Por
Martìn Medourenne
Corresponsal La Moviola
Bruselas (Bèlgica)
Durante los meses de abril y mayo, en la cinemateca de Bruselas, los espectadores nórdicos y los exiliados del país azteca pudieron sorprenderse con las miradas realistas y contemplativas de jóvenes autores (con excepción del fantástico Guillermo Del Toro con El Laberinto Del Fauno) sobre la religión (Desierto Adentro de Rodrigo Plá, Cinco Días Sin Nora de Mariana Chenillo, El Crimen Del Padre Amaro de Carlos Carrera), la transformación hacia la globalización o burguesía (Y Tu Mamá También de Alfonso Cuaron, Daniel y Ana de Michel Franco, La Zona de Rodrigo Plá), la importancia de los medios (Crónicas de Sebastián Cordero), el campesinado de la milpa (El Violín de Francisco Vargas, Japón y Luz Silenciosa de Carlos Reygadas), el estatus del sirviente o pequeño empleado (Parpados Azules de Ernesto Contreras, Parque Vía de Ernesto Rivera, Batalla en el Cielo de Reygadas y Sangre de Amat Escalante), la emigración (Los Bastardos de Escalante), la juventud marginal (Amores Perros de Alejandro Gonzáles Iñárritu, Temporada de Patos y Lake Tahoe de Fernando Eimbcke) de un país mas conocido por sus telenovelas, sus mariachis y su gastronomía. Pues no. El cine mejicano si existe y no se contenta con ser una pálida copia de su vecino del norte sino que ha desarrollado sus particularidades y sus propios intereses. Estos jóvenes autores no dudan en resistir a la categorización de los géneros tradicionales del cine como el policíaco (La Zona), la comedia (Cinco días sin Nora, Parpados Azules), el western (Desierto Adentro, Los Bastardos), el roadmovie (Y tu mamá también) y la película de guerra (El Violín). Por ejemplo, el western se asocia con la película social de la emigración, la comedia toma aires de contemplación realista, la película de guerra similar a un documental musical y la trama detective con una historia futurista. Esa trasgresión de los límites en el material mismo del cine como identificación genérica se repite a nivel mismo de su producción. Las fronteras marítimas y andinas resultaron, así poco efectivas para el cine de los herederos del arte de José Guadalupe Posada. Incluida en la programación de la muestra, la película El Laberinto del Fauno que trata por lo tanto del franquismo, no esta inmunizada contra la mirada de tipo fantástica de su director mejicano. Ni el largometraje del ecuatoriano Sebastián Cordero sobre la presencia de los medios televisivos extranjeros en ese país lejos de Méjico pero producido sin embargo por el mismo Del Toro y Alfonso Cuaron. Reygadas también, a nivel nacional, esta presente como productor en los credenciales las películas de Escalante, e internacionalmente con las películas de los antiguos conquistadores ibéricos, La Influencia de Pedro Aguilera y El Árbol de Carlos Azcon Serrano.
Otra característica de un cine independiente y potente reside en esa constatación: los alumnos del cine de Luis Buñuel y de Arturo Ripstein han lanzado sus visiones propias por fuera del país a la conquista de un nuevo cine joven. Un imperio de la mirada crece.
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