la reconstrucción del filme inconcluso como se reconstruye un crimen. Con la lógica de aquellos investigadores privados de las películas de los cuarentas y cincuetas, Bromberg y Medrea dejan que el montaje y la estructura permitan a las evidencias expresarse por sí mismas. Un filme ha muerto y el asesino ha sido su propio autor. Los realizadores entrevistan a los testigos directos, visitan las locaciones originales y reconstruyen con los actores Bérénice Bejo y Jacques Gamblin escenas cruciales del filme que no llegaron a ser filmadas. Como en las buenas historias del film-noir conocemos a la víctima y al asesino, lo que nos mantendrá enganchados será la pregunta por el cómo.
• Esta “anatomía de un asesinato” empieza con una entrevista de T. V. de aquellos años en la que el maestro Clouzot explica la génesis de su proyecto. Luego, en 2009, el cineasta griego Costa-Gavras habla del primer borrador de L'enfer que tuvo el privilegio de leer. En las pruebas de vestuario vemos a los actores principales. Está Serge Reggiani quien saltó a la fama interpretando a un traidor a la Resistencia francesa en Les portes de la nuit de Marcel Carné. Luego aparece la bellísima Romy Schneider que descollaba en una década de mujeres hermosas. Había empezado en el cine siendo todavía una adolescente. En 1960 había actuado en Purple Noon de René Clément haciendo un personaje menor, pero después trabajaría con Visconti, Alain Cavalier, Orson Welles y Otto Preminger.
• El trabajo de pre-producción se llevó a cabo de manera minuciosa calculando hasta el último detalle y haciendo innumerables pruebas fotográficas. Era necesario. Esta película se rodaría con tres equipos de cámara trabajando en simultáneo. Los exteriores se filmarían en un lago artificial que sólo estaría disponible por 20 días, cumplido este tiempo la locación sería inundada con motivo de obras públicas a desarrollarse en el lugar.
• Clouzot era un hombre que vivía y amaba con pasión. Eso se nota en su cine, en sus personajes, en su interés por filmar dramas que no se expresan pero que su cámara nos deja saber que existen. Los miembros del equipo de rodaje de L'enfer rememoran al realizador despertando a las 2 a.m. a su asistente de dirección porque a esa hora se le había ocurrido una nueva idea. Cada día Clouzot tachonaba su guión de hierro con más y mejores piezas.
• Ciertamente un trabajo de pre-producción minucioso permite realizar cambios en el set con mayor comodidad. Pero no olvidemos que estamos hablando de tres unidades trabajando en simultáneo. Se llegó a un punto en el que cada cada retake sumaba un atraso más al plan de rodaje. Y es que además no era este un filme de puesta en escena austera, de primeros planos y planos medios. Hay un plano, por ejemplo, en el que vemos en primer término a dos personajes en un bote en mitad del lago, tras ellos está un cerro atravesado por la carretera de acceso al hotel donde se desarrolla la historia. Por esa carretera vemos correr a Marcel loco de celos.
• La suma de dificultades y las exigencias de Clouzot incrementaron la tensión y caldearon el ambiente de tal forma que en el punto más crítico del rodaje, cuando quedaban pocos días para abandonar la locación y muchos planos por rodar, Reggiani abandonó el set. Se dijo que lo había atacado una brucelosis, lo cual nunca llegó a confirmarse. Lo cierto es que la paciencia del actor se vio colmada por un rodaje que se debatía entre lo monumental y lo caótico. Clouzot insistió en seguir adelante y filmar las escenas que faltaban mientras la producción le procuraba otro actor.
• Las historias de Jack London nos dejan ver la facilidad con la que las fuerzas de la naturaleza doblegan al espíritu más valeroso que se atreve a enfrentarlas. Una mañana, en un bote en mitad del lago, Clouzot filmaba a Romy Schneider y a Dany Carrel en una escena casi sáfica. La claqueta entra a cuadro. Sale. Las actrices obedecen a la voz de acción. Arranca la escena y, en medio de una caricia el plano se termina. La cámara se detiene. Clouzot había sufrido un ataque cardíaco. Sobrevivió, pero no su película. Después de ver los costos, la renuncia del protagonista y el estado de salud del director, la producción ordena suspender el proyecto.
• En busca del tiempo perdido de Proust es el paradigma de obra de arte monumental que varios grandes autores han aspirado emular. La modernidad atacó con su razón y sus evidencias los paradigmas antiguos plagados de dioses, demonios, brujas y espíritus, más sin embargo parece que estos espectros desplazados se hubiesen marchado al baúl de la historia dejando una maldición sobre las páginas de la obra de Proust. Así como cayó Clouzot, años después En busca del tiempo perdido cobraria otra víctima: Truman Capote y sus Answered Prayers (“Plegarias atendidas”).
• Estos son uno de tantos ejemplos. Cada obra de arte que consigue el éxito guarda detrás de sí una historia de frustraciones y fracasos protagonizados por grandes y pequeños. La historia de las artes es mucho más que sus grandes personalidades y sus éxitos. Reconstruir los fracasos es otro recurso para entender el cine, sobre todo ahora que pasa por momentos tan críticos. En este sentido, L'enfer d'Henri-Georges Clouzot constituye un aporte importante.
• Por otra parte, vale mencionar que este es, sobre todo un filme para cinéfilos. El nombre de Clouzot muy seguramente pasa desapercibido para las nuevas generaciones de espectadores y rara vez los rushes atraen al gran público a menos que haya asesinatos y una poderosa estrategia de mercadeo. En principio, esto presenta una desventaja en términos de distribución. Empero, este filme ha sido galardonado con el Premio César a mejor documental el 27 de febrero de este año. Una gran ayuda para promover la distribución de un filme importante, aunque sea en el ámbito de las salas de arte y ensayo. Esta coyuntura nos debería a invitar a reflexionar sobre el caracter y el papel de los premios en la industria cinematográfica.
• La proyección fue en video de alta definición. El público asiste sin reparos. A pesar de que ahora se recicla el viejo 3-D, el 35 mm se marcha con paso lento “sin desplegar los labios... por la orilla del fragoroso mar,...” de la historia. Tomémonos el tiempo para despedirlo.

2 comentarios:

§ dijo...

Es una bellisima reflexiòn, "la historia de las artes es mucho mas que sus grandes personalidades y sus èxitos. Reconstruir los fracasos es otro recurso para entender el cine..." se abre un capitulo lleno de misterios y fascinaciòn. como descubrir la otra cara de la luna.

Anónimo dijo...

si la Moviola abre caminos en la luna!!!! gracias por pasar
CCLM