Portada del màs reciente trabajo de Bjork : Biophilia (2011)






NUMERO 73
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Marzo 20 - Abril 10
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2 0 1 2
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Ediciòn
Descubrimientos
2011
Parte 2.

Fantasía del tiempo ininterrumpido: La belleza oculta de vivir un plano secuencia

Fotograma de la pelìcula "El Arca Rusa" de Alexander Sokurov (2004)










Por
Jessica Ducuara
Especial para La Moviola




Hoy han despertado los ojos de un curioso a vísperas de morir sediento. Hoy ha recibido una invitación, y hoy ha podido ver que es la llave a un nuevo descubrimiento para su mente y sus sentidos. Hoy el Cine deja de estar en pantalla, ahora el cine es él, y la historia la vive en carne propia. ¿Cine es arte de “recrear ideas”, o simplemente de verlas estallar desde un componente al parecer insignificante? , ¿Un componente como el punto?
El hecho de que el principio de todo lo que se oye, se observa, se huele o se siente inicia desde un punto; según Kandinsky, invisible y monótono. Lo que empieza a sobresalir de este ente mudo es un interior que acorazado entre una muralla externa de contradicciones afectivas, no se muestra extraordinaria a la vista, sin embargo, es la conmoción interna lo que comienza a emerger haciendo de aquel espacio vacío y uniforme, una comparsa que sin necesidad de narrar comienza a contar algo, y desde afuera un sin fin de sentidos que atentos comienzan a percibir un idioma, una expresión, una ruptura de aquel silencio. “Así, se vuelven símbolos los signos muertos, y lo muerto resucita”. (Kandinsky, Pág. 23).
Lo interesante de observar más allá, es que “simplicidades” como el punto se pueden llegar a admirar desde una atmosfera distinta a la que se acostumbra ver, donde lo “ilógico” pasa repentinamente a ser lógico e incluso extraordinario ante un escenario específico; Incluso, su apariencia continua comienza a tornarse en formas que le dan otro aire a su interpretación. Ahora, el punto ordinario ha dado un paso para reflejarse en mil espejos de distinto grosor.
Y es en un espacio, donde este punto comienza a darse cabida sobre posibilidades estrechas de no llegar a ser algo más, aquel espacio es más conocido como plano. “El Punto es el puente esencial, único entre palabra y silencio”. (Kandinsky, Pág. 21). El punto de la nada comienza a llevar la batuta de los elementos que comienzan a existir sobre este espacio. Estos elementos externamente dan forma y de una u otra manera comienzan a ocupar un lugar específico, interiormente viene cargados de tenciones, pensamientos e interpretaciones que son lo que da la intención, y por qué no decirlo, ¡la vida misma! de aquellos elementos, que al final unificados se convierten en una imagen.
Para el Cine estas interpretaciones son más que visibles a los sentidos del hombre, porque va más allá de lo que se ve (Lo material), lo increíble es llegar a sentir lo que el ojo ha capturado sin necesidad de estar presente en cuerpo físico (Reconocer lo inmaterial y espiritual de la imagen).
Con gran frecuencia, las salas de cine se cubren de rostros a la expectativa de una pantalla grande que los sumerja, las bibliotecas se consumen entre ojos ansiosos de devorar palabras que pasaron de ser un simple silencio a la historia más sutil, escalofriante, jocosa e incluso romántica de sus vidas, el punto ahora es un caballo blanco corriendo por la playa a punto de morir envenenado o son dos primas de distinto estrato y vida social que se encuentran ante la incómoda bienvenida salvadas únicamente por el sabor del café y el aroma de un cigarrillo.
La imagen llama e invita de muchas maneras al espectador a ser parte de aquella historia, siendo el Plano secuencia una de las más poéticas y complejas para el lenguaje Cinematográfico. En términos técnicos y superficiales, es un periodo de tiempo ininterrumpido (sin corte de cámara), donde se muestran una serie de acciones y hechos por medio del cambio en el encuadre, locación y/o personajes, entre otros. En términos del elemento como lo llamaría Kandinsky, sería la puerta que cruzaría el espectador hacia el poder de los sentidos y el encuentro de lo inmaterial y espiritual de aquellas acciones.
¿Cómo se podría interpretar estas palabras anteriores?, ¿se puede oler, tocar o saborear tras una pantalla?, la respuesta se halla en la capacidad visual que cada uno disponga sobre la imagen, y llegar a interpretarlo como bien lo ha hecho Alexander Sokurov en su sorpresiva producción: El Arca Rusa (2002). Un mecanismo como es el Cine Sin cortes, realza una alta estima sobre el complejo ejercicio en el que se embarcó Sokurov. Aunque el plano secuencia no es un mecanismo nuevo en el Cine, es imperativo ver que muchos directores han logrado impecables secuencias, aunque el tiempo no logra prolongarse, y por ende no entra en discusión que El arca rusa ha sido La película ininterrumpida más larga de la historia, un gran reto en la mente de su director, y una travesía que no marcaba la llegada sino simplemente un recorrido arduo para el equipo realizador. Pero no fue esto lo que pudo pensar Sokurov en el momento que decidió poner en marcha este ambicioso proyecto, que se cubría de una temática arraigada a la Rusia zarista del siglo XVIII; La capacidad que tiene este film de jugar con el tiempo visual del espectador, permite que cada encuadre, cada dialogo, cada rostro, cada escenario se convierta en la realidad momentánea de quien observa el largometraje; el arca rusa –como muchos filmes- posee la capacidad de dejar un espacio de más para uno de los personajes más importantes que acompañara la historia: El espectador. Es este personaje quien baila en el gran salón, quien hace parte de la orquesta, quien corre, quien llora, quien ríe, quien se asusta, quien permanece suspendido en el aire a la espera de que la historia lo siga moviendo como una hoja recién caída de su rama.
Al ver tales resultados que son obstinados para algunos, muestra la posible decadencia a la que el hermoso paladar audiovisual se ha sumergido, entre sabores marginales que solo buscan un único fin: El lucro monetario. Esto por supuesto no es malo, después de un gran trabajo, los resultados deben ser favorables y satisfactorios, Los papelitos verdes vuelan como un premio sobre quien los ha ganado. Sin embargo, estos papeles se tornan burdos, ordinarios e incluso insípidos si han sido el resultado de una visión cuadriculada que no hace más que venderse y re venderse dejando de lado el extraordinario potencial de aquel punto que puede tomar infinidad de formas, y del cual solo toman uno o tal vez dos formas, buscando siempre las más sencillas. No se puede llamar loco o ambicioso a un hombre como Sokurov, por querer mostrar que el punto no son solo esas dos imágenes, simplemente hay que abrir el otro ojo analítico y percibir que como unos se quedan nadando en un estanque otros poseen la valentía de saltar y nadar sin demora en el mar.
Si el plano secuencia es tan complejo como se ha dicho es, ¿por qué no ha sido de los mecanismos principales inculcados a las mentes jóvenes que se abren camino hacia una imagen creativa de la vida?, ¿por qué tiene que ser El arca rusa la única postulada a ser un verdadero salto sin paracaídas satisfactorio?, Si la caída es dura, solo mostrara una cosa: ¡al menos pensó en saltar!, supo cómo era la caída, y sin duda tendrá mejores estrategias para volverlo a intentar.
Semih Kaplanoğlu no manejaba el movimiento constante de diálogos y encuadres en el plano secuencia que propone en su largometraje Süt (2008), por el lapso de un tiempo muy conciso comparado al que Sokurov maneja, yace un hombre sentado en una mesa escribiendo sobre una libreta alrededor de un jardín con árboles de gran tamaño, dos hombre más que están en constante movimiento, y no más que el sonido del jardín, los pasos de los hombres con la leña en sus manos, una mujer de pie sin movimiento y la caricia del esfero contra la libreta se aprecia en este plano, la cámara no se mueve y permanece con la perspectiva general de lugar. Aunque se ve sencillo e incluso aburrido (el Punto), Kaplanoğlu se arriesga con este método generando suspenso a los acontecimientos venideros que no se colan a la imaginación del espectador porque han sido guardados temporalmente con estas primeras acciones, así en el momento en que a la mujer le extraen la culebra que posteriormente vomita por su boca, una reacción inmediata se produce en el espectador que ya hace parte de ese momento, esa ahora es su realidad momentánea.
Si se generaliza acerca del cansancio intelectual de muchos realizadores seria promover una visión injusta y parcial opacando así trabajo que por otro lado, se ha realizado en otras producciones. Kárhozat (1988), es una de esas producciones, la cual posee una refrescante secuencia de pareja donde la monotonía se mezcla entre, el color, la habitación y las dos personas que permanecen casi inertes sobre la cama, al mismo tiempo el ritmo se acelera, y quienes aprecian esta escena pueden convertirse en uno de esos personajes que Béla Tarr ha construido con tan profunda agonía que ahora se vuelve arte ante la observación. Kagemusha de Akira Kurosawa (1980), es otro de los resultados que para muchos puede adormecer su interés visual y auditivo, pero para otros es la búsqueda continua en las figuras de los trajes, en la textura del piso y las paredes, en el color y la brisa de la vos de cada dialogo, pues cada una habla por sí sola y el espectador con lupa encuentra las logra encontrar.
Entre ese mar joyas que se han limpiado con cuidado han sido expuestas, y como ejemplares también ayudan a contar la historia de la fantasía ininterrumpida. Alfred Hitchcock aposto su mente y sus conocimientos en La soga (1948), cuyo irónico nombre frente a la propuesta de planos secuencia compuestos casi por ocho minutos dividido entre transiciones a oscuro desde el mismo escenario, Hitchcock logró penetrar al espectador entre la trama y el suspenso que recorría la historia en medio de sus personajes. O un ejemplo que se mezcla entre el mundo tangible de lo comercial con el arte y la pulcritud del riesgo y la experimentación, Orgullo y Prejuicio (2005) de Joe Wright, puede acobijarse entre los logros en los que un realizador puede sumergirse cuando se decide dar el paso a un inicio experimental dentro de una producción. Si bien, Wright genera un compendio de acciones, diálogos y escenarios en el plano secuencia más largo de la película: El baile organizado por el Señor Bingley, donde la historia toma por sus manos al espectador llevándolo entre la reacción y la vergüenza de Elizabeth al ver a su familia tomando comportamientos acompañado de comentarios no adecuados para la velada, dejando ver así, la reacción de otros personajes (Charlotte Lucas, Mary Bennet, El Señor Bennet, Caroline Bingley, etc.), el sonido de la música, la magia de la casa de Bingley, la falta de atención y frialdad que parece tener Jane Bennet frente a su pareja de la noche quien se muestra cálido y enamorado. Todas estas acciones que se colan en la mente del espectador que sin darse cuenta, ha hecho presencia en aquel baile. Los cambios de encuadre y el constante movimiento de la cámara incluso llegan a “engañar” de cierta manera al espectador, solo con mucha concentración se observa que estos acontecimientos no tiene un corte de cámara.
El plano secuencia no ha llegado de la mano con el celular, la parabólica o la industria Apple, desde mucho antes, la vida y el mundo “Cotidiano” eran narrados desde una secuencia que en algunos casos, no se sabía cuándo acababa: “La cámara se sitúa en un encuadre inicial y de allí comenzamos a "ver" con la mirada muy particular de quien conduce la escena” (Baltodano. A), en unos casos, el director, en otros, nosotros mismos. Si el punto sigue siendo solo eso a los ojos del hombre, un punto; entonces la fantasía de recorrer en mundo en plano secuencia no será más que n hecho complejo que tan solo algunos “intelectuales” pueden hacer. ¿Acaso no son todos intelectuales, amos de su propia mente, con una invitación en la mano para ingresar al momento donde el se convierten con el punto en parte de la fantasía?
La realidad es que al colocar en la mesa los ejemplos resultan ser infinitos e interesantes, sin embargo, se acorta al citar algunos con la esperanza de que los ojos de quien siga estas palabras se enfrasque en su propio barco Cinéfilo, con un mapa que los guié hasta la lengua misma del conocimiento y el DESUBRIMIENTO propio de otros cineastas, ilustradores, escultores, pintores y literatos entre otros.

J. G. Ballard

Portadas de novelas de J.G. Ballard





Por
Tatiana Duque
Especial para La Moviola



En realidad, mi descubrimiento de Ballard sucedió en el 2010, pero desde entonces he ido y venido entre sus diferentes novelas, cuentos y por último su autobiografía durante todo el 2011, encontrando cada vez más en sus relatos un malestar propio, una sombra del abismo que existe en la tranquilidad cotidiana del suburbio, de la comodidad y conveniencia del mundo en el que tenemos que vivir.
Creo que esto es importante por la fuerza de las ideas que puede provocar, por esto les comparto.


“The suburbs dream of violence. Asleep in their drowsy villas, sheltered by benevolent shopping malls, they wait patiently for the nightmares that will wake them into a more passionate world…”
“Kingdom Come” J. G. Ballard.

“El sueño de violencia en los suburbios. Durmiendo en sus soñolientas villas, albergados por benevolentes centros comerciales, esperan pacientemente por las pesadillas que habrán de despertarlos a un mundo más apasionado…”

Estas fueron las primeras palabras que leí, del inicio de la última novela que escribió J. G. Ballard: “Kingdom Come”, y de inmediato supe que había más realidad en estas frases que en todos los reportes de noticias que se puedan leer en una vida.

No conocía a Ballard antes de esto, por fortuna no era el caso que mis únicas referencias de este autor vinieran de las adaptaciones al cine de novelas como “Empire of the Sun” o incluso “Crash”, esto lo supe después, así que como consecuencia estaba libre de este plano contextual al leer las llamadas “distopias” de este maestro del pronóstico de la enfermedad social de nuestra realidad.

Es poco decir que este es un autor que ha merecido que su apellido se adjetivase para describir condiciones o sucesos que sólo caben dentro del adjetivo “Ballardian” , por tener tal capacidad para ver el futuro y para ver con claridad nuestro presente, reinventando, desde la ciencia ficción, la literatura como tal, con una agudeza tan sólo comparable con la de un Joyce, un Martin Amis o un Graham Greene. Pero es necesario señalar que opera en otro nivel, un nivel que nos hace incómodos al tiempo que nos sentimos en territorio extrañamente familiar y recorrido, mientras que nuestras psicopatologías más profundas se evidencian externamente, no en nuestra conducta individual sino en la colectividad, nuestras pesadillas se realizan con recién encontrada fuerza y lo más atemorizante no es lo que materializan, sino el hecho que nos gusta este desmantelamiento de nuestra cotidianidad en caos.

Sólo Ballard puede expresar esto, no existe autor alguno capaz de tornar el mundo interno en externo de esta forma, no existe autor alguno capaz de hacernos descubrir que tal vez estamos todos esperando encender la mecha que eventualmente devorará al mundo, que tal vez estamos todos esperando el próximo estímulo , aquel que nos dé un empujoncito hacia la demencia colectiva voluntaria; que, tras la apariencia de complacencia en el consumismo, existe un profundo aburrimiento, y cualquiera que haya visto a un niño malcriado que recibe todo lo que desea de manera inmediata, sabrá que el aburrimiento es el punto más peligroso que se puede alcanzar, porque una vez gozamos de gratificación automatizada e instantánea, ¿qué nos queda para desear? ¿qué tipo de placer podríamos encontrar en seguir comprando? ¿qué más puede inventar Apple? Y aquí yace el punto crucial, el momento en que nuestro capital emocional se torna hacia la única opción restante, la violencia.

“I would sum up my fear about the future in one word: boring. And that's my one fear: that everything has happened; nothing exciting or new or interesting is ever going to happen again ... the future is just going to be a vast, conforming suburb of the soul”

Y ésta llegará, orgullosa, como una liberación, vestida con todos los logos y artificios publicitarios.

Sólo un autor como Ballard podría imaginar un futuro poblado, no de carros voladores, sino de una política sin contenido (sólo Ballard pudo saber que Ronald Reagan era el personaje perfecto para ser presidente norteamericano); un futuro, no de comida comprimida y colonias espaciales sino de ciencia y tecnología transformadas en pornografía, un futuro en el que los templos son centros comerciales, en el que todo eventualmente se convierte en televisión, en el que las comunidades cerradas se extienden sin control, un desierto de circuitos cerrados de televisión en donde el trabajo es juego, la avaricia y la productividad son las nuevas formas de disfrute, lo que a su vez produce nuevas formas de subversión necesarias en un paraíso en forma de condominio y parque industrial.

Este futuro es una realidad, así es que Ballard se diferencia de todos los escritores de ciencia ficción al acercarse más a las manifestaciones extremas de nuestro presente, él lo denominó espacio interior, en donde convergen las patologías internas con el paisaje tecnológico externo y los dos territorios coinciden.

Por supuesto, esta fantástica habilidad de ver a través de la tela de la realidad viene de una infancia vivida durante la segunda guerra mundial en un campo de prisioneros en Shanghai, momento desde el cual es claro para Ballard que la realidad cotidiana es como un set que puede ser desmantelado en cualquier momento, todas nuestras costumbres y certezas pueden desaparecer en un instante y la humanidad no es muy confiable, la enfermedad colectiva está a la vuelta de la esquina.

En conclusión, Ballard es un autor que en mi opinión es más y más vigente, basta con entrar a Facebook, ver algo en YouTube o ver el noticiero (nótese el orden de las tres) para detectar más de un indicio del universo “Ballardiano”.
Tenemos entonces dos opciones: podemos observar estas manifestaciones de nuestra realidad o podemos precipitar esta demencia colectiva, tan sólo dependerá de nuestro nivel de aburrimiento.

“The human race sleepwalked into oblivion, thinking only about the corporate logos on its shroud”

Performances que ponen los pelos de punta

Fotografìa de Dolores Marat




Por
Paula Gòngora
Especial para La Moviola


Para ese entonces los medios de comunicación me tenían aturdida con una noticia que había levantado ampolla en más de un espectador. En el marco del VII Encuentro del Instituto Hemisférico de Performance y Política que se llevó a cabo en la Universidad Nacional, la artista cubana Tania Bruguera repartió cocaína a los asistentes del evento, como parte de su propuesta. Esta obra de “arte político” terminó convirtiéndose en un lío judicial que me hizo cuestionarme acerca de los límites de las intervenciones artísticas.

Desde ese momento, quise conocer algunas de las experiencias más fuertes desde el campo del performance y justo el año pasado cuando iba a proponer un tema para la revista en que trabajo, me encontré con algunos casos que terminaron por ponerme los pelos de punta.

Más allá del prejuicio o el señalamiento que pudieron suscitar en públicos universales, estos actos fueron grandes descubrimientos al permitirme comprender los alcances de un artista dispuesto a explorar cualquier espacio o estado.
El performance es entendido como una alternativa de expresión artística liberada de convenciones estéticas y espaciales. A través de la intervención escénica, el cuerpo del artista se convierte en unidad autónoma que otorga valor al gesto, al movimiento y a la acción humana.
Haciendo un recorrido en la historia me encontré con performances que desde 1957 hasta 2007 han despertado reacciones controvertidas en el mundo entero.





“Salto al vacío” de Yves Klein (1960)
Como una de las primeras manifestaciones retratadas de performance, este artista francés aborda temas como la nada y el vacío, manifestando su deseo por desmaterializar el arte y convertirlo en interacción de cuerpo y espacio. “Salto al vacío” es una obra en la que el artista se lanza desde una ventana como una manifestación extrema de sensibilidad artística.
“Prueba de Resistencia” Günter Brus (1970)
Este artista vienes desarrolló acciones artísticas basadas en el dolor, el masoquismo, la destrucción y la intervención agresiva al límite. En “Prueba de resistencia”, Brus corta su cuerpo con cuchillas de afeitar, maltrata sus heridas, bebe su orina y revuelca bruscamente el cuerpo malherido en el suelo. Basándose en la política de la experiencia, este artista aborda temas eróticos y sexuales con una alta carga expresionista, dejando en claro la pasión que le despierta la belleza dramática.
“Posición de lectura para una quemadura de segundo grado” Dennis Oppenheim (1970)
Usar el cuerpo como vínculo físico para transmitir experiencias sensoriales, es la premisa del estadounidense Dennis Oppenheim. En 1970 hizo el performance más reconocido de su carrera, durante cinco horas se expuso al sol acostado en la arena con un libro sobre el tórax, la mayoría del cuerpo había sufrido quemaduras a excepción de la zona donde había reposado el libro. Esta obra es una ironía a las nociones de ocio y a las formas exageradas en las que el hombre re-plantea los espacios de esparcimiento.
Cris Burden: “Shoot” (1971)

Basando sus acciones en conceptos de peligro y catástrofe, este artista de origen californiano hace una denuncia a las problemáticas de tipo bélico, social y ecológico.
“Shoot”, es un performance en el que Burden recibe un disparo de bala calibre 22 en el brazo izquierdo. En presencia de pocos espectadores se llevó a cabo este acto que tenía como objetivo suprimir los instintos de prevención y tensión de todos los presentes.

“Escalada no anestesiada” Gina Pane (1971)
Este performance es una denuncia al terror, la violencia, las agresiones y los peligros. Haciendo un señalamiento a un mundo insensible frente a la problemática social su obra re-plantea el significado de experiencias dolorosas. “Escalada sin anestesia” es un performance en el que la artista asciende, descalza y sin guantes en las manos, una escalera metálica con puntas de acero.
Interesada en estudiar los movimientos, gestos y sonidos producidos durante el ascenso, Gina plantea una vez más su interés por explorar las debilidades del cuerpo, basándose en la herida como concepto argumental de su obra.
“La Reencarnación de Santa Orlan” Orlan (1990)

Esta artista francesa auto canonizada como Santa Orlan, basa su obra en la constante transformación del cuerpo. Durante este performance se somete a una serie de operaciones estéticas que son transmitidas vía satélite en diferentes museos del mundo. Con el deseo de unificar en su cuerpo las características de siete mujeres ideales, elige la barbilla de la Diosa Venus de Botticelli, la frente de la Mona Lisa de Leonardo, la boca de Rape of Europa de Boucher, los ojos de Pysche Gerome y la nariz de una escultura de Diana, antigua Diosa romana.
Su primera cirugía estuvo ambientada por música, poesía, crucifijos, frutas y flores previamente esterilizadas. Todo en un marco de constantes mutaciones que sustentan su obra entre la vida y la muerte, la inspiración y la locura.
"En vitrina" Maria Teresa Hincapie (1990)
Durante tres días consecutivos por un periodo de ocho horas, la artista Teresa Hincapié se dedicó a limpiar la vitrina de un local ubicado en el centro de Bogotá, asumiendo los roles típicos de una mujer trabajadora y seductora. Mientras barría, trapeaba o limpiaba, escriba mensajes con un lápiz labial en los ventanales, generando interacción con los transeúntes que se detenían a observar el acto.
Esta obra se insertó en la cotidianidad de una ciudad agitada, planteando reflexiones en torno al papel de la mujer en la vida actual.
"En vitrina" Maria Teresa Hincapie (1990)
Durante tres días consecutivos por un periodo de ocho horas, la artista Teresa Hincapié se dedicó a limpiar la vitrina de un local ubicado en el centro de Bogotá, asumiendo los roles típicos de una mujer trabajadora y seductora. Mientras barría, trapeaba o limpiaba, escriba mensajes con un lápiz labial en los ventanales, generando interacción con los transeúntes que se detenían a observar el acto.
Esta obra se insertó en la cotidianidad de una ciudad agitada, planteando reflexiones en torno al papel de la mujer en la vida actual.
“Teatro de Orgias y Misterios” Hermann Nitsch (1998)

Este artista inscrito en la corriente de accionismo vienés, basa su obra en rituales colectivos donde manipula, maltrata y sacrifica animales. Bañados en sangre o manipulando excremento, el artista pretende alcanzar estados de catarsis. Combinando la práctica perceptiva y las experiencias repulsivas producidas por descuartizamientos, crucifixiones y actos altamente sangrientos. Entre los años 1962 y 1998 llevó a cabo 100 actuaciones, la última de ellas en 1998 durante seis días consecutivos en el castillo barroco, en el noreste de Austria.

“Eres lo que lees” Guillermo Vargas (2007)
El artista costarricense Guillermo Vargas, más conocido como Habacuc, pretendía rendir un homenaje a Natividad Canda, que murió tras el ataque de dos perros rottweiler. En su obra fusionó varios elementos, como el himno Sandinista al revés, una frase escrita con concentrado para perro y un perro atado que murió de hambre durante la muestra. Aunque las reacciones del público en general fueron de rechazo al acto, el artista sostuvo que lo importante era demostrar la hipocresía de la gente que valora al animal hambriento en este espacio, pero lo ignora a diario en las calles.

En esta exploración por muestras del arte universal, viajando en una línea cronológica ascendente que me permite descubrir la esencia inagotable pero renovable del arte, éstos sólo fueron algunos de los performances que me lograron poner los pelos de punta.

BJORK: MÁS ALLÁ DE LA EXCENTRICIDAD

Fotografìa extraida del mas reciente trabajo de Bjork





NOTA DEL ESCRITOR: Mi descubrimiento llegó a mitad de año mientras, con un amigo, echábamos rulo y escuchábamos música en una bella tarde de sol. De pronto, por unos pequeños parlantes, brotó una voz que invadió nuestros oídos y desde ese momento me enamoró, no dude ni un segundo en preguntar quién era y al descubrirlo me sorprendí, ella estuvo presente varios años atrás pero a pesar de su permanente insistencia, no había logrado cautivarme. Ahora me dejo seducir por cada una de sus letras y me declaro culpable de ser testigo de sus acordes. Quiero compartir con ustedes uno de mis grandes descubrimientos del 2011, la cantante y compositora Björk Guðmundsdóttir.



Por
Melissa Gonzalez
Especial para La Moviola





Elogios al amor sin mesura y colmado de inseguridades, al amor que, de forma irremediable, brota por los poros y se revela en profundas miradas. Bjork nos remite a aquellos momentos en que no podemos creer lo que vivimos y por eso podemos quedarnos allí, soñando y delirando con esos mundos de utopía a los que nos transportamos.
Cada uno de sus videoclips merece más de un aplauso no sólo a la creatividad, sino a la agudeza y al indiscutible talento que tiene esta mujer para crear y conceptualizar lo que, sin duda alguna, inicialmente hizo parte de una fina y afable introspección.
Causando polémica hasta el punto de llegar a la censura, Cocoon y Pagan Poetry dialogan sin sumisión y sin morbo con la sensualidad, la pasión y el cuerpo. Su “desnudo digital” en Cocoon, como fue llamado por los críticos, no tiene nada que ver con ventas, rating o fama, este nos invita a la contemplación de una magnífica y poética danza a través de la cual ella queda circundada por un exquisito hilo rojo existiendo finalmente como una crisálida mientras que, en Pagan Poetry, percibimos en el ritmo una sexualidad satisfecha de respeto, gozo y admiración; ambos videos rozan el erotismo, el éxtasis y la libido. Sin duda alguna aseguro que donde hay censura, hay tabú, hay mecanismos de control y sometimiento, hay intereses generalmente relacionados a aspectos monetarios y hay ideologías conservadoras, vigilantes y marchitas.
No puedo dejar atrás el tema de sus videoclips sin nombrar tantas formas y representaciones que me emocionan de ellos.
La fotografía precisa de acuerdo al tono dramático de cada instante como podemos apreciar en All it´s full of love, donde el blanco y negro predominan pero a pesar de la dificultad de trabajar con este par, la fotografía sigue siendo impecable, evitando reflejos y brillos en la “piel” de los amantes. Haces de luz que llegan directo al lente tienen los colores precisos para el tema del video, azul y rosa y finalmente, un contraluz perfecto para un cierre de amor.
Los magníficos efectos especiales que se pueden ver reflejados en gran parte de sus trabajos, siendo de los más distintivos Joga, en el cual por medio de una animación y un único plano secuencia la cámara divaga por maravillosos paisajes terrenales transitando de forma metafórica tanto en las entrañas del cuerpo humano como en la esencia del alma, Pagan Poetry y Cocoon trabajos mencionado anteriormente, y sin duda alguna Hunter donde los efectos especiales juegan un papel fundamental, evaluando como por medio de estos Bjork encontró una vía, indiscutiblemente, muy original de comunicar lo que sin duda alguna sintió al componer esta canción.
Especialmente quiero resaltar un espacio que pocos cantantes buscan conquistar (y cuando lo intentan generalmente resulta algo similar a un algodón de azúcar pegoteado en un cabello enredado), pero en el cual Bjork surfea al son de la marea, el ámbito de las artes plásticas. La islandesa nos deleita siempre con una exquisita experimentación de texturas, colores, materiales y formas. Las artes plásticas se convertirán en un método de exteriorización de sentimientos y, a medida que avanza su carrera, el uso y la innovación en la plasticidad será cada vez más frecuente; resalto en especial“Human Behavior”, primer trabajo audiovisual de la cantante dirigido por Michel Gondry y, por supuesto, “Army of me”.
En la dirección de sus videoclips no solo encontramos a Michel Gondry, también se encuentran involucrados personajes como Spike Jonze (It´s in our hands), Chris Cunningham (All it´s full of love), Nick Knight (Pagan Poetry) y Lynn Fox (Oceania).
Sin duda alguna, es conocida por su extravagante y colorido look el cual refleja la maleabilidad y lo arriesgada que esta puede llegar a ser. En concierto, tan multifacética como siempre, luce espectaculares vestidos tejidos artesanalmente o telas brillantes y formas extraordinarias las cuales me recuerdan a Gaudí; pero a pesar de su estrafalaria y tan preparada pinta, siempre luce cómoda, satisfecha de poder bailar suave pero desenfrenadamente como ella sola sabe hacerlo, generalmente descalza.
Desde niña, con su rostro melancólicamente dulce, cantaba música tradicional islandesa, considerando la importancia de las raíces de su cultura. Este importante acercamiento a la erudición de su tierra actuó como inspiración y, más adelante, se manifestó en espectaculares paisajes sonoros.
Su maravillosa voz tomó rumbo con el grupo de jazz “Sugarcubes”, quienes tuvieron un gran recibimiento con su primer disco llamado “Gling Glo”. La delicada y potente voz de esta mujer se lanzó al jardín de la improvisación, en el cual conquistó hasta al más prevenido, despojándolo de condenas mentales y contagiándolo de fantasías y sensaciones.
Después de su experiencia en el jazz, Bjork fue más allá de lo tradicional ahora como solista y compositora, nadando en el mar de la creatividad y la experimentación. Desde glaciales coros y armoniosas arpas y violines, hasta wave etéreo, glitch y la mejor tecnología en música electrónica, como el uso de un ReacTable, en fraternidad con su espléndida voz hacen de Bjork una artista única, imposible de catalogar dentro de un género específico de música. Lo único que puedo asegurar de ella es que ha marcado una fuerte tendencia durante los últimos 20 años y que su música puede llegar a ser tan alucinante como cualquier sustancia con principio activo.
Como última apología a su talento quisiera enfatizar en su último álbum “Biophilia”, el cual evidencia un maravilloso acercamiento a la naturaleza, a seres de fuerza como el océano y gracias al cual podemos respirar entre estrellas y transportarnos hasta a la más alejada e inimaginable de las galaxias; un álbum que resalta la intuición del cosmos y el respeto por el universo. Transmite vida y energía con cada una de sus notas, tan fluidas como el agua, tan abrasadoras como el fuego, tan libres como el aire y pero tan reales como la tierra. Con su música comprendemos que pura energía es la que nos mueve, recapacitamos acerca de la relación que tenemos con nuestra existencia y con todo lo que la compone, por microscópica que sea cualquier presencia en el espacio. Abrimos la puerta a una conciencia orgánica, a entender la naturaleza como nuestra eterna compañera y de esta manera conocemos un poco más acerca de la lucidez espiritual de la compositora.
Loa al trabajo audiovisual realizado en “Moon”, desde el montaje y los efectos especiales hasta donde el maquillaje es más que espléndido, el vestuario tan exuberante como siempre y una impecable y rigurosa dirección de arte, bajo la supervisión de la misma Bjork, sorprende y deja estupefacto a cualquiera.
Como en cada uno de sus videoclips vemos una nueva creación y una notable e indagadora conceptualización, donde la constante y perpetua guardiana se desliza en las olas marinas y como blanca luna esta influye la línea de vida de los seres humanos, brindándonos pureza y claridad en nuestro respirar.
Mientras el espectáculo sigue, Bjork jamás dejará de sorprenderme siendo, sin duda alguna, excéntrica, original, romántica, multifacética, extravagante y creativa Una artista que habla del amor como una razón de vida y a quien la flexibilidad y el experimentar en cada uno de sus proyectos siempre la caracterizarán.

El Maestro Nelson Faccini

Obra del Maestro Nelson Faccini






Por
Giovanna Faccini
Docente Medios Audiovisuales
Especial para La Moviola



El día que fui a casa de mi padre a recoger sus pertenencias, tenía un sentimiento amalgamado entre tristeza y culpa por no haberlo visitado con más frecuencia y a la vez sentía una tristeza infinita pues no volvería a escuchar sus historias, su estruendosa risa, sus cantos melodiosos y esa forma de narrar la historia del arte como si de un mago de cuentos y sueños se tratara. Mi papá, el maestro Nelson Faccini, graduado de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional en 1955 y miembro fundador del grupo de pintores La Mancha, se despidió de éste mundo un día después que lo hiciera la pintora surrealista Eleonora Carrington, y aunque no es precisamente el movimiento al cual perteneció mi padre, su vida la vivió en gran parte desde la región más profunda de la mente: el inconsciente, que según Jung se fundamenta en el sueño y la locura: la imaginación y la pasión; escuchar sus historias me hacían recordar a Edward Bloom, el gran pez.
Mi padre expresó su mundo interior complejo, sus problemas filosóficos, psicológicos y sociológicos con una plasticidad límpida, ajena a ese estilo puramente decorativo. No describía situaciones, expresaba sus emociones, dando importancia al color reduciendo a un mínimo su dependencia con la realidad objetiva, creando un espacio más dinámico por las inflexiones del símbolo y destruyendo el mundo exterior geometrizado por la perspectiva, “El lector” es un claro ejemplo de lo que aquí quiero expresar y parafraseando al maestro Henri Matisse, el pintor no necesita preocuparse por los detalles insignificantes, pues para eso está la fotografía, que lo hace mucho mejor y más rápido. La pintura le sirve al artista para expresar sus visiones interiores; “La muerte de faena”, me hace remembrar un episodio de la infancia de mi padre. Me contó una vez que el día que velaban a su abuela vio como ésta salía del ataúd y daba vueltas encima de los deudos como si de una danza del mundo de las sombras se tratara, mi padre aterrorizado soltó gritos de pavor que fueron sofocados por un apretujón en el brazo pues según mi abuelo, ese no era espacio para venirse con imaginerías.
Para mi padre la pintura fue su vida. La naturaleza le proporcionó los medios para dar vida a una expresión que surgía de su propia originalidad, donde los elementos plásticos son símbolos psíquicos, eróticos y algunas veces fetiches danzando en derredor de figuras con rostros grotescos, distorsionados y algunas veces satíricos, insurgentes signos en el carnaval de la vida, pero proporcionándonos en su composición un espacio respirable e incluso en algunas de sus obras el escape a lugares a los que solo se llega a través de una mente creativa e imaginativa como la suya.
Muchas de sus obras me las dio en vida y muchas otras me esperaban en el cuarto donde pasó sus últimos días. Así fue como el 2 de junio del 2011 encontré un tesoro de grandes proporciones no solo por la riqueza plástica sino por la historia que encontré en los tubos donde guardaba sus pinturas. Pinturas del año 1967 que vislumbran la fuerza de su obra y el legado que dejaría en muchos de sus pupilos que con el tiempo olvidarían con cierta ingratitud sus enseñanzas y consejos.
Me hubiera gustado ser padawan de mi propio padre, haber heredado su talento inconmensurable y su disciplina y dedicación para pintar, a cambio, heredé de él su amor por la vida y una comprensión más holística de la muerte y la sombra, esa parte de nosotros que no nos gusta enfrentar y que empoderamos cada vez que la negamos haciendo que la existencia se torne difícil ocasionando neurosis y un sinfín de respuestas erradas acerca del SER.
Padre, donde quiera que este tu espíritu, recibe todo mi amor y un eterno agradecimiento por tu existencia y la mía.