Por
Andrés Romero Baltodano.
Y si las manos
Se esconden detrás de alguien
Y eso se llama abrazo?
Teorías para el caos hay muchas …encontramos en la red…
“ Teoría del caos es la denominación popular de la rama de las matemáticas y la física que trata ciertos tipos de comportamientos impredecibles de los sistemas dinámicos. Los sistemas dinámicos se pueden clasificar básicamente en:
Estables
Inestables
Caóticos “
Hablemos de matemáticas para decir que la suma de miradas a veces causa temblores o simples desazones, hablemos de la física y pensemos que el ángulo de un beso a veces es incomodo o simplemente se salta el peralte establecido por una dosis mínima de pasión.
Lo de estable , inestable o caótico si es “ harina de otro costal” pues la estabilidad es tan relativa que creo que hasta Einstein tendría sus problemas al respecto. Inestable a veces es mejor que estable porque pasa como con el mar, por encima sirve para hacer fotos turísticas que mienten alrededor de su verdadero estado, haciéndole creer al que ve la foto publicitaria, que el mar es tan “tranquilo” como todos nuestros dictadores del pasado y del presente.
El caos humano a veces es detestable y a veces es romántico ( cuantos aspirantes a escritores creen que primero deben ser caóticos y después escribir?) si nos internamos en un cuadro de Pollock ese supuesto “caos” es toda una intención y una división de la línea en partículas “elementales”.
Por qué tanto caos?
Por qué adorar el caos?
Por qué hacer una inmersión sobre el caos?
Porque queremos hablar de “Caótica Ana”(2007) una película que Julio Medem hizo hace dos años y que hasta ahora llega a este buzón cinematográfico del “cine invisible” ( aquel que si nos atenemos a lo que traen a las salas comerciales será imposible de ver y disfrutar).
Medem siempre ha tenido una constante en su cine: el universo femenino y sus adorables y detestables caminos, personajes que se esfuman entre el deseo (“Lucia y el sexo” 2001) ,
Amores que se dan mientras el sol se pone casco de astronauta y todo queda tan triste como en el final de “Stalker” de Tarkovski..en “Los amantes del círculo Polar” 1998.
Silencios lentos y deseos reprimidos entre los ojos de alguien en “ La Ardilla Roja” 1993.
Medem incluso abordó el documental en un farragoso documento visual que tituló “La Pelota Vasca” (2003) donde el exceso de entrevistas lo convierten en una aproximación a un ejercicio de reportería.
Los universos de Medem siempre están salpicados de los caprichos del género femenino involucrados con la sociedad, las relaciones, el entorno y sobre todos aquellos diálogos que
se estiran como un gatito juicioso y van alumbrando ideas que se prenden igual a los bombillitos de navidad.
“Caotica Ana” tienen un componente especial y tibio : Manuela Velles ( de tan solo 22 años) que fue escogida después de un extenuante casting y que flota por la pantalla como una nube que a veces toma colores de penumbra y a veces su halo es enternecidamente luminoso.
Velles es el centro de la peli. Sus ojos , sus manos, su ser humano peligrosamente femenino hasta el cenit, se convierte en un vehículo amoroso que permite una Ana que deambulará por la narración como un ángel desorientado ( que cualquier espectador con dos gramos de deseo quisiera orientar en la vía láctea de la utopía de encontrar alguien así en la vida real)
Los recursos narrativos visuales van construyendo un fino y tensionante relato que desembocará en un final de ópera italiana, que nos llena de hojas por quemar y nos permite soñar en tantas “Anas” que se nos cruzan por nuestras vidas (mientras la vida con anteojos negros pasa detrás en cámara lenta) .
La música de la peli está hecha por el malogrado compositor Antonio Vega ( recuerdan aquella “Lucha de Gigantes” de “Amores Perros”?) quien falleció este año y entra a narrar los actos de Ana con precisión y eterno cuidado de cirujano.
Otra sorpresa de “Caótica Ana” es la presencia de Charlotte Rampling ( eterna musa de “Portero de Noche” (1973) de Liliana Cavani ) quien de manera discreta y madura encara un personaje mayor que pasa prácticamente desapercibido, en la medida que no crea un personaje inolvidable ( allí es donde uno se queda pensando si la magia era de la Cavani o de los ojos de gatito perverso con kepis nazi que hicieron soñar a toda una generación) .
“Caótica Ana” revitaliza la carrera de un director que hace parte de las nuevas generaciones del cine español ( aquel que ya le lleva varios kilómetros al “enfant terrible” de Almodovar y a la
solemne y poetica Pilar Miró) hablamos de Javier Fesser ( para quien trabajo Manuela Velles en “Camino” – hermosa balada en contra del autoritarismo espiritual que lleva a abismos de intolerancia-, o Daniel Sanchez Arevalo ( y su “Azul Oscuro casi negro” ) Icair Bollain (“Te doy mis ojos”) y muchos mas.
“Caótica Ana” otra manera de ver una España volando sobre el otoño.
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