Fotografìa de Daniela Edburg



NÙMERO 66
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Junio 7- Junio 21
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2 o 1 1
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Critica Cortos que van pa’ largo version 2011

Afiche Promocional Cortos que van pa largo 2011


Nota del Director del Blog:
Para el Blog Cine Club La Moviola es un gran orgullo entrar en el debate desde lo academico y lo crìtico de las producciones cinematograficas y televisivas mostradas en el programa "cortos que van pa`largo " y Pilotos que van pal`aire" versiòn 2011 .
Nuestro colaborador habitual Pablo Hèrnandez nos envia esta crìtica que publicamos como un aporte desde lo escrito a lo cinematografico que por primera vez se hace como ejercicio de escritura periodistica y creemos que tiene un gran valor ya que el ejercicio se da espontaneamente desde otro alumno quien apoyado por nuestra profesora Clara Ines Garcìa desde su càtedra, observa con ojos criticos las producciones de sus compañeros.








Por
Pablo Hernandez
Estudiante Medios Audiovisuales
Énfasis de Cine






En la noche del 31 de mayo se presentaron varias de las propuestas audiovisuales del Politécnico Grancolombiano. En esta ocasión se mezclaron, con relativo éxito, las propuestas hechas por el énfasis de cine con las del énfasis de televisión.

Después de algunos problemas técnicos y de palabras algo condescendientes del equipo organizador, se dio paso a la muestra.

Comencemos entonces con los comentarios sobre los once audiovisuales presentados:

• El niño que aprende a amarrarse los cordones

Aparte de la evidente falla al no proporcionar un nombre para el audiovisual, el cortometraje es atractivo gracias al manejo de cámara y a la fotografía en general bien lograda. Planos panorámicos de la ciudad así como tomas del hermoso centro histórico de la ciudad, apoyan un corto que cuenta la breve historia de un niño que no sabe amarrarse los zapatos y se escapa con la única persona que le propone enseñarle, una niña que, con los zapatos igual de desamarrados, le enseña a que no debe hacer siempre lo que le digan.

Aunque el mensaje es claro e incluso universal, el montaje del cortometraje falla al incluir música demasiado colombiana, sacando de contexto la historia e incluso alejando a los espectadores, que lo único que pueden hacer es reír por la relajada actuación del joven protagonista. Su voz y manera de articular el cuerpo fueron bien logradas por el director, así como la breve aparición de la madre del niño. En cuanto a la niña y su madre, hubiera podido ser mejor, en especial con la primera ya que lleva el peso más grande pero tambalea al pasearse con él.

• Mendicidad

Otro cortometraje con el fallo fatal de no tener un nombre que lo identifique, o al menos no explícitamente. Es el relato de una joven niña que pide dinero en las calles, bien vestida y con posibilidades que al final se convierte en una figura más de la mendicidad en las calles de Bogotá.

El audiovisual está hecho en blanco en negro, una obvia propuesta de fotografía que llama al espectador a concientizarse, al mejor estilo de un comercial para televisión, de lo que sucede en las calles. Aunque a ratos la música rellena hasta el último punto vacio del corto, está bien elegida así como los planos que detallan cada uno de los movimientos de la actriz así como un manejo de luz algo plano pero suficientemente cautivante para mantener la atención de los espectadores.

Es una interesante reflexión sobre el mundo de hoy pero no se sabe si la idea original fue para cine o televisión, algo que ayudaría mucho para saber si fue bien logrado o no. Si es para televisión, de seguro captará la atención. Si es para cine, es demasiado corto y la gente siempre querrá más.

• REM

Una serie de imágenes rápidas pero bien logradas, claramente del piloto de una nueva serie. Se trataría de un hombre que es contactado por un misterioso personaje por ser un excelente ladrón e incluso espía, al mejor estilo de Alias o Dark Angel. Las pocas imágenes (y digo pocas porque el teaser no pudo haber durado más de un minuto) se ven bien ejecutadas y dejan al espectador con ganas de saber más.

• Con la cabeza en otro lado

Un programa de televisión al mejor estilo de CityTv, Canal Capital o Canal 13. A pesar del poco esfuerzo del departamento de diseño de producción para este audiovisual, evidente a lo largo y ancho de este piloto, logra captar la atención al tener un manejo de cámara decente así como una dirección aceptable para este tipo de programas juveniles.

La gran mancha negra se encuentra en las “actuaciones” y las “presentaciones”. Ambas están entre comillas porque no logran ser lo que deberían. Los niños no parecen estarse divirtiendo y la presentadora parece estar leyendo del apuntador (si es que hubo uno) todo el tiempo. El presentador logra a ratos sacar una risa, así no sea a propósito, lo que relaja la atención del espectador y evita que chicos o grandes cambien el canal.

• Hombre esquizofrénico

Y la tercera no es la vencida: otro corto sin nombre claro. Será que ya no enseñan que es imperativo darle nombre a un audiovisual. En algún cuento dicen que darle un nombre a algo hace que este algo existe y no desaparezca nunca.

En fin, en esta ocasión es el relato de un hombre perseguido por ninjas en un bosque. Una de los ninjas resulta ser su enamorada quien hace como si lo besara pero solo para clavarle un puñal en el vientre. El hombre despierta de su pesadilla en un bar, ataca a su novia y cae muerto (o desmayado) sobre el banco en el que está sentado, bajo la extrañada mirada de sus amigos.

El punto negro aquí es claramente el sonido, muy pobremente ejecutado pero rescatado por una interesante propuesta de fotografía que nos lleva a otro mundo en blanco y negro, con algunos toques de efectos de posproducción que le vienen muy bien a la temática a tratar. Aunque un poco muy corto para ser completamente disfrutable, este audiovisual logra captar la desconcertada atención de los asistentes a la sala.

• Teaser Western colombiano

Otro más sin nombre claro.

Este audiovisual logra atraer por el simple hecho de retratar el estilo del western en tierras colombianas. Es una propuesta nueva e innovadora que debería atraer a un buen puñado de personas a las salas de cine.

Con un buen tratamiento fotográfico logra captar la mirada de cualquiera con rapidez. Lo grave es que parece dividido en dos partes: una con excelente iluminación y diseño de producción y otro que al parecer se opone a tener coherencia. De pronto porque el relato no es claro o porque es un aperitivo demasiado corto, el audiovisual parece fallar fatídicamente en el vestuario y en la fotografía, que parecen más bien conseguidos por un increíble azar y no por la conciencia artística de los creadores.

Ojalá se pueda saber más de este proyecto para que no nos quedemos en un vaquero con jeans perfectamente limpios en la mente, sino más bien con un interesante western local.

• Teaser Ruta 51

Una propuesta que aunque corta, tiene nombre y logra captar la atención por tratar un evento social del que la mayoría nos hacemos participes en la vida: el hecho de subirnos a un bus (o tren o avión o barco) y todo lo que sucede en el medio de transporte elegido.

Aunque con escenas muy rápidas y breves, podemos ver que algo que a muchos se les hace imposible se pudo hacer en esta corta presentación: rodar en un lugar bastante difícil para estudiantes y con un gran reparto.

El punto negro estuvo definitivamente en los créditos: pequeños como si dieran pena y no grandes con fondo negro, como deberían ser.

• El Kine

Un capítulo entero de una serie de televisión durante una muestra es algo poco usual pero logro captar la atención, incluso más que los audiovisuales que le precedieron.

El capitulo estuvo muy bien presentado por un joven con voz fluida y apariencia atractiva, que siempre ayuda en el caso de la televisión. La narración de cada uno de los fragmentos del programa fue excelente así como el guión para el conjunto del programa.

Lo único malo fue el mal uso de las imágenes de las películas sobre las que hablaban. Y no es que la hayan usado mal sino que usaron o mucho o muy poco, por lo que no hubo un equilibrio en el conjunto, lo que pudo haber aburrido a algunos poniéndolos a pensar “Mejor verme la película” y atraído a otros a una serie de películas que tal vez no conocieran.

• Ausencia

Un falso documental excelentemente logrado a partir de solo dos fuentes: las imágenes de archivo del Canal Caracol y la entrevista a un hombre, que dice ser un sobreviviente de los eventos del Palacio de Justicia, ocurridos en 1985.

El corto documental está perfectamente construido, tanto así que prácticamente nadie pareció respirar en la sala mientras el protagonista del audiovisual narraba su trágica historia. Aunque recae mucho en las imágenes de archivo para ayudarse, este audiovisual debe llevarse una mención de honor por dos cosas: la primera por recurrir al documental, a la “no ficción” para llevar una historia real y dolorosa para el país a la pantalla y la segunda por tener el excelente trabajo en montaje y dirección, gracias al cual nos comemos el cuento de que esta historia si ocurrió cuando así no fue.

Un excelente trabajo de dos jóvenes realizadoras. En una opinión personal, tiene mucho potencial como largometraje.

• Flores para mamá

Aunque con un innecesario uso del blanco y negro, este cortometraje nos muestra como un niño roba unas flores para ponerlas en la tumba de su madre. Con un muy buen manejo de cámara, este pequeño audiovisual logra captar nuestra atención al utilizar a un niño como el buscador de un catalizador para su dolor. Es interesante que usen a un niño de actor para una historia en la que no es necesario que el actor sea joven o viejo: el relato es universal y puede contarse de tantas maneras como peces hay en el mar.

El interés del cortometraje recae en un interesante manejo de los planos gracias al montaje, en especial al final cuando el niño parece rezar o implorar, seguramente a alguna deidad.

Los créditos deben llevarse una mención especial ya que, a pesar de ser en extremo lentos, tienen un diseño interesante que solo vemos aquí ya que el cortometraje no recurrió, o al menos no parece, al departamento de diseño de producción.

• Después que dije adiós

Sin duda el festival concluyó con lo mejor que tenía para mostrar, al menos en la noche de hoy. Este excelente cortometraje cuenta la historia de una madre y su hijo y como es su relación después de la muerte del padre.

Con un guión perfectamente ejecutado, el director logra extraer esplendidas actuaciones de sus actores, en especial con el personaje de la madre, que con un manejo corporal milimétricamente bien ejecutado logra hacernos caer en su condición de madre abnegada que lo único que quiere es tener a su hijo amarrado y quieto.

El vestuario debe tener un párrafo aparte por ser tan explícitamente utilizado en la película para remitir a temas como la pasión, el duelo y el martirio. La paleta de colores aquí y en la dirección de arte son respetados todo el tiempo y al detalle, tanto así que ningún espectador se sentirá despistado por cambios bruscos, en especial cuando la locación primordial es el hogar donde todos los sentimientos fluyen y circulan envenenando a cada uno de sus habitantes.

Después de que dije adiós es una interesante propuesta fílmica, con la duración justa para un cortometraje (unos 20 minutos) que sabe cómo utilizar a los personajes y a los espectadores para meterse dentro de la psiquis humana y dejarnos ver cuán retorcidos podemos ser a través de nuestros más básicos anhelos.

Con una propuesta fotográfica atractiva y siempre en un punto apenas perceptible pero siempre atrayente, este relato tiene la gran cualidad de ser lo que podríamos llamar la cereza en la tarta.

Así concluye esta revisión del segundo día de la muestra Cortos que van pa’ largo, una muestra que debería ser dividida, apartando los productos televisivos de los fílmicos y no para que se prueben el uno al otro sino para que puedan ser mejor valorados por el público.

Esperemos que en próximas ocasiones el surtido de audiovisuales sea más grande y podamos disfrutar aun más de las ávidas e inquietantes mentes de los jóvenes est

EL POP DESPUÉS DEL POP:la película de Banksy

Por
Felipe Navia
Estudiante Medios Audiovisuales
Énfasis de Cine




“Exit trough the gift shop” (2010) es un exorcismo. Este film es como un juego de palabras fílmico, es cómo un gran punto de giro, todos los elementos narrativos, sin con algo se podrían comparar, es con un constante zoom out.
El film expone el caso Thierry Ghetta, el caso Mr. Brain Wash (MWB). Banksy siendo el artífice y el primer personaje en orden de aparición, se camufla, desaparece casi que totalemente dentro del film, evidencia y reafirma su “anonimato” dentro del mismo campo del Street art, o bien, la función de este. El documental comienza evocando la pregunta ¿Quién es Banksy? Con su plano introductorio, este plano es de gran importancia, no sólo por la pregunta que evoca, sino porque la responde con el guión, la iluminación, el valor del plano, la ambientación, el espacio y el sonido, es decir, con el uso preciso de todas y cada una de las herramientas del cine. Banksy es un anónimo, no obstante la calidad de su trabajo, sumado a la ignorancia de la sociedad han hecho de él un famoso, sino fuese por la reafirmación de su “anonimato” en el plano introductorio, y la utilización del lenguaje fílmico durante todo el desarrollo de este documental, correría el riesgo de lo que representa opacara lo que deseaba decir, en el modo en el que deseaba hacerlo.


Quisiera hablar puntualmente de cómo se genera la respuesta que he mencionado a través de las herramientas narrativas del plano.
Encuadre: El valor del plano es un plano medio, esto permite que haya suficiente espacio en el resto del frame para que el espacio en el que se encuentra inmerso sea relevante hablando en términos de proporción, sin quitar protagonismo al personaje. Banksy se encuentra centrado alrededor suyo vemos su trabajo (grafiti, escultura, esténcil) y parte de las luces que lo iluminan. Cabe resaltar que el grafiti (Que es el elemento con mayor peso visual en la imagen) se encuentra justo al lado de su cabeza, cómo generando una metáfora visual de aquello lo que pasa por su mente.
Iluminación: Las luces están dispuestas de manera que resalten todos los elementos de su trabajo. Quiero ser reiterativo en la palabra todos, pues lo único que se pierde en la oscuridad por completo es su cara, y esto no es más que resaltar un aspecto muy importante de su trabajo, su “anonimato”. Todo lo demás está iluminado por una luz lateral, que resalta fuertemente, y genera fuertes sombras, una metáfora visual más, pues habla del Street art, de cómo resalta aquello que se genera en la penumbra.
Espacio: Este plano está siendo grabado en un lugar del que no sabemos nada, no sabemos qué es ni donde queda. La negación es también una intención, Banksy y el Street art son y están. No requieren tener un lugar específico, delimitado.
Ambientación: La ambientación del espacio es su trabajo y las luces (porque se ven). Banksy no es más que Street artist, un intermediario sin cara entre lo que dice y las Highlights de la sociedad que lo descubren, lo resaltan, como tratando de acabarlo, como buscando opacar el contenido de su obra sumergiéndola en el espectáculo.
Sonido: La voz de Banksy ha sido distorsionada en la postproducción. Corresponde al “anonimato”.
El guión: “Este film es acerca de este tipo quién intentó hacer un documental sobre mí, pero resultó siendo más interesante de lo que soy yo”. Esta frase revela en gran parte la intención general del film, además de que permite que la mirada se desplace lejos de Banksy, habla sobre el “ser” (como verbo) en el grafiti. El grafiti en general ha perdido su rumbo, su significación. Desde su génesis el grafiti posee dos características que lo liberaron de lo vanal: su contenido político, y el anonimato. El “ser” en el grafiti no tiene sentido, lo importante de Banksy es su trabajo, no él. Sin duda alguna Mr Brain Wash es mucho más que Banksy, y esto es sumamente interesante, es una manera de exponer cómo el grafiti ha sido destruido a través de su popularización, no en el sentido de que ha sido conocido por muchas personas, mas en el sentido de volverlo un elemento más del espectáculo, de la cultura pop.
Exit through the gift shop describe lo que es el grafiti y lo que no. Lo primero sin embargo, está descrito en el cabezote. En él encontramos una descripción concisa y objetiva sobre lo que es el grafiti, una definición como de diccionario (sólo que en lenguaje fílmico).


Esta definición se da a través una secuencia estructurada de una manera completamente Aristotélica (inicio, nudo y desenlace), que evidencia el carácter verdadero del Street art: En la penumbra de la sociedad (no necesariamente penumbra lumínica), el artista se encuentra con distintos obstáculos que supera pujante, hace su trabajo, la obra vive. La recompensa: seguir superando obstáculos mientras se es perseguido, han vuelto justo a donde comenzaron; todo lo anterior, con una canción que dice: “Esta noche, las calles son nuestras”. Inmediatamente después de la secuencia aparece el título del film (Exit through the gift shop) donde resalta la palabra Exit con el color rojo, haciendo un juego visual como emulando los anuncios de salida, a este detalle deberemos volver más adelante, justo como los Street artist.

Después del plano introductorio, después de reafirmar el “anonimato” de Banksy y de dar una definición del Street art, comienza lo que llamaré el primer segmento del film. Todo el documental se focaliza en la visión de Thierry, mediante el guión, que comenzando este segmento sólo habla sobre la obsesión de Thierry por grabar todo, (y visualmente es todo lo que se ve) se logra la sensación de que ahora el documental es el ojo de M.W.B., se convierte de repente en una trampa, es cómo emular la sensación que Thierry incito en los Street artista poco a poco: Esperanza. Este film además de hablar del Street art, habla del espectáculo, del film y de las causas perdidas.
La gran pasión de Thierry por el Street art llega en algún momento a hacer olvidar su pésima técnica y su arbitrariedad visual con la cámara. Creemos al igual que los Street artist que esto va a cambiar, que la grabación de Thierry puede ser todo excepto vana. Empero, luego de conocer la historia de Thierry, su recorrido para llegar a Banksy y ganar su confianza, justo cuando aquellas cintas que no tenían ninguna otra función además de existir comenzaban a ser desempolvadas, a adquirir un sentido, el “documental” de Thierry termina siendo una decepción, dejando sin duda alguna un sin sabor fuerte y profundo, no sólo con respecto al Street art, sino también de carácter fílmico. Pero ¿Cómo llegamos aquí? ¿Cómo nació esta esperanza en nosotros primer lugar? Quisiera revelar algunos puntos cruciales de cómo las herramientas narrativas fueron utilizadas para lograrlo:
- Las grabaciones de Thierry tienen una importancia tan grande dentro del film, que la cámara se convierte en su ojo.
- El guión se encarga de relatar todo acerca de él, cómo conoció el Street art, como se adentró en él, la razón tan sentimental de su obsesión por filmar, cómo poco a poco se logró llegar a los más reputados artistas del medio. Logrando una compenetración con su vida.
- La música y el sonido en general, se utilizaba para sublimar las historias personales de Thierry, generando una inclinación sentimental en el juicio de su labor.
Si no fuese por la afinidad lograda a través de estos elementos, nunca entenderíamos la desilusión de aquellos que esperaban algo del “documental” de Thierry.

Segundo segmento

El segundo segmento corresponde a uno de los elementos más importantes del film y es el cuestionamiento acerca del arte en sí.


Esta imagen corresponde a los comentarios del trabajo de Banksy, no obstante considero que es una pista contundente acerca de una de las temáticas del film (la del segundo segmento): la percepción del arte.
Inmediatamente después de finalizado el primer segmento, la narración empieza a hacer un pequeño zoom-out, ya lo que vemos no es la mirada de Thierry, no sabemos muy bien que vemos, pero ciertamente ya eso no es. Así continuamos mientras nos relatan la manera de cómo nace M.B.W. su desorden y sus ambiciones, hasta llegar al evento desafortunado de Thierry. Es en este punto ocurre un punto de giro muy importante, son contratados los que se encargarán de promocionar la exposición de M.B.W.
Estos, que son los responsables de que una de sus obras se publicara en la portada del L.A. Weekly, son aquellos que evidencian en primera instancia el éxito de Thierry como resultado del marketing, ya luego las entrevistas de los que hacían fila lo confirmarían con lo vano de sus palabras, así como las palabras de Thierry con respecto a la exposición: “Debes entrar a escoger que obras van en las paredes” “Ponlas todas en la pared sin ningún orden, ahora entro yo y decido cuales colgar”. El resultado de la exposición: 1 millón de dólares en ventas en la primera semana de exposición, y el posicionamiento de M.B.W. como un “artista”. Esto, si algo evidencia, es el triunfo del mercado sobre la denuncia del arte, la frase life is beautiful si bien es romántica, podría no tener cabida en el campo del Street art (al menos no de otro modo que no fuese irónico), es la prueba del sometimiento del grafiti al comercio, al pop después del pop.
Justo cuando esto es evidenciado, descubrimos que el film no era la mirada de Thierry, sino la mirada de Banksy, en definitiva, la mirada de una mirada. Que de un modo nostálgico e ilustre, exorciza el fracaso del film en las manos de Thierry, y expone un desplazamiento que corresponde al equilibrio, si bien M.B.W se desplaza al Street art, Banksy se desplaza al film para restituirlo, salvarlo.

FRAGMENTO DE LA NOVELA "JAMES NO ESTA EN CASA"



Como lo habiamos prometido desde la ediciòn anterior les presentamos un fragmento del càpìtulo de la Novela "James no està en casa" de la escritora Colombiana Constanza Martìnez ganadora del premio de literatura juvenil Barco de Vapor 2010.

Este fragmento ha sido cedido muy amablemente por la autora para los lectores de la revista Multicultural Alternativa Blog La Moviola del Politecnico Grancolombiano.
















FRAGMENTO CAPÍTULO 11
“-Me debe una, García. Por su culpa, me castigaron por dos semanas, me suspendieron del equipo de fútbol y mi mamá me quitó la mesada de este mes.
Me iba a lanzar el puñetazo, directo a mi ojo izquierdo, cuando entró mi profe hippie. Me salvé por un pelo. Pero sabía que al recreo iba a ser: Gardesable me iba a levantar. Eso era seguro.
Durante la clase no puse atención, pensando cómo salir del lío sin perder el otro ojo. Pensé en saltar la reja y huir, pero no era de hombres. Me arrepentí de haber rechazado las clases de karate que mi Pa me había ofrecido en vacaciones. Y, por último, opté por buscar ayuda. Todos me iban a tildar de “sapo”, pero yo prefería ser un sapo con un ojo y medio en funcionamiento, y no un sapo sin ojos. Definitivamente, cuando uno estaba de malas, ¡estaba de malas!
Mis amigos me decían que hablara con mi mamá, pero yo sabía que eso iba a empeorar las cosas. No solamente iba a ser “sapo”, sino, además, iba a quedar como el niño que se esconde detrás de la mamá. Eso no podía hacerlo. Había que ingeniarse la manera de evitar esa vergüenza.
La clase de Religión se me hizo muy corta. Cuando faltaban cinco minutos, miré hacia Gardesable y éste me hizo un gesto amenazador: -¡Lo tengo entre ojos! -me dio a entender. Entonces, comencé a rezar otra vez el Padrenuestro. Otero sacó el álbum del Mundial y fue cuando se me ocurrió una idea: retar a Gardesable a un duelo de veintiuna.
Sonó la campana y mis amigos corrieron hasta mi puesto, conscientes de lo que iba a pasar al recreo. Gomas me dio una palmada en el hombro y me dijo: -Mi sentido pésame.
Todos los demás pasaron y me dieron la mano, como si no fuera a regresar con vida. Unos minutos después, cerca a la fila, vi a Gardesable con su grupo de secuaces, y le dije:
-Gardesable, antes de que me rompa la nariz, lo reto a una veintiuna. Si usted gana, le doy la plata de mis onces durante un mes. Pero si yo gano, nos deja en paz a mis amigos y a mí por el resto del año.
Toda la primaria y el grupo de profesores sabía que yo no jugaba fútbol y era negado para la veintiuna. Me estaba exponiendo a una muerte social, pero no me quedaba otra. Gardesable me miró con sobradez y se rió.
-Está bien, García –me dijo-. Será divertido comer con la plata de sus onces. Yo empiezo. El que haga más puntos gana, y, para que vea que no soy tan ventajoso, si hace veintiuna le encimo las tareas de Ciencias por este mes.
Don Pablo organizó las apuestas: si Gardesable ganaba, él le invitaba a todo el curso un sobre de estampas del álbum del Mundial; si yo ganaba, él repartía gratis las fichas más difíciles de conseguir.
Los niños de Primero a Quinto estaban rodeándonos. Las niñas, que nunca se metían en nuestros asuntos, también estaban ahí, mirando y secreteándose. Algunas me miraban con cara de lástima. Otras se burlaban de mí y miraban a Gardesable como a un héroe. Según ellas era un churro.
Yo estaba ahí, con mis amigos atrás, cruzando los dedos detrás de la espalda. Hasta el Paisa estaba preocupado y no coqueteaba con nadie. Imaginaba a Gomas alistando el hielo porque sabíamos que Gardesable no se iba a conformar con mis onces. Parra se tapaba los ojos para no mirar, mientras Nico y el Loco estaban serios, esperando. Otero, muy cerca, pegaba las láminas en el álbum, tranquilo, como si no pasara nada.
Mientras que yo, no sólo estaba a punto de perder mi mesada sino el poco amor propio que me quedaba. James no aparecía y todos estaban seguros de que Gardesable iba a ganar. Nada podía ir peor.
Uno de los amigos de Gardesable le pasó el balón y comenzó el reto:
-¡Una! ¡Dos! ¡Tres! -gritaban todos.
-¡Cuatro! ¡Cinco! ¡Seis! -el mundo me daba vueltas.
-¡Dieciséis! ¡Diecisiete! ¡Dieciocho!...
Yo estaba a punto de desmayarme. Me sudaban las manos, las orejas, el pelo, todo. De pronto, miré el álbum de Otero y me pareció que desde la portada Pelé me guiñaba un ojo. ¡James estaba aquí! Ahora todo iba a ser fácil. Iba a conseguir la veintiuna perfecta.
-¡Diecinueve!... -y a Gardesable se le cayó el balón al suelo-. ¡Frescos, muchachos! Pan comido -dijo muy confiado.
-Su turno, García -me dijo, y me lanzó el balón.
Yo cogí el balón y comencé:
-¡Una! ¡Dos! ¡Tres! -gritaban todos.
-¡Cuatro! ¡Cinco! ¡Seis! -increíble, llevaba seis y no se me había caído el balón.
-¡Siete! -cabecita.
-¡Ocho! -taquito.
Parra abrió los ojos y miró feliz. Nico y el Loco, serios. Gomas con el hielo en la bolsa, y el Paisa, sentado abrazándose a la niña de los ricitos de oro que le acariciaba la cabeza con ternura. Él era como el Agente 007: hasta en los momentos más peligrosos estaba acompañado de una niña bonita.
-¡Dieciocho! ¡Diecinueve!... -gritaban los chiquitos.
-¡Veinte!...”




La novela ya se encuentra en librerias para quien desee adquirirla.

Sobre “Kynodontas (Canino)” de Giorgos Lanthimos




Por
Alberto Andrès Flòrez Claro
Estudiante de Medios Audiovisuales
Enfasis de Cine



Canino es una película bastante interesante para el espectador que busca nuevas narrativas y para el realizador que está en busca de nuevos referentes que no le repitan todo el tiempo la belleza “Coca-colesca” del mundo de la publicidad. Desde el comienzo se da por sentado que no va a ser una película cualquiera que atrapa sin querer y se desarrolla más bien con el deseo de ser rechazada, haciéndose aún más interesante de este modo, llamando la atención y sobre todo la curiosidad en cada uno de los planos y secuencias.
Es muy interesante como desde la secuencia del comienzo plantea la película como un juego, una burla a las reglas y a los significados arbitrarios de las cosas, pero es una burla que no da risa, no por falta de gracia si no por la forma en que sus actores se presentan frente a lo que sucede y también la forma en la que está registrado, ya que no se esfuerza por encontrar planos explícitos, deformes o que exageren lo que sucede, es más, se muestra de una forma en que lo que pasa en ese lugar es totalmente normal muchas veces regalándole la belleza sensorial implícita en un video familiar, en el recuerdo de algo insignificante para el mundo pero precioso para quienes lo vivieron. Lo sorprendente viene inmediatamente después de esto en la secuencia de la guardia de seguridad que está con los ojos tapados en el puesto delantero de un automóvil, muy tranquila y hablando con el conductor hace creer que la película va a tratar sobre la exploración primaria de los sentidos, una especie de juego, dándole continuidad a el principio de la película, pero después de esos momentos y bajo esos dos principios se construye un argumento que bombardea a cada instante con preguntas que no se resuelven en ella misma si no que obliga a que uno mismo las haga, generando pensamiento sobre la realidad y tal vez un pensamiento repetitivo, pero al fin y al cabo son preguntas que no han sido contestadas ni problemas que han sido solucionados.
La primera cuestión importante planteada en la película es sobre la sexualidad presentada como una necesidad más y no como acto de amor, es decir, en qué momento empezamos a creer que el sexo y la desnudez son cosas anormales que le otorgamos a algo que llamamos amor o a momentos especiales, divinos, sagrados, etc. La forma en que es tratado esto en la película es de la forma más cruda, porque a pesar de que es sexo utilitarista, ni siquiera existe un poco de deseo entre un ser y el otro, parece más bien gula, un acto reflejo, o simplemente un medio de control de las necesidades naturales, no permitir que el deseo se vea expuesto, para que este no rompa la esfera de cristal que quieren construir los padres con sus hijos. La pregunta que surge es sobre las mujeres de esa casa, ¿Qué pasa con ellas sexualmente? A pesar de que se sabe que el desarrollo en una mujer comienza mucho más temprano que en un hombre, en este el deseo de tener placer a partir del sexo es más temprano, más sin embargo a la edad en la que estos personajes se encuentran ya existe un deseo, pero se vuelve algo totalmente evidente el hecho del machismo, en donde a pesar de ser un universo aislado solamente el hombre tiene derechos sexuales, evidenciando de esta forma lo permeables que somos y además lo tontos. Además, esto tiene un significado importante desde la cultura griega, especialmente de su historia de sexo-placer, pero también de sexo-utilitarismo, en donde por sus antiguas costumbres de separar a los hombres de sus madres y en general de todas las mujeres a temprana edad y llevarlos a la milicia, rodeados solamente de hombres, los hacía generar un deseo por los mismos y haciendo obvia la generación de un concepto en donde solamente los hombres merecían poseer a un hombre y el sexo con las mujeres era simplemente para tener hijos, nada más que eso. En este sentido creo que es una creítica o más bien un acercamiento de Giorgos Lanthimos a un imaginario de la Grecia actual con las antiguas costumbres, pero permeada por el actual orden del mundo, haciendo de la obra una reflexión general muy importante del mundo occidental y no solo de su superficie de sobre protección y sus consecuencias.
Otro objeto muy interesante dentro de la estructura de la película es el momento en que Christina está en la sala con todos los demás reunida y le piden que se deje grabar, haciendo un hincapié en la importancia de la imagen en movimiento como recuerdo, memoria y especialmente la imagen como manipulación de la realidad; ¿Cómo convierto un acto de prostitución (Prepago), en una reunión familiar con una amiga? Personalmente esa sería una pregunta muy interesante de resolver con imágenes y además de esta forma demostrarle a todos los crédulos de los noticieros y la prensa oficial, como los gobiernos en general nos tratan como borregos y seguimos felices con la venda puesta en los ojos. Todo este encierro además genera conductas degenerativas en su superficie, pero que son resultado del universo al igual que en nuestro universo “normal” todo el caos que nosotros mismos hemos construido con reglas ridículas de falsas igualdades y falsas democracias, para el beneficio de unos pocos que se atribuyen divinidades y más derechos que los demás, siendo ellos, los más degenerados, aquellos que regulan el mundo y definen el bien y el mal.
En general la película critica lo aberrado de nuestro mundo resumiéndolo en esa casa a las afueras de la ciudad, con una gran cerca que la separa del exterior, en esta están algunas de las más grandes enfermedades del hombre, pero una de las más divertidas es la cultura nuestra sobre el premio y el castigo, siempre a partir de la competencia y la comparación, como si todos fuésemos iguales. En Kynodontas, se cambia el premio del dinero por stickers, pero a la larga es lo mismo, siempre es lo mismo, un pedazo de alguna cosa a cambio de nuestro tiempo y nuestra energía, siendo en mucho casos aún más tontas las cosas que nos piden hacer por esto, claro, siempre siendo justificado por nuestras mismas reglas y locuras.
Un tema muy relevante en la película es el de la domesticación, el orgullo del hombre al domesticar a los animales, especialmente a los perros, transformándolos en criaturas para su beneficio y cuidado. Lo que ignoramos todos es que nosotros también somos animales domesticados por nuestra propia raza, en donde aquellos que domestican son pocos y los domesticados somos la gran mayoría que ya nacimos dentro del círculo vicioso del patrón y el esclavo. Pero esto no llega solamente hasta este punto, lo mejor de todo y haciendo énfasis en aquellos que consideran todo lo que está fuera de nuestras capacidades y conocimiento como un enemigo que hay que matar, como en el caso de las películas que cuestan millonadas en efectos y demás juguetes tecnológicos, sobre lo malvados que son los extraterrestres, ignorando que toda esa maldad está siempre presente en el hombre, porque ese deseo autodestructivo y de destrucción está presente únicamente en nuestra raza como sentido de placer y siempre se desahoga todo este sentir en los otros seres, sea cual sea, porque la violencia hacia ellos no tiene ninguna pena en la justicia humana que es la única que prevalece por todo, como raza superior, con derecho divino a la destrucción. Lo anterior también construye una reflexión sobre la justicia, los orígenes de la misma y sobre todo en la imagen física que la representa.
Es muy interesante la forma en que se trata la imagen, porque lo anterior no hubiese sido visto, sino hubiese sido gracias a una buena puesta en escena, en donde la iluminación nos sitúa realmente en un espacio nuevo, que está desarrollándose por fuera de los cánones de normalidad que se nos han sido impuestos y además es un hipertexto del autoritarismo ya que siendo esto relatado a partir del lenguaje cinematográfico, concebimos el hecho de la puesta en escena no como un acto realmente colectivo, sino más bien como un acto creativo que existe gracias a la sumisión de otras personas frente a este y a su director, haciendo de la película algo aún más fascinante e irreverente frente a las personas que seguramente se van a quedar con el concepto de que es una película rara. La cámara en todos los momentos es un espectador frente a este experimento, a veces situándose en los ojos de sus personajes, involucrándonos tanto que nos hace saber que nosotros por más que lo ignoremos no estamos tan lejos de esto, tan lejos de la apariencia exterior y su verdadero contenido, ignorando la individualidad para convertirla en todo un falso colectivo que siempre va a explotar de algún para bien de quien lo sufre. El sonido es muy importante en la película, porque es totalmente distinto, ni siquiera los silencios de ese universo son como un silencio normal, son otros silencios, las voces de los personajes son muy interesantes y las recordamos tanto que de alguna forma no nos es relevante sus nombres, es mucho más importante lo que nos dicen sus voces, la intensión de estas en cada palabra, en cada sonido, siendo esto resultado claramente de una dirección actoral profunda que no solamente genera personajes si no que crea seres veraces y reales dentro de ese micromundo, reflejo casi perfecto de nuestro mundo y sobre todo de la realidad que ha creado la humanidad a su imagen y semejanza.

CUANDO TODO SE CONSUMIÓ: LA FOTOGRAFÌA DE DANIELA EDBURG

Foto de Daniela Edburg
Death by cotton candy (Drop death gorgeous)

Por
Nathaly Gomèz Prado
Redactora de La Moviola



No hubo tiempo de preguntar, cómo sería, cuando sería, que color tendría, que forma tendría, solo bastó con pensarlo para reunir todas las cosas que darían lugar al último suspiro de la vida. Fue lo primero que hizo como resultado de una obsesión, la aprobación superior le daría el pase para la gran mención.

Desde siempre la imagen acompaño a Daniela, en el camino por un país que no era el suyo, pero que adoptó, por ser el que la formó como fotógrafa del nuevo milenio.

Nación en Houston Texas en 1975, pero creció en México donde estudió Licenciatura en Artes visuales en la academia de San Carlos, allí tuvo su primer acercamiento con la fotografía. Desde el 2001 comenzó sus series fotográficas con su trabajo de tesis ''Drop Dead Gorgeus’’.
Desde ese momento hasta nuestros días, su fotografía se ha convertido en una fascinante alusión a la vida, a la muerte, a las adicciones, al paso del tiempo, todo esto mezclado con colores y puesta en escena que dan un toque de humor, nostalgia y realidad.
Daniela ha participado en diferentes exposiciones y ferias en Mexico, Brasil, China, Chile y Rusia.
Estos son los nombres de sus series: Drop Dead Gorgeus, Killing time, Remains of the day, Knit, Organs Pickles and Bombs

En su mente la artificialidad, la autodestrucción y el ser humano, eran como un flash que no paraba de estallar. La idea de matar el tiempo, de regresar cuerpos a la tierra, de tejer lugares seguros, hacían parte de su vida. Los niños, la guerra, la vida real, eran los que recreaban los espacios y daban vida a los colores y las formas que ahora ellos adquirían.
Pero serían una pocas mujeres su primer objetivo, ellas le darían a Daniela el sentido del por qué y cómo, el color y la composición influirían en su vida.

Las causas estaban dispuestas, las consecuencia no se medían y ellas ni por error pensaban que aquello que amaban las perjudicarían.
Daniela buscaba y planeaba, media, vestía y pintaba, los lugares eran sabedores de aquello que ella anhelaba. Desde su posición, no critica, no impone, solo es la voz de la sociedad que aún sabiendo lo que hace, bien o mal, no pone un límite. Ellas se convertirán en la voz, en la imagen, en las víctimas de sus propios gustos.

El consumo fue su mejor aliado, la ayudaban también las ganas que ellas tenían, la dulzura, la imagen y los prototipos complementaban sus ansias de crear.

Todo estaba dispuesto, ellas decidieron ser víctimas de sus pecados compulsivos.
Se dejaban abrazar por la luz, hacían parte de un espacio que era su propia vida, el color las envolvía y les daba las características propias de su condición.
Daniela las observaba con un ojo ajeno a ella, pero que era tan propio como las historias que a cada una les disponía. Muchos referentes fueron su inspiración, autores que sin pensarlo hicieron parte de algo que sería inevitable.
Se abandonaban al glamour, disfrutaban los placeres de la vida, mientras la muerte las seducía, las seducía con la imagen del amante paciente, que espera, que como por primera vez, se acerca con la mayor delicadeza para consumar el deseo, ellas sin sospecharlo se dejan llevar por el color, el olor, el sabor y el nombre de ese amante que las conduce a un éxtasis propio.
Daniela es cómplice de ese amante y dispone su mejor herramienta para capturar el momento en que ese deseo se consuma.

Nada podría interrumpir el hecho, las condiciones estaban dadas, un simple toque congelaría para siempre, la imagen de aquellas mujeres que se dejaron seducir y que hasta el final de sus vidas disfrutaron los placeres de aquel que aún se hace llamar consumo.
Daniela ha terminado su labor, el alma y la pasión de aquellas mujeres quedó impregnada en cada impresión, ahora son observadas por miles de ojos desinteresados, esquivos e inquietos que critican sin piedad a aquel que ocasionó el hecho y admiran las figuras complacientes de aquellas que se dejaron llevar.

Una década ha pasado y ahora Daniela, anda entre tejedores compulsivos que van hilando sus destinos con los minutos que los asechan. La desesperanza y la locura del ser humano, la llevan por caminos en los cuales encontrará su más grande inspiración.
Aquellos ojos que piden más que quieren más, podrán deleitarse con un camino más claro y maduro que Daniela ha trazado paso a paso y la ha convertido en lo que es ahora, una gran fotógrafa contemporánea.

“El Ilusionista”: Una sociedad de apariencias, de oscuros y mórbidos deseos.




Por
Nicolás Sandino Moreno
Estudiante Medios Audiovisuales
Enfasis de Cine


The Illusionist
Sylvain Chomet
2010

Ficha Técnica
Dirección
Sylvain Chomet
Guión
Jacques Tati
Sylvain Chomet
Música
Sylvain Chomet
Sonido
Carl Goetgheluck
Intérpretes
Jean Claude Donda
Edith Rankin
Jil Argot


Nombrado como el apellido del guionista y personaje principal en este largometraje animado, antes de ser reducido por él mismo a “Tati”, Tatischeff, es un ilusionista que lucha con una industria y un público escéptico dentro de una fabrica de distracciones llamada “el entretenimiento”: un negocio de grandes y apresurados avances tecnológicos, de “rating” y popularidad; de grandes music halls donde fanáticas se jalonean las greñas por un afiche de un afeminado grupo musical de satírica estética Rockabilly; de acróbatas y malabaristas que en vez de estar realizando sus piruetas frente a los espectadores en el circo o en la calle, realizan sus actos donde nadie los ve, mientras pintan de cabeza (contratados por un “creativo”) con impulsos y brincos, vallas publicitarias.
Precisamente, por el hecho de que la industria previamente mencionada se transforma, al igual que sus receptores (los que la alimentan) en su efímera pero apresurada velocidad de transformación, la industria del arte en general, el performance, el acróbata, la danza contemporánea y el mimo entre muchísimos otros más, se han transformado en un artículo de vitrina de casa de antigüedades: al público lo han educado para ser asombrado, y es ahora, donde la pirotecnia recreativa va de la mano de la maquina, transformando el acto creativo, el peso real de las acciones dramáticas o artísticas en una presentación, en una carencia que es sustituida por la alucinación de realidad como en los videojuegos; más aún cuando la alucinación trasgrede las dos dimensiones del espacio fílmico. Esto se ve claramente representado con el ventrílocuo hambriento y solitario que dejó a su muñeco, su único acompañante, en una casa de empeño donde el tiempo pasa, y aunque sea gratis, continuará exhibido en la vitrina como una antigüedad pasada de moda e indeseada, como él mismo, sin ser visto como un artísta que realiza un performance sosteniendo un muñeco, protagónico en su acto, el cual tiene personalidad y voz propia, así
Espejo fiel del ser humano moderno: El payaso que con su gran sonrisa pintada en su rostro, en medio de su inmunda soledad, se quiere cortar la respiración al sonsonete de circo que lo ha acompañado y condenado a añorar su muerte.
Una percepción muy semejante a una realidad anacrónica y atemporal, un retrato crudo (en su crudeza intrínseca) del hombre moderno: una grandísima y obligada sonrisa pintada en un rostro devastado por la tristeza. Un concepto errado y prejuicioso de las emociones y sus repercusiones morales dentro de la sociedad capitalista occidental, matemática e infantilmente equívoco explicado como: Feliz = Bueno, Triste = Malo; Dios = Bueno, Diablo = Malo; Bueno = Dios, por ende, Dios = Felicidad, por ende, Felicidad = Coca cola.
Un ilusionista que con trucos de magia ya revelados, por el mismo escepticismo del neo espectador, como sacar un pañuelo debajo de su manga o una serie de bombillos navideños prendidos uno tras otro de su boca, es forzado a huir hacia un público, de adultos y viejos, que se sorprende con el brillo de un bombillo instalado eléctricamente en el techo de un bar, al intercalar de arriba abajo el switch en la pared. Es darle al público en lo que necesita, asombro y excitación. Si se excitan con un solo bombillo, imagine lo que hacen seis bombillos titilantes saliendo babosos de una boca… Un público que no se molesta en caso dado que el conejo se escape de su lugar de interpretación y sorpresa: un sombrero. Absurdamente, hasta el mismo conejo vive rabioso al ser víctima de tales rutinas. A demás, la labor de los representantes de los artistas en este gran mundo de ilusión, que les meten la mano a los bolsillos sin que se den cuenta, mientras que ellos sacan las llaves de sus bocas para liberarse de sus esposas sin que el espectador se de cuenta. El ilusionista ilusionado, el engañador, engañado.
Una sociedad de apariencias, de oscuros y mórbidos deseos, de egoísmo y envidia; de dolor y asco, irónica y ridículamente, donde todos estamos “bien”.
“Todos los días, se levantan, se miran en el espejo y se disfrazan de lo que no son…” dijo alguna vez el frecuentemente citado escritor argentino, autor de Ficciones (1944).
Precisamente, este susodicho juego de apariencias, es una gran ilusión. La ilusión de una sociedad organizada, “decente” y pulcra; la ilusión de pretender ser de plástico directamente salidos de un catálogo; casas donde al parecer no vive nadie, ni siquiera por el rastro en el polvo (si es que hay) de presencia humana en él, muchísimo menos una casa con “personalidad” que de el más mínimo indicio de que un ser humano, que suda y caga, pisa estos pisos y se sienta en estos muebles. debido a que estos mismos muebles, paredes y pisos, al igual que los automóviles, están uniformemente cortados por la misma tijera industrial publicitaria. Simplificando este fenómeno contemporáneo a la carencia de identidad personal dentro de la sociedad moderna, encontrándose entonces en medio de su confusión con un comportamiento intrínseco en el ser humano desde que "los azotes físicos y las calamidades de la naturaleza humana hicieron necesaria la sociedad…” como lo planteó Chamfort. La ilusión del uso estético de cada individuo: su contextura, su peso, su piel, su cabello, sus uñas; su ropa, sus posturas, sus maneras. Todo es una gran ilusión que pretende engañar al espectador; un retroceso mental del hombre frente a la sociedad y sus conductas morales y éticas, impuestas mediáticamente por la misma y por nosotros mismos: todos en manada vamos a ser únicos y diferentes… Lo que hemos creído como propio, “nosotros”, nuestra imagen, no es nuestra; es del ojo del espectador que nos observa. Y así, viceversa.
Un cuestionamiento filosófico tratado por el arte en diferentes manifestaciones como en algunos relatos literarios de Alejandro Jodorwsky entre otros muchos más: “El último ser humano vivo, lanzó la última palada de tierra sobre el último muerto. En ese instante se dio cuenta que era inmortal por que la muerte sólo existe en la mirada del otro.” Y así, viceversa.
Con diálogos interpretados por la gestualidad y la manifestación corporal de los personajes, Sylvain Chomet (“Las trillizas de Belleville” (2003), “The old lady and the pigeons” (1993)), ilustrador de cómic, dibujante, director y animador, adapta en este largometraje un guión originalmente escrito en 1956 y nunca realizado por Jacques Tati (Las vacaciones de Monsieur Hulot (1953), Mi tío (1958), Play Time (1967)). Un discurso bellamente adaptado por la ilustración detallada con influencias impresionistas en sus paisajes.
La apropiación silente del espacio escenográfico en este largometraje de ilustración pictórica animada, su poesía y fuerza dramática, no sería ni remotamente cercano a comparación de si hubiese sido filmada, inclusive por el mismo Tati, con objetos y personajes reales; no animados.
Cada espacio tiene en su escenografía y en su fotografía misma, un aspecto emocional y dramático único; una personalidad, a diferencia de lo que podrían ser las “mismas” percepciones en un espacio real, donde la cámara contextualiza el cruce entre la realidad y la ficción por narrar.
Las lenguas, a las que tanto les gusta hablar de la intimidad de los demás, y los oídos, a los que estas mismas seducen y envenenan, dicen y oyen, que este guión escrito por Tati, fue un modo de exorcizar su culpabilidad al abandonar a su hija menor, nunca realizado por él mismo debido a que, superficialmente seducidos, se dice que después de un accidente automovilístico, Tati perdió parte de la movilidad en sus manos lo cual imposibilitó al personaje de realizar los movimientos hábilmente disfrazados de “ilusión”. Una fácilmente solucionable excusa, sabiendo que por la misma época, un muy hábil ilusionista llamado Kassagi, realizaba actos de ilusión frente a una audiencia en vivo en la década de los cincuentas en programas de la televisión francesa como “Du cabaret de la nouvelle eve”, también partícipe en las fechorías de Martin LaSalle, en la película que dio a conocer al mundo a este último mencionado, Pick Pocket (1959) de Robert Bresson. (Apreciación muy personal, venenosa y seductora, no?). Cabe disculpar y creer en este rumor que excusa a Tati por no realizar su exorcismo, dado que Jacques Tati crea en su interpretación de autor, un personaje “disfuncional” en el mundo que le rodea, tan único en ese mismo, que a cualquiera le hubiese gustado que M. Hulot fuese su tío. Un personaje comparable con Charlot de Charles Chaplin: sumamente violento, a su vez, sumamente inocente: la violencia ocurre a su alrededor y los demás son la que la generan; él simplemente se agacha o se corre hacia un lado y un policía es golpeado contundentemente en la cabeza por una cacerola y cae al piso, al contrario, Charlot es golpeado y camina saltarín por la calle en un juguetón vaivén; no conoce la sexualidad ni el dolor físico. (El gran Dictador (1940), Charles Chaplin). Son personajes que solo ellos, o Búster Keaton, pudieron haber(se) interpretados. Sin embargo, La condesa de Hong Kong (1967), con Marlon Brando y Sophia Loren, pudo haber sido un exorcismo para Charles Chaplin, en el cual no existe una presencia física de Chaplin en el fotograma.
Muy probablemente Kassagi no hubiese logrado lo que el mismo Tati en una versión animada de sí mismo por Sylvain Chomet, ha logrado en este largometraje animado, nominado al Oscar, vencido como en el relato mismo por la gran industria, Toy Story 3. Taquillera y explicativa, comercializadora de productos de la mencionada caricatura; una ganancia más para la gran producción en cadena de películas aristotélicamente planteadas y predecibles, a demás, “muy bonitas”. (Recuerde qué Bonito = Bien, Bien = Barbie, Botox = “Bien Bonito”...).
La relación que entabla el ilusionista y la jóven, que con magia y dinero le agradecía lo que hacía ella por él durante su estadía en Escocia, esa misma con la que se va a Edimburgo, es una relación interesantemente planteada: es una relación de apariencias cuando el ilusionista toda muestra de gratitud o de cariño hacia ella, es mágicamente entregada, a demás de combinarla nuevamente con el dinero… Ella, obsesionada en querer aparentar lo que la vitrina le dicta, de tal forma poder desprenderse de su imagen “campirana”. Viven juntos y no son pareja, una relación ilusoria de paternidad. “Mágica”. Se empiezan a apagar los bombillos y nosotros espectadores nos damos cuenta de ello siendo testigos de la desterritorialización artística de los personajes, y ante este mismo flagelo, la ilusión, de creer en el ilusionista por parte de la niña, y la ilusión de que la niña siempre crea en el ilusionista, se rompe revelando así la humanidad en el acto, muy similar, en ciertos casos claro está, a la concepción transformada de la ilusión idealizada de un “Héroe” por parte de un hijo hacia su padre. Los magos no existen.