Bocetos de un Documentalista que no le gustaban las postales
En un lluvioso diciembre bogotano que inundaba mis zapatos, Achiote producciones y la Cinematecca Distrital permiten dar luz a la polifonía emanada del documentalista Patricio Guzman. Su descarga de imágenes y Sonidos hiladas por los “ átomos de la realidad”, fueron una revelación multicolor de parte de uno de los grandes del Documental Latinoamericano.
Oscar Romero
Por
Oscar Romero
Especial para La Moviola
EL AUTOR:
Nativo de los horizontes perpetuos en Chile, testigo y memoria de la revolución popular más ambiciosa de Latinoamérica encabezada por Fernando Allende, revisando juiciosamente el primer pasó de esta revolución cultural nace el Primer Año (1971), su punto de partida documental, una vez estrenado en salas nacionales llego a los ojos de un cineasta francés bastante agudo, Chris Marker no dudo en ofrecer a Guzmán la exhibición de su documental en Europa, de este primer encuentro nace una de las obras Documentales más poderosas del siglo XX: La Batalla de Chile (1973), entregado al público en tríptico: 1. La insurrección de la Burguesía, 2 El golpe de Estado, 3 El poder Popular.
No basta engalanar con fugaz etiqueta afirmando: uno de los 10 mejores filmes políticos del mundo, sin duda esta película cambio no solo la vida de su país, su proyección al mundo, registro verité de una transformación profunda, cambio también su propia vida, amenazado de fusilamiento permaneció incomunicado dos semanas en el estadio nacional, abandona su país y comienza un exilio por Cuba, Francia y España, donde se alimenta de estéticas y cosmovisiones diversas.
Paso a paso filmó Guzman con su pequeño equipo la transformación de una nación, la dictadura inevitable y la persecución lo llevo a adoptar una mirada a distancia, nostálgica simbiosis de recuerdos e imágenes documentales, otros como su camarógrafo Jorge Müller Silva no corrieron con la misma suerte, secuestrado por la policía militar de Pinochet en noviembre de 1974 y hasta hoy desaparecido, engrosa la lista de más de 3.000 desaparecidos que todavía hay en Chile. El extraordinario filme sufrió mutilaciones, fue objeto de censura y hasta hoy nunca ha sido emitido por televisión pública. Chile sufre de amnesia después del acomodado golpe militar de Pinochet, sin embargo Patricio Guzmán hace un trabajo enorme por recuperar la memoria de ese lejano país al extremo sur de América del que irónicamente hoy pocos recuerdan.
Las preocupaciones e inquietudes artísticas de este documentalista no se agotan en la Batalla de Chile, Guzman indaga y con habilidad aborda temas como la religión, las fronteras, la literatura, la política y su gran pasión desde chico la astronomía, viajero incansable algunas veces en exilio voluntario para abordar otras realidades, de su pluma y cinematógrafo parió filmes de gran importancia como : “En nombre de Dios” (Grand-prix Festival dei Popoli, 1987), “La Cruz del Sur” (Grand-prix Festival Vue Sur le Docs, Marsella 1992), “La Memoria Obstinada” (Grand-prix Festival de Tel Aviv 1999), “El Caso Pinochet” (Semana de la Crítica, Cannes 2002) y “Salvador Allende” (Selección Oficial, Cannes 2004). En 2005 realiza “Mi Julio Verne”. En la primera década del siglo XXI y en su plena madurez artística nos regala al mundo Nostalgia de la Luz (2011).
--Intermedio—
El hombre acusaba las postales de ser aburridas, estáticas e irreconciliables con el infinito e inagotable registro documental, su pelo cano y grandes lentes, alto, placido, de mirada profunda y observador incansable. Nosotros ahí, en las misma sillas de la Cinemateca Distrital, escuchando ráfagas de conceptos, ideas, puntos de vista, músicas, pausas, silencios, RITMO.
Con cada indicación perspicaz nos transportaba a todas geografías, atmosferas, conflictos. LA MEMORIA repetía constantemente pero inconsciente, otorgándole un poder absoluto, no como el de los monarcas vendido de Dios, sino el de ese conglomerado invisible y transformador del recuerdo, la anécdota, el análisis. Al escuchar su metáfora “ Un país que no tiene cine documental, es como una familia sin álbum de fotografías.” se me antojaba autentica, real, Colombia tampoco tiene memoria y el álbum está siendo incinerado por los violentos. AMNESIA. Contra eso combate el Documental.
NOSTALGIA DE LA LUZ.
También llovió mientras hacía la fila, la sala expectante quería ver la última película del Maestro Patricio Guzmán quien presento su trabajo con introducción breve. A partir de este instante viajamos al Desierto de Atacama, ese punto del planeta que desconoce las nubes, el lugar perfecto para observar el cosmos, gigantescos telescopios apuntando al infinito, registrando información traída del pasado. Pero también estaban los antropólogos buscando respuestas a las preguntas del origen, astrónomos y antropólogos inmersos en una puerta al pasado. Guzmán se pierde en el desierto para mostrarnos que la memoria se encuentra dispersa en “átomos de realidad” y que se puede rastrear de diferentes maneras, acompaña también a las “Mujeres errantes de Atacama” quienes hacen su propia búsqueda al pasado, escudriñando los restos de sus familiares, esposos e hijos desaparecidos durante la dictadora de Augusto Pinochet.
El filme plantea un dilema filosófico apoyado en imágenes bellísimas de la galaxia, horizontes interminables, conmovedores y poderosos testimonios. Esa fue la entrega en formato documental que el Chileno consintió en Bogotá, obra cinematográfica reconocida por grandes festivales como Cannes, Toronto, Biarritz, Bruselas, Leipzing entre otros.
Esa fue su partida, un helado viernes en la Capital de otro país con Amnesia, quizás olvidemos pronto a Guzmán pero su obra trascenderá y resonará en la indagación de las preguntas primarias, quienes somos, para donde vamos. Incansable búsqueda de la memoria para poder existir.
Oscar Romero
Por
Oscar Romero
Especial para La Moviola
EL AUTOR:
Nativo de los horizontes perpetuos en Chile, testigo y memoria de la revolución popular más ambiciosa de Latinoamérica encabezada por Fernando Allende, revisando juiciosamente el primer pasó de esta revolución cultural nace el Primer Año (1971), su punto de partida documental, una vez estrenado en salas nacionales llego a los ojos de un cineasta francés bastante agudo, Chris Marker no dudo en ofrecer a Guzmán la exhibición de su documental en Europa, de este primer encuentro nace una de las obras Documentales más poderosas del siglo XX: La Batalla de Chile (1973), entregado al público en tríptico: 1. La insurrección de la Burguesía, 2 El golpe de Estado, 3 El poder Popular.
No basta engalanar con fugaz etiqueta afirmando: uno de los 10 mejores filmes políticos del mundo, sin duda esta película cambio no solo la vida de su país, su proyección al mundo, registro verité de una transformación profunda, cambio también su propia vida, amenazado de fusilamiento permaneció incomunicado dos semanas en el estadio nacional, abandona su país y comienza un exilio por Cuba, Francia y España, donde se alimenta de estéticas y cosmovisiones diversas.
Paso a paso filmó Guzman con su pequeño equipo la transformación de una nación, la dictadura inevitable y la persecución lo llevo a adoptar una mirada a distancia, nostálgica simbiosis de recuerdos e imágenes documentales, otros como su camarógrafo Jorge Müller Silva no corrieron con la misma suerte, secuestrado por la policía militar de Pinochet en noviembre de 1974 y hasta hoy desaparecido, engrosa la lista de más de 3.000 desaparecidos que todavía hay en Chile. El extraordinario filme sufrió mutilaciones, fue objeto de censura y hasta hoy nunca ha sido emitido por televisión pública. Chile sufre de amnesia después del acomodado golpe militar de Pinochet, sin embargo Patricio Guzmán hace un trabajo enorme por recuperar la memoria de ese lejano país al extremo sur de América del que irónicamente hoy pocos recuerdan.
Las preocupaciones e inquietudes artísticas de este documentalista no se agotan en la Batalla de Chile, Guzman indaga y con habilidad aborda temas como la religión, las fronteras, la literatura, la política y su gran pasión desde chico la astronomía, viajero incansable algunas veces en exilio voluntario para abordar otras realidades, de su pluma y cinematógrafo parió filmes de gran importancia como : “En nombre de Dios” (Grand-prix Festival dei Popoli, 1987), “La Cruz del Sur” (Grand-prix Festival Vue Sur le Docs, Marsella 1992), “La Memoria Obstinada” (Grand-prix Festival de Tel Aviv 1999), “El Caso Pinochet” (Semana de la Crítica, Cannes 2002) y “Salvador Allende” (Selección Oficial, Cannes 2004). En 2005 realiza “Mi Julio Verne”. En la primera década del siglo XXI y en su plena madurez artística nos regala al mundo Nostalgia de la Luz (2011).
--Intermedio—
El hombre acusaba las postales de ser aburridas, estáticas e irreconciliables con el infinito e inagotable registro documental, su pelo cano y grandes lentes, alto, placido, de mirada profunda y observador incansable. Nosotros ahí, en las misma sillas de la Cinemateca Distrital, escuchando ráfagas de conceptos, ideas, puntos de vista, músicas, pausas, silencios, RITMO.
Con cada indicación perspicaz nos transportaba a todas geografías, atmosferas, conflictos. LA MEMORIA repetía constantemente pero inconsciente, otorgándole un poder absoluto, no como el de los monarcas vendido de Dios, sino el de ese conglomerado invisible y transformador del recuerdo, la anécdota, el análisis. Al escuchar su metáfora “ Un país que no tiene cine documental, es como una familia sin álbum de fotografías.” se me antojaba autentica, real, Colombia tampoco tiene memoria y el álbum está siendo incinerado por los violentos. AMNESIA. Contra eso combate el Documental.
NOSTALGIA DE LA LUZ.
También llovió mientras hacía la fila, la sala expectante quería ver la última película del Maestro Patricio Guzmán quien presento su trabajo con introducción breve. A partir de este instante viajamos al Desierto de Atacama, ese punto del planeta que desconoce las nubes, el lugar perfecto para observar el cosmos, gigantescos telescopios apuntando al infinito, registrando información traída del pasado. Pero también estaban los antropólogos buscando respuestas a las preguntas del origen, astrónomos y antropólogos inmersos en una puerta al pasado. Guzmán se pierde en el desierto para mostrarnos que la memoria se encuentra dispersa en “átomos de realidad” y que se puede rastrear de diferentes maneras, acompaña también a las “Mujeres errantes de Atacama” quienes hacen su propia búsqueda al pasado, escudriñando los restos de sus familiares, esposos e hijos desaparecidos durante la dictadora de Augusto Pinochet.
El filme plantea un dilema filosófico apoyado en imágenes bellísimas de la galaxia, horizontes interminables, conmovedores y poderosos testimonios. Esa fue la entrega en formato documental que el Chileno consintió en Bogotá, obra cinematográfica reconocida por grandes festivales como Cannes, Toronto, Biarritz, Bruselas, Leipzing entre otros.
Esa fue su partida, un helado viernes en la Capital de otro país con Amnesia, quizás olvidemos pronto a Guzmán pero su obra trascenderá y resonará en la indagación de las preguntas primarias, quienes somos, para donde vamos. Incansable búsqueda de la memoria para poder existir.
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