me seguiras escuchando cuando tenga 64? PARTE II




PARTE II


Por
Jorge Eduardo Martìnez
Especial para La Moviola



Gracias a la pericia y la insistencia (y al dinero) de Brian Epstein, los Beatles lograron conseguir una audición para la Electric and Musical Industries (EMI), una compañía de grabaciones existente desde 1931, centrada más que todo en música de academia, a su vez manejadora de varios sellos, entre ellos el sello de origen alemán Parlophone (inicialmente deletreado Parlophon), que en la década de los 50 era un sello centrado en jazz y en álbumes de comedia (se decía que este sello estaba a punto de ser liquidado antes de la llegada de los Beatles a EMI). Su encargado, el músico inglés George Martin, fue quien oyó a los Beatles y notó el potencial que tenían esos cuatro jóvenes de Liverpool, así que decidió darles la oportunidad, y asumió su labor como productor de sus discos. Pero Lennon, McCartney y Harrison desde hacía cierto tiempo querían tener a Ringo Starr en su nómina, así que la decisión de que Pete Best se fuera del grupo ya estaba tomada (además, incitados por las quejas de Martin, respecto a los dotes percusivos de Best). Le tocó a Brian Epstein darle la noticia (sin él querer hacerlo), y esto haría que mucha de la fanaticada local que los Beatles tenía en ese momento se cambiara de bando (en parte porque ellos consideraban a Best mucho mejor baterista que Starr, y en parte porque – la fanaticada femenina consideraba que – Best era el mejor parecido entre los cuatro, convirtiendo a Starr en el ‘más feo’ de los cuatro).
Fue George Martin quien ‘pulió’ el estilo de los Beatles, dándoles un nivel un poco más elevado de sofisticación. Era poco común que en algún grupo musical popular con dos cantantes, ambos cantaran al unísono (es decir, los dos cantantes haciendo exactamente la misma línea melódica en la misma tesitura), algo que Lennon y McCartney eventualmente harían magistralmente; antes se escuchaban duetos vocales como los Everly Brothers, en el cual uno cantaba una segunda voz en un intervalo de tercera más abajo de la melodía principal. Pero los Beatles no solamente se limitaron a hacer unísonos ni terceras en las voces. Martin se arriesgó a que las segundas voces se abrieran un poco más de la melodía principal, dejando de lado los paralelismos (ambas voces moviéndose en la misma dirección constantemente), incluso los Beatles hicieron armonías vocales a tres partes, incluyendo a Harrison dentro de la nómina vocal. Otro detalle interesante es que en los Beatles, los cuatro eran cantantes. Además de las habituales voces de Lennon y McCartney (varias veces a dúo, otras veces por separado), Harrison siempre cantaba las canciones de su autoría, y le daban la oportunidad a Starr de plasmar su voz en por lo menos una canción de cada LP.
Martin era un perfeccionista (como solemos ser los músicos de academia), y no solamente se vio su trabajo en cuanto a las voces, sino que de alguna manera logró que cada uno encontrara su propio estilo en el dominio de sus instrumentos respectivos.
Si bien Lennon, McCartney y Harrison venían de haber compartido escenario desde The Quarrymen como guitarristas, Harrison, siendo el menor del cuarteto, era un guitarrista un poco más experimentado y en cierta forma perspicaz en ese aspecto: conocía escalas, acordes, sabía cómo hacer conducciones de voces, mientras que Lennon salía muy rara vez de los acordes. Siempre se ha dicho que los solos que hizo Harrison en las canciones de los Beatles eran solos concisos, sin notas de más, sin un grado de dificultad descrestante, pero concebidos con gusto. Por eso, Harrison, fue acreditado en el primer álbum de los Beatles Please Please Me (1963) como el guitarrista líder. Si bien, McCartney tenía cierto bagaje musical (ya que su padre, trompetista y pianista de jazz, le enseñó a dominar un poco la trompeta y el piano, y lo impulsó en un principio a tomar lecciones de música), sus dotes como bajista las desarrolló apenas Stuart Sutcliffe decidió quedarse en Alemania, luego de la primera gira a Hamburgo. Su estilo no se limitó a hacer dos o tres notas, dependiendo del acorde: eran líneas melódicas con cierta influencia en los bajos caminantes del jazz (gracias a su padre) que complementaban bastante bien con la guitarra rítmica de Lennon; McCartney sería con el paso del tiempo quien llegaría a mostrar cierta dominancia en el grupo en cuanto al manejo de los instrumentos, habiendo incluso temas en los cuales el 75% de la instrumentación estaría a cargo de él solo. En ese sentido, Lennon le pisaba los talones. Su madre le había enseñado los acordes básicos en la guitarra y además le enseñó a dominar el banjo; si bien su labor instrumentista al comienzo de la carrera de los Beatles casi no se extendió a otra cosa distinta a tocar la guitarra rítmica acompañante, era sólido y tenía carácter a la hora de llevar el rimo de las canciones, pero además, la destreza que desarrolló con la armónica, sería clave en el estilo que cultivaron en sus primeras grabaciones. Starr por su parte, era el menos experimentado en cuanto a bagaje musical – en alguna película sobre los Beatles, había una línea en el parlamento del personaje de Starr referente a lo que respondió cuando lo invitaron a formar parte del cuarteto: “pero si yo no sé tocar ni siquiera una puerta” -. George Martin decía que Starr “le pegaba bien y fuerte, tenía un tempo perfecto, pero no podía salvar su vida con un roll”. El mismo Starr se acomplejaba por no ser un buen baterista en un principio, pero a mi modo de ver, ese carácter ‘agreste’ en las primeras grabaciones de los Beatles, fue un factor importante a la hora de forjar la identidad del cuarteto.
Dentro de ese perfeccionismo de George Martin, estaba la extensa grabación de varias tomas de alguna canción, hasta escoger la que más se acoplara a lo que Martin quería: el perfecto unísono de las voces, la entrada perfecta de la batería, el mejor acompañamiento de la guitarra rítmica, la línea de bajo que más se complemente con las voces y las guitarras; en fin, en las grabaciones de los Beatles no hay imperfecciones, pues Martin hace gala de una enorme paciencia para lograr el producto perfecto, el producto que, no sólo cualquier crítico musical pueda exaltar, sino la satisfacción hacer algo bien hecho y de calidad. Probablemente por eso los LP’s de los Beatles no son numerosos (entre 1 o 2 discos por año), a comparación de la cantidad enorme de material que grabaran los Rolling Stones en los 60, con la cual podían sacar al mercado fácilmente 3 discos por año, pero en sus producciones encontramos voces ligeramente desafinadas o ‘destiempos’ entre los instrumentos e incluso desafinación entre algunos de éstos.
Pero si los grupos de guitarras ya habían pasado de moda (como se sugirió en Decca), ¿Cómo es que desde el primer momento tuvieron ese monumental éxito? Era algo que iba más allá de lo musical.
Brian Epstein era un hombre con una vida sin complicaciones (por lo menos por fuera, porque siempre tuvo problemas internos debido a su homosexualidad), que le gustaban las cosas buenas de la vida y tenía cómo acceder a ellas. Si bien George Martin pulió a los Beatles musicalmente, Brian Epstein les pulió la imagen, no volviéndolos como él, pero sí haciendo de ellos ‘versiones mejoradas’. Inspirados por la forma como Astrid Kirchherr le cortó el cabello a Stuart Sutcliffe cuando se comprometieron en Alemania, ellos dejaron de lado la gomina y se dejaron caer su pelo por la frente; dejaron las chaquetas de cuero y los jeans para lucir pantalones de paño entubados, corbatas y blazers oscuros, además de zapatos de tacón y punta larga, lo que a primera vista (recordemos cómo todavía todo entra por los ojos) los mostró elegantes, bien presentados, mas no adultos. Epstein los llevaba a comer a restaurantes elegantes, los reunía con gente importante, y además con el buen sentido del humor que caracterizaba a los cuatro, lograban entrar muy bien en los círculos sociales, algo que se notaba mucho en las ruedas de prensa que brindaban.
Por otro lado, el arte de los discos era algo muy bien pensado por parte de los diseñadores y fotógrafos. Comenzaron a trabajar con Robert Freeman en 1963 (una asociación que duraría hasta comienzos de 1966), quien es justamente el autor de la icónica fotografía que dio a conocer su segundo LP, With the Beatles (1963), una fotografía en blanco y negro que los mostraba en primer plano con un fondo oscuro, sacos negros de cuello tortuga y una iluminación que prácticamente sólo dejaba registrar a la cámara el lado derecho de sus rostros. Sus portadas con el tiempo serían objeto de parodias o imitaciones, cosa que también ayudó a extender la popularidad del cuarteto. A toda costa, Epstein hizo lo posible para que sus apoderados veinteañeros se vieran como un grupo ‘de confianza’. De alguna manera las labores de Martin y Epstein lograron que una cosa fuera en relación proporcional con la otra.

Centrándonos en lo musical, la influencia que recibieron por parte del rock & roll, el blues y el soul de los Estados Unidos, fue un factor clave en la acogida de su música, no sólo por versiones que hicieran de otras canciones conocidas, sino porque también se inspiraron para hacer sus propias canciones (algo que ya venían haciendo desde los tiempos de The Quarrymen). Pero, recordando a mi colega, sus letras eran ‘bobas’, o ¿acaso hay un mensaje profundo al escuchar a Lennon y McCartney cantar: “Love, love me do. You know I love you. I’ll always be true. So, pleeeeeeeease, love me do”? No creo. Pero recordemos la reputación del rock en ese momento (sobre todo con una canción con tanta influencia rocanrolera como “Love Me Do”) como la música para los adolescentes de 15 y 16 años que andaban, bien en plan de conquista y de ir a las fuentes de soda a tomar malteada con el hombre o la mujer que amaban, o bien en plan de ir a pasarla bien con su grupo de amigos y tomar cerveza a escondidas de los papás. Y además recordemos que los Beatles estaban es sus recién cumplidos veinte años y también de alguna manera sus canciones se volvían autobiográficas (aunque para ese momento Lennon ya había formalizado su relación con Cynthia Powell, y Starr estaba a punto de hacerlo con Maureen Cox). Estas canciones hicieron que la mayoría de su fanaticada estuviera conformada por personal femenino, que mostraba su frenetismo al verlos salir a escena en algún concierto, o saliendo de algún lugar. Justamente, si uno observa las fotografías que Robert Freeman tomaba en los conciertos de los Beatles, aproximadamente de cada 15 personas que se ven en el público, sólo 1 era un hombre.
De hecho, desde el comienzo de sus grabaciones ya se resaltaba el talento como compositores de la dupla Lennon/ McCartney: 8 de las 14 canciones que conformaron el Please Please Me, fueron de su autoría, algo que se repitió con el With the Beatles, sólo que entre las 8 originales, una era de George Harrison, quien se comenzaba a perfilar como un buen compositor de canciones; volviendo al tema de las versiones que hacían de otros artistas, la particular influencia que recibieron del rock & roll y del soul, se evidenció en versiones como el “Twist and Shout”, que originalmente popularizaran los Isley Brothers en 1962 (quienes a su vez se volvieron difusores del sonido funk de los 70), y la versión del “You Really Got a Hold on Me” de los Miracles, uno de los grandes éxitos del sonido Motown; recurrieron al uso un tanto sofisticado del lenguaje, con frases como “please please me like I please you” que en español se traduciría “por favor compláceme como yo te complazco”, un gran ejemplo de cómo una misma palabra puede significar dos cosas distintas, o una frase como “it’s been a hard day’s night” cuya compleja traducción al español sería algo así como “ha sido la noche de un día pesado”, frase que según Lennon comentaría, fue una acotación de Starr respecto a una pesada sesión de grabación de la película de Richard Lester A Hard Days Night (1964), eran frases constantes en la forma de hablar de Starr que Lennon bautizaría ‘ringoísmos’, y que de alguna manera servían de inspiración para varias de las canciones de Lennon y McCartney.

Esto es en parte lo que iniciaría su popularidad a comienzos de los 60, pero lo anteriormente disertado no es suficiente como para decir que casi 40 años después sigan teniendo la vigencia de la cual actualmente gozan los Beatles. En el próximo número continuará otra parte de la respuesta a la gran pregunta.



CONTINUARA.......

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