DANZANDO SOBRE BLANCO Y NEGRO

Por
Andrea Vasquez Ocampo
Corresponsal Blog La Moviola
Buenos Aires



Mientras por este lado del mundo, un 50 % de ojos vendados se deslumbraban con “Don Carlos”, y unos kilómetros más arriba Samper hacía de las suyas; una pareja explosiva comenzaba el viaje por un hermoso tobogán que giraba en los más bellos rincones de Suiza, Alemania y Austria.
Con profundo amor el dúo PERNA-DI CRESCENZO deslizaba sus vertiginosas manos por “Guillaume Tell”, “Clementi”, “Mercadante”; para más adelante resurgir en un tranvía de cuatro manos llevando en cada una a “Brahms”, “Mozart”, “Rachmaninov” y “Chopin”, entre otros.
Tiziana Perna, una de esas niñas que tocan la punta de su vestido azul y se preguntan si podrán volver a sentir la punta de su nariz, estudió piano en el Instituto Musical “G. Braga” de Teramo. Encantó con sus conciertos a las Damas y Señores de Italia, Austria, Suiza y Alemania. De la mano de los grandes en Caramanico Musica, Sapzio Musica, Rapallo Musica Landshut Musikfestpiel y Stadterding Festival Mozarteum; festivales que endulzan el oído con delicioso jarabe al otro lado del Atlántico, desenvuelve su mas preciado don.
Manfredo Di Crescenzo, como algunos dirían el “hombre orquesta”; completa sus estudios de piano, composición, instrumentación para banda, música coral y dirección de coro y orquestal en Santa Cecilia de Roma, G. Rossini de Pesaro y en la Academia Florence. Desde seminarios de Polifonía Sacra y Canto Gregoriano hasta conciertos y grabaciones para la TV en la lejana Latinoamérica; la carrera de este talentosísimo músico parece completarse de la manera más hermosa en las manos de Perna.
Cada encuentro, sobre las teclas blancas y negras, de este dúo, recrea en un espejo un mundo fantástico y alucinante que Alicia observa aferrada a un conejo blanco. Sus diálogos explosivos dibujan imágenes en la sala, cada frase construye un sentido velado, que permite divisar una orquesta completa con los instrumentos más bellos y precisos que no podrían imaginar los “Le luthiers”.
En una fría e intrépida noche Tiziana Perna y Manfredo Di Crescenzo se presentan en el Teatro Argentino, en una sala sencilla, acogedora con cientos de maderitas, ordenaditas, dispuestas a escuchar otra maravillosa danza de sonido que rebota sobre ellas. Frente a la sala Astor Piazzolla esperábamos ansiosos la apertura, sin imaginar la mitad de sensaciones que compartiríamos todos, desnudos, en este subsuelo revestido de madera donde han desfilado el “Aire y fuego” los clásicos, la copla y el flamenco Ballet Hispania y figuritas azules que divierten a los niños con "La Banda del Grillo".
Adentro, en una ubicación espacial, donde la vista podía acompañar la bella danza de sus dedos, surgió lo inesperado. Se sientan y empieza la “Danza sobre el piano”, parecíamos estar presenciando el más bello homenaje a Edvard Grieg. Con “Peer Gynt, Suit Op. 46” dibujaban colores extraños en nuestras retinas y hermosos ecos con “De Mañana”, “La Muerte de Ase”, “La Danza de Anitra” y “En la cueva del Rey de la Montaña”.
Parecía que Samuel Barber nos visitaba después de su adiós en 1981 y “Souvenirs – Suite de Ballet Op. 28” con “Vals”, “Escocesa” y “Pas de Deux” desfilaba como el amarillo y rojo de un cuadro surrealista entre los dedos de esta mágica pareja.
Y lo último, más que un final explosivo, ocurre como una nube de serpentinas plateadas que rodean la sonrisa invisible de Cheshire… “Sergei Rachmaninov” y su “Seis deus Op.11” caen como una catarata naranja inundando el lugar con “Barcarola”, “Scherzo”, “Romanza”, “Tema Ruso, “Vals” y “Eslovaca”. Dejando en nuestros sentidos una llovizna líquidamente inconclusa que no cesará jamás.
Y salimos flotando, anonadados, los comentarios fueron remplazados por tranquilas sonrisas, que se deslizaban a lo largo del corredor mientras subíamos las escaleras como dirigiéndonos al tranvía de cuatro manos que lleva en cada una a “Brahms”, “Mozart”, “Rachmaninov” y “Chopin”.