Videograma de Los Cocodrilos acechan en aguas tranquilas de Marcel Odenbach
Por
Por
Catalina Insignares Guijo
Gustavo Rojas Guayara
Especial para La Moviola
Nacido en la Alemania de la post-guerra, Marcel Odenbach pertenece a una
de las primeras generaciones que abordó el tema bélico después del holocausto
en una época en la que hasta los mismos Alemanes preferían tratar de olvidar
esa mancha imborrable en la historia de su sociedad y de hecho, en la historia
del mundo.
Estudió Arquitectura, Historia del arte y Semiótica en su natal Colonia
y se inició en el videoarte entre los 21 y los 22 años inspirado por los
también video-artistas Vito Acconci, Bruce Nauman, Peter Campus y Richard Serra, decidiendo de
manera definitiva aquello a lo que dedicaría su vida. Hasta la fecha es uno de
los video-artistas alemanes con más trayectoria en el campo y su trabajo ha
estado expuesto en los museos más reconocidos a nivel mundial.
En la obra de este artista no solo se destaca su trabajo audiovisual;
también se pueden apreciar en su haber una gran variedad de labores gráficas en
las que ha decantado buena parte de su ideología y pensamiento. Estas se han
expuesto en museos tales como el MoMA de New York; punto que nos permite
de entrada hacernos una idea de la magnitud del genio artístico en el que nos
estamos adentrando y que nos disponemos a analizar.
Sus obras gráficas al igual que sus demás trabajos están influenciados
por el devenir de la individualidad del hombre, visto desde los procesos
históricos y también desde sus identidades culturales. Por otra parte, se
evidencia algo de preocupación e interés por el trato que se le da al tema de
la masculinidad en sociedades herméticas, especialmente las de medio oriente,
cuya cultura milenaria se ha convertido en la base de sus ideales más extremos
y radicales (origen a su vez de los conflictos más violentos de la era
moderna), su simple estructura grafica (la de las obras) que combina lo macro
con lo micro y lo convierte en un solo elemento, le permite desarrollar
metáforas de concepción social que a su vez le facilitan al espectador realizar
un análisis y sacar sus propias conclusiones pero aun así dejando un objetivo
claro y colocando dichos conflictos alrededor del mundo como eje principal del
grueso de su obra.
Lo anterior se puede ver por ejemplo en “Sin título (Palestinian
flag)” de 1991 (no encontrada en la exposición Movimientos Quietos)
en donde se nos expone una suerte de turbante desarrollado en técnica collage
que está hablándonos de un tema netamente masculino por el significado de la prenda
en la sociedad palestina y de la guerra, tal como pasa en una de las obras
mencionadas y analizada más adelante (Historias de hombres 1).
Es importante que se entienda que la obra de Odenbach independientemente
de que sea gráfica o audiovisual siempre está llevando al espectador por la
misma línea y todo esto gracias al contexto histórico en el que ha vivido y las
cosas en las que se ha interesado tales como los temas de la masculinidad y la
feminidad (bastante importantes en toda su obra) o la individualidad estudiada
o interpretada desde lo bélico y las consecuencias que ello trae.
Odenbach inicia su carrera con trabajos de impacto global, uno de los
primeros fue Diálogos entre Este y Oeste (1978) en el que él y Gábor
Bódy mantienen una conversación silente por medio de su saliva en medio de una
falsa rueda de prensa en la que solo están los dos. Este trabajo expresa la
forma en la que los medios mantienen a los protagonistas del conflicto
interactuando como peces dentro de un acuario, ataca de forma bilateral a los
medios de comunicación y a el modo en el que la sociedad recibe o asimila la
información, otros trabajos como Estar de pie es no caerse (1989) o Como
si los recuerdos me engañasen (1986) exponen (como ya dijimos) su gran
preocupación por la memoria histórica de la humanidad, sus conflictos, sus
guerras, sus crisis, pero ante todo sus dictadores y el encasillamiento
genérico de muchos de los focos de atención de cada época, dando a exponer al
mundo la ambición y la sed de poder implícita con la que el hombre nace.
Odenbach resalta en cada una de sus obras una fuerte preocupación social
y política (aunque él diga que no es su intención hacerlo; tal como lo mencionó
en la conferencia inaugural de la exposición Movimientos Quietos en el
Museo de Arte del Banco de la República) por los sucesos violentos más
relevantes cuyas causas y consecuencias han marcado nuestra evolución en la era
moderna; también cabe resaltar que desde 1990 ha servido como docente en
Amsterdam, Karlsruhe, Kumasi, Los Angeles, Berlin, Colonia y Dusseldorf,
contribuyendo a la formación de mentes críticas y el desarrollo de métodos
innovadores del uso de las herramientas audiovisuales y los medios de
comunicación y difusión informativa de la nueva era.
De su muestra Movimientos Quietos expuesta por estos días en el
Museo de Arte del Banco de la República, podemos resaltar su obra del 2009:
DANDO VUELTAS EN CIRCULOS cuyo nombre original es: Im Kreise
drehen, un video que nos transporta al mausoleo de Majdanek
en Polonia, construido hace 74 años (1941) durante el periodo de ocupación
nazi, albergo a 50.000 prisioneros, pero en menos de un año fue ampliado para
tener una capacidad máxima de 250.000 he inmediatamente fue convertido en el
segundo campo de exterminio más grande de la segunda guerra mundial. Debido a
su cercanía a la frontera con Ucrania, a mediados de 1944 y con la llegada del
Ejército Rojo para el pronto decaimiento de la Alemania nazi, La SS no tuvo
tiempo suficiente para destruir el campo de concentración y borrar las huellas
de sus crímenes, es por esto que Majdanek, a la fecha, es el único campo de
concentración que conserva en casi su totalidad las instalaciones originales
que fueron construidas en la década de los 40 para dicho propósito.
En esta obra, su autor nos regala un acercamiento a la necesidad
autocritica que él sintió de expresar su punto de vista ante este conflicto que
casi cumple tres cuartos de siglo, inicia con dos hombres jugando y girando entre
la hierba, miran al cielo y sonríen, su vestuario es de la época citada; denota
esta auténtica cercanía con la tierra que Odenbach busca expresar en sus obras
más recientes, pues a diferencia de sus trabajos previos, desde los 90’s ha
venido resaltando la estrecha relación de los sucesos históricos y cotidianos
con la naturaleza circundante de los escenarios en los que estos mismos se han
desarrollado, otorgándole a estos lugares ya no un carácter tanto escenográfico
como si protagónico y muy representativo del contenido sub-textual de su
trabajo.
Posteriormente logramos un acercamiento a detalle del concreto, las
grietas y un desplazamiento lateral que parece infinito pero que a la vez tiene
un carácter poético y reflexivo único, no sabemos en donde estamos, no sabemos
lo que hacemos, pero estudiamos a fondo ese elemento que se nos pone delante y
recorremos su estructura detalladamente sin entender muy bien su significado,
pronto logramos comprender por medio de imágenes superpuestas que estamos ante un
objeto místico, que en cada uno de sus poros y grietas están inscritas,
guardadas y preservadas miles de almas inocentes, víctimas de una de las eras
más violentas de la humanidad, estamos avanzando lentamente a través de la
historia de algo, ese algo es una de las esculturas monumentales del polaco Wictor
Tolkin (1922-2013) autor de los monumentos a los mártires en varios
de los antiguos campos de concentración nazi, está en particular fue construida
en 1969.
Una toma muy interesante de este trabajo es aquella en la que después de
revelarnos un poco el lugar en el que nos encontramos, vemos al fondo, en el
horizonte, las copas de los arboles invertidas, una de sus posibles
interpretaciones (personal) es que las almas de todas las víctimas del
holocausto están sembradas en el firmamento y sus raíces crecen y toman aún más
altitud a lo largo de los años; luego presenciamos una breve discusión, los dos
hombres vuelven a escena recorriendo con nosotros el mausoleo, presenciando su
solitud, el silencio, la desolación que se siente caminar en él, dejándonos
claro que no es un lugar sagrado sino un cementerio en el que casi no quedan ni
los recuerdos de aquellos que murieron en él, solo un montículo de cenizas, los
restos físicos de más de 340.000 almas (aproximadamente).
Hay que resaltar también el carácter sobrio con el que el autor nos
expone el exterior de los alambrados, mostrándonos cuan cerca estaba el
infierno del paraíso, una metáfora a la delgada línea que separa al bien del
mal, la vida de la muerte, lo inevitable del devenir de la vida con aquello que
queda marcado en ella: lo eterno.
Las betas de la madera, nos dan un acercamiento íntimo al resto de
instalaciones, sin embargo no cobran un protagonismo dentro del video sino
forman la antesala a un epilogo de una magnitud filosófica poderosa que retumba
en la mente del espectador:
“Let Our Faith Be a Warning
For You”
Permitan que nuestro destino sea una advertencia para vosotros, el inicio y el fin
de esta obra en la que tan solo al final es cuando podemos observar la
escultura en su tamaño completo, un gran plano general que nos expone la obra
de su creador pero que a la vez se eleva con su opulencia y tamaño (de un modo
simbólico, por supuesto) a la cantidad de personas que aparentemente yacen en
él y con ellas la vergüenza de una época marcada por la vida de un tirano.
Odenbach de este modo se convierte en una suerte de historiador que nos
cuenta las mismas historias que ya conocemos pero que lo hace a su propio
estilo, abordando delicados temas con un enfoque algunas veces sobrio como es
el caso de dando vueltas en círculos, otras veces con una breve dosis de
tensión trepidante como lo hace en ”me dio vuelta la cabeza”
(1995/1996), e incluso en algunas otras no analiza solo desde fuera sino que
entra y transmuta su mundo para poder adaptarlo al del entorno a estudiar con
el fin de poder entenderlo, sobrellevarlo pero sobre todo sobrevivirlo.
Como autor sabe muy bien que el mundo (seguramente) siempre estará
inmerso en la violencia y aun así intenta recordarnos las grandes lecciones que
la historia nos ha dejado; basta con solo verla en retrospectiva y compararla
con nuestra situación actual, aquella que construimos en este preciso instante;
basta con darnos cuenta de que la lucha por el poder, un concepto efímero pero
en sí mismo poderoso, nos pone en la posición de prófugos de la verdad, una
verdad que él constantemente busca y a la que la humanidad rehúye; nos gusta
tener mala memoria, es algo malo pero poco reprochable, ¿a quién no le gustaría
olvidar una vida así? ¿Quién no se daría a la huida? Somos como bestias que
huyen (inútilmente) del cuchillo sin filo del verdugo. Quizá en eso se resuma
buena parte de nuestro legado: una muerte lenta y despiadadamente dolorosa.
Por otra parte, hay que resaltar el modo original con el que ha
retratado desde su punto de vista crítico la naturaleza de nuestra sociedad
bélica-idealista, pero sobre todo la versatilidad de su discurso en el que
evidencia el exceso de indiferencia que hay con respecto a toda la problemática
oculta en los conflictos armados. Para las personas del común, los más de 5000
muertos en el este de Ucrania, los periodistas decapitados en Siria, los niños
violados en Sudan, el canibalismo en Corea del Norte, etc… no son más que
números, vidas que siguen el curso de sus destinos porque no tuvieron la
fortuna de nacer en un país diferente o en otro momento (más favorable) de la
historia.
LOS COCODRILOS ACECHAN EN AGUAS QUIETAS (2003/2004) es un video en el
que se analizan las consecuencias que dejo el conflicto entre dos pueblos: los
hutu y los tutsi, dos etnias de áfrica central que a principios de los noventa
entraron en una etapa crítica a nivel social, en principio se presume que los belgas
tuvieron un poco la responsabilidad de este conflicto étnico al considerar a
los segundos una raza superior. Los tutsi, de contextura alta mantuvieron su
estatus social y lo mantienen hoy en día ante el resto de castas del áfrica,
sin embargo el caos se desato el 6 de abril de 1994 cuando un misil de
tierra-aire derribo un avión en el que viajaban el dictador hutu Juvénal Habyarimana y el presidente Burundi
Cyprien Ntaryamira. Al día siguiente los hutus en Ruanda iniciaron una guerra
civil que duro cerca de 100 días y en la que cerca de 1´200.000 personas fueron
casadas y asesinadas, a este conflicto se le conoce como el genocidio de
Ruanda.
“Los cocodrilos acechan en aguas quietas” inicia retratando la
cotidianidad de Ruanda, el ir y venir de una sociedad subdesarrollada que lleva
una vida pacífica y acogedora. Sin embargo Odenbach por medio de intertítulos
sugestiona emocionalmente al espectador y lo obliga a prepararse para el
discurso poético que está a punto de presenciar, el concepto más poderoso de
todo su discurso a lo largo de este trabajo es: ¿Cuando Dios dormirá de nuevo
en Ruanda? Una pregunta poderosa y letal que nos introduce en tierras
desoladas, mujeres haciendo los quehaceres del hogar, niños jugando y el mundo,
o mejor, un anciano viendo su mundo, una bella y triste metáfora de lo que es
la perspectiva de la vida antes de la muerte, un último vistazo al pasado
cuando la arena del reloj ya se va a agotar.
Este es el embudo en el que desembocan las imágenes de todo el trabajo
de este autor, un esfuerzo concienzudo y sutil por transportar al espectador a
la mente de las víctimas del conflicto, es la mirada de ese anciano la misma
mirada con la que muchos otros protagonistas de esta historia y del resto de
historias en su trabajo le dan sentido a ese título tan paradigmático:
movimientos quietos, pues solo podemos estar en ese estado cuando nuestra
mirada se pierde en el panorama de nuestra historia y viajamos por todos los
rincones de todos los mundos que se reproducen en nuestra cabeza, es en ese
momento en el que el autor nos da a entender los deseos de ese hombre que mira
con impotencia y entiende que a pesar de su larga vida y a pesar de que creía
que lo había vivido todo, acepta y comprende que definitivamente no había
vivido esto: la crueldad mortal del ser humano.
Odenbach nos pinta un mundo surreal en la tierra de la leche y la miel,
casi después de sacar a Dios de su sueño inexpugnable le guiña indirectamente
preguntando si esta era la tierra prometida a la que la humanidad estaba destinada:
violencia incontenible entre pueblos, campesinos expropiados, un rio de
cadáveres… todos estos hechos hacen que esa hermosa tierra se conviertan en el
origen de una pesadilla a la cual siempre nos intentamos negar y algo muy
interesante del trabajo es que en este preciso episodio Odenbach expone su
propia versión de la parálisis del sueño de una manera muy sencilla pero eficaz
en una secuencia que nos permite entrar en reflexión a la vez que nos sacude de
repente: rostros de niños en primer plano gritando en off ante la cámara y
cuando menos lo esperamos empezamos a escuchar el grito real sacudiendo ese
ensueño y sacándonos definitivamente de esa Canaán de la que tanto se habla en
las escrituras.
No sé con certeza y no me puedo formarme una opinión muy clara de si
Odenbach responsabiliza indirectamente a Dios por estas atrocidades o si solo
lo acusa de no hacer nada mientras suceden.
Como quiera que sea él sigue el cauce del rio y ya no nos muestra en su
cuarto episodio las casas vacías, los caminos desolados, esa tierra poblada,
sino expone la reacción de la naturaleza enseñándonos que el mundo puede llorar
incluso más fuerte que la humanidad y que sea lo que sea que pase en la
superficie, la tierra siempre lo depura. El agua lava la sangre de los caídos,
la filtra entre la hierba y el planeta absorbe su propio dolor, es una
increíble composición visual y poética.
Gracias a gran parte del material de archivo de naciones unidas es que
el autor puede generar un cuadro de reflexión social y político, también se
vale de los restos de la guerra y las veintiséis horas de grabación de las que
pudo hacerse, poniendo su vida en un escenario aun hostil, completamente
decidido a contar a través de su lente la tragedia por la que Ruanda tuvo que
atravesar, haciendo que diez años después de los hechos, imágenes olvidadas
salgan a la luz y los lugares abandonados vuelvan a la ocupación.
Dios no duerme ahora en Ruanda, solo actúa como observador pasivo, al
menos eso es lo que parece darnos a entender el autor, hombres trabajando en
una ladrillera, las consecuencias del derramamiento de sangre y la destrucción
es que siempre tendremos que recuperar lo perdido, reconstruir lo que ha sido
derrumbado, pero hay algo que nunca se destruye sin importar el alto nivel de
devastación, es la fe y la esperanza que Odenbach le devuelve a la humanidad;
en este trabajo en particular, esa fe se evidencia en la belleza y la inocencia
de un niño, aparentemente abandonado y la forma en la que ve la imagen de una
mujer ¿su madre? No lo sabemos, pero es una escena muy íntima que nos deja sin
aliento, que nos hace contener la respiración, pues no queremos interrumpir, no
queremos intervenir y hacer el papel de intrusos. La mujer ve al niño a través
de la imagen proyectada, el niño hace lo mismo por su parte y es como si a
través de la aparente ausencia de ambos entre sí lograran tener una comicidad
inexpugnable; es una de las secuencias concluyentes del trabajo, una escena tan
conmovedora como épica en el ámbito emocional.
Tardamos en procesar toda la información, todas las frases, todas las
palabras y la violencia pero al final comprendeos que se niño, ese anciano, esa
mujer, todos representan el dolor de un solo pueblo, el llanto de la humanidad.
Algo adicional a destacar es que Odenbach le da relevancia a la
naturaleza viva de los escenarios en los que solo yacen los restos de los
muertos, como si estuviera en su labor de paleontólogo, buscando huellas de
vida donde ya no la hay. La secuencia de la ropa colgada es una de las más
impactantes de este trabajo, un leve paneo hacia la izquierda y vemos ropa
colgada dentro de una habitación, como si hubieran acabado de fregarla y la
hubiesen dispuesto allí para su secado, pero el autor no se acelera, nos da el
tiempo para ver que toda la ropa está demasiado sucia, y entonces lo
entendemos: así es la guerra, una lavandería en la que el hombre lava con
sangre las diferentes moralidades de su conciencia y luego las cuelga a que se
sequen, pues hemos de aceptar que en tiempos violentos la limpieza debe hacerse
con lo que sea que nos quede a la mano, incluso si ya no nos queda nada… ponlo
en la cuerda y déjalo secar, la vida ya se ha escapado por la ventana.
El mensaje de este video-artista es simple y sencillo: sí, la historia
es cruel, pero es importante no cerrar los ojos ante la crueldad, es importante
mantenerlos bien abiertos y en ese preciso instante en el que nos afecta
empezarnos a preguntar que vamos a hacer.
HISTORIAS DE HOMBRES 1 Historias de Hombres 1 es la primera
obra de una serie con el mismo nombre. Está compuesta de dos videoinstalaciones
que juntas hacen una sola obra pues se complementan entre sí. La obra gira
alrededor del ritual de la afeitada en los hombres (en este caso Turcos), vemos
a un hombre siento afeitado cuidadosamente por un barbero en una barbería
clásica y con una rasuradora clásica, estas imágenes (propias de Odenbach) se
yuxtaponen con las imágenes de una película titulada "Yol" dirigida
por Yilmaz Güney, hombre al cual Odenbach le dedica la obra.
Historias de Hombres 1 es una pieza que hace un paralelo entre el
machismo y el tradicionalismo Turco versus la guerra. Habla completamente desde
la masculinidad no sólo porque la pieza sea protagonizada por hombres que se
encuentran sumergidos en un ritual de belleza masculino tan tradicional como lo
puede ser la barbería sino también porque las figuras bélicas a través de la
historia mundial han sido masculinas y el vínculo que el hombre como género ha
tenido en ellas ha sido significativamente mayor versus el de las mujeres.
Esta obra es un vivo retrato del tradicionalismo en el que vive
sumergida Turquía y estas señales nos las da el autor haciendo uso de la
película de Güney.
Esta referencia nos da una guía inicial de por dónde comenzar a indagar
sobre "Historias de hombres 1”. Yilmaz Güney nacido en 1937 fue un
director, actor y novelista Turco que creció en medio de la clase trabajadora
lo cual fue gran parte de su inspiración en la mayoría de sus obras. Güney
permaneció en prisión durante la mayoría del rodaje de la película y su
asistente fue quien se encargó de llevar las labores de producción a la
realidad hasta que el director logró escapar de prisión. Yol es una película
que cuenta la historia de cinco presos a los que les dan permiso de ir a
visitar a sus familias en Anatolia, una región azotada por la violencia.
La película nos revela una sociedad Turca impregnada de miseria, falta
de conocimiento y sobre todo una sociedad llena de miedos y ahogada en los
tradicionalismos. Estos tradicionalismos básicamente se revelan en tres
escenarios de la película:
- La violencia política en contra de los kurdos.
Los kurdos son un pueblo Indoeuropeo encontrado en las regiones de Irán,
Siria, Turquía e Irak practicantes del Yazidismo, religión preislámica.
Desde sus orígenes han sido nómadas y han reclamado tierras que se
encuentran entre Turquía e Irak.
- El machismo que se evidencia en el trato
dominante y autoritario que tiene los hombres para con las mujeres. La
carencia de igualdad en una sociedad patriarcal, que establece la jerarquía
de género como el modelo político- socio-cultural.
- El
rompimiento de las relaciones de familia (como institución fundamental de
la sociedad) por el odio, la incomprensión, la falta de comunicación, y la
intolerancia.
En la conferencia inaugural de la exposición Movimientos Quietos del
Museo de Arte del Banco de la República el artista revelo la intención de su
obra Historias de Hombres 1, la cual tenía como objeto construir un ensayo cuyo
tema central aborda la construcción de estereotipos de feminidad y
masculinidad, el hombre y la violencia. La película nos muestra el camino
inicial del recorrido al conocimiento de una sociedad Islámica que vive bajo la
visión del Estado dominada por dicha religión, grupo insurgente extremista,
radical próximo a AlQaeda, responsables de masacres y desplazamientos que
tienen su origen en su filosofía y en su compleja visión sobre sus sagradas
escrituras. El radicalismo que posee este grupo insurgente se basa en un
tradicionalismo arraigado que afecta a una sociedad turca manteniéndola
sumergida en el machismo.
En la inauguración de la exposición Movimientos Quietos a cargo del
Museo de Arte del Banco de la República, Marcel Odenbach mencionó que la obra
analizada en este fragmento del texto se vio influenciada conceptualmente por
los conflictos del movimiento ISIS que es el mismo Estado Islámico, esto
clarifica que realmente el autor estaba completamente direccionado hacia
mostrar una obra que no solo hablara de hombres de manera superficial.
No se puede dejar a un lado el hecho de que Odenbach sea alemán y esté
hablando de Turquía, hay que recordar que la comunidad extranjera más grande de
Alemania es la comunidad Turca; en los sesentas llegaron una gran cantidad de
Turcos a Alemania a trabajar gracias al económico valor de la mano de obra que
requería el país. Esto significa que entraron en figura de trabajadores mal
pagos resignándose a tener pocos beneficios. La sociedad Alemana no ha aceptado
a muchos de esos inmigrantes como ciudadanos, aún existe una segregación racial
que los Turcos que viven en este país lamentan y a la cual se oponen.
Esto habrá hecho a Odenbach cuestionarse acerca de Turquía y lo habrá incitado
a realizar una obra de tinte masculino relacionado con la guerra y los conflictos
por los que en ese momento se estaban pasando.
Como ya lo habíamos mencionado, el recurso artístico que el autor
utiliza en su mayoría de obras es el collage y esta vez no fue la excepción. El
video presenta una recopilación de imágenes que reunidas cobran un sentido
direccionado a un manifiesto político-social y cultural de una sociedad
sumergida en el tradicionalismo e invadida por guerras políticas que tienen su
origen en un contexto religioso.
Las imágenes poéticas que componen este trabajo, han sido diseñadas para
que cada momento pueda ser disfrutado. La descripción que se hace con cada
primer plano visto, con los slowmotion, con las expresiones faciales y la
kinesia de cada una de las figuras que aparecen constituye un poema
audiovisual. La estética nos lleva a entender el mensaje de una manera suave,
armoniosa y sensual.
El genocidio de Ruanda fue la mayor masacre humana después del
holocausto nazi. Ambos nos llegan en contextos político - sociales bastante
comunes, el segundo podría decirse que nace como consecuencia y análisis
subliminal al fin de la ocupación Iraquí por parte de la milicia
norteamericana, si lo pensamos, en este el autor no nos muestra a las víctimas
ni a los victimarios después de los hechos, solo nos muestra los restos simbólicos
de ellos dándonos a entender que a pesar de las inmensas lecciones que hemos
tenido, aun así no aprendemos.
El fin de la invasión militar Estadounidense se dio en el marco de la
posesión del nuevo presidente norteamericano Barak Obama, que dio por terminada
la guerra y empezó a reducir gradualmente el número de tropas en territorio
afgano e iraquí, hecho que le hizo merecedor al premio nobel de paz, ¡qué gran
mérito!
Odenbach nos expone el mausoleo de Majdanek y hace que nos preguntemos:
¿Cuántos mausoleos no ha dejado de construir la humanidad en conmemoración a
sus propias tragedias y atrocidades? No importa, la vida, como ya lo
mencionamos antes es como la ropa de Ruanda, la ponemos a secar aunque tenga
todo el mugre del mundo.
Por otra parte el primer conflicto: El genocidio de Ruanda, cumplía diez
años cuando Odenbach decidió embarcarse en la empresa de documentar con su
cámara el destino que sufrió la nación Africana, apenas mientras realizaba en
paralelo Historia de hombres 1 (2003), pero para entonces solo habían
transcurrido dos años desde los ataques del 9/11 y pocos meses atrás el
relativamente nuevo presidente de los Estados Unidos había iniciado (al igual
que su padre alrededor de una década atrás) uno de los conflictos armados más
controversiales de la época actual.
En 2003 el congreso le otorga a George W. Bush luz verde para combatir
el terrorismo en una operación que inicio con la invasión de Irak a cargo de
Estados Unidos junto con el Reino Unido, Polonia y Australia en donde el Estado
Islámico utilizó todos sus frentes de fuerza para combatir a lo que se
consideraba como el enemigo; esta invasión dio el inicio a la Guerra de Irak y
fracturó muchas relaciones entre potencias. En este año se llevó a cabo la
operación al-Anfal que consistió en matanzas consideradas como genocidio en la
región kurda, en el ataque murieron aproximadamente 5.000 kurdos.
Todos estos datos nos dan información concreta sobre el contexto social,
político e incluso económico, ya que debido a este mismo conflicto, el dólar
inicia una depreciación trepidante, perdiendo su valor y aumentando las
exportaciones americanas pero al mismo tiempo poniendo en riesgo la economía
global al bajar su precio por debajo de una escala de ponderación que exponía a
las grandes industrias internacionales a sufrir cuantiosas pérdidas monetarias,
el aumento de la inflación y el índice de fluctuación entre producción y venta
de barriles de petróleo también afectarían en gran medida el panorama económico
hasta el 2009 en el que por razones aún desconocidas para nosotros (más porque
no las entendamos que porque no las sepamos, aunque a la larga, no entender y
no saber, en ciertos casos como este, resultan ser lo mismo) el dólar adquiere
un equilibrio como moneda internacional y las reservas de petróleo dejan
aparentemente de escasear.
Como se mencionó anteriormente, es importante destacar que, por ejemplo,
durante la realización de la obra Historias de Hombres 1 se estaba llevando a
cabo la primera invasión en Irak lo cual se conecta con los ataques a las
Torres Gemelas en Estados Unidos, esto nos demuestra que en la realización de
la obra existía un fuerte conflicto internacional que seguramente inspiró al
artista a tratar un poco más a fondo el conflicto, un conflicto que terminó
dejando más muertes y asperezas que soluciones reales.
Odenbach siempre sintió una gran inclinación hacia las artes, desde muy
pequeño fue amante del arte contemporáneo. Cuando se graduó del colegio quiso
estudiar artes pero sus padres le pidieron que estudiara algo serio y luego si
podría dedicarse a lo que quisiera, es por esto que Odenbach estudió
Arquitectura e Historia del Arte. La formación de arte a comienzos de los años
70 en Alemania era bastante conservadora y Odenbach quería orientarse por un
medio que no tuviera tanto peso y que no dependiera de las galerías y los
museos, sin contar la influencia de esos primeros videoartistas. En la obra de
Odenbach hay muchos estilos artísticos que lo influenciaron a parte del
videoarte pero el considera que su influencia va más allá de encasillarse
en un movimiento artístico o una vanguardia, el considera que todos los
movimientos artísticos y las técnicas le aportan a las obras de los artistas
modernos bien sean realizadores de cine o artistas plásticos. Sin embargo es
claro que la obra de Odenbach está influenciada por el collage de los años 20 y
30 y con la apropiación de materiales ajenos, el collage que utiliza Odenbach
en el videoarte es de material mixto utilizando materiales de archivo ajenos de
su propiedad y utilizando material propio grabado y producido por el. No sólo
en su obra gráfica vemos el collage como una tendencia muy marcada, en sus
videos también con la utilización de varios materiales en un solo video
unificando conceptos.
2 comentarios:
Hola, me parece un artículo muy interesante. El análisis y la estructura del trabajo, son componentes que lo haces excepcional entre muchos.
Felicitaciones a los autores y me gustaría tener la oportunidad de leer más. Trabajos así no solo invitan a ser leídos, sino motivan también a escribir.
Eli
GRACIAS POR PASAR ELI Y ESPERA LA SEGUNDA PARTE EN EL NUMERO 93
CCLM
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