Por
Ivar Garcés.
Juan Pablo López.
Daniel Granados.
Estudiantes Medios Audiovisuales
Partiendo de las experiencias y acciones artísticas que se manifiestan
en las múltiples estéticas, el valor se encuentran enraizado en la
concepción artística propia del individuo que la aprecia, esta
subjetividad, se ha modelado con el paso del tiempo, dependiendo del
periodo y los procesos formativos del pensamiento de la cultura a la
que pertenece, por ello, la valoración estética se fragmenta en distintos
enfoques, así, como lo kitsch se transfigura a lo Camp, o lo inscrito
como pop llega a un ámbito tan general que deja de verse como algo
definido, es que nos damos cuenta de una “desjerarquización” latente
que se aleja poco a poco de las categorías ideológicas. En ese
proceso, la estética se abre paso por campos que no se habían
experimentado antes, un ejemplo claro es el caso de los hermanos
Quay, que proponen una visión arriesgada, simbólica, surreal, con
atmósferas oscuras y estructuras dislocadas del relato, elementos
rústicos y orgánicos, y con la abducción donde a mayor información en
el mensaje mayor incertidumbre, es que innovan y dilatan la dialéctica
que parecía perderse dentro del campo artístico de la animación, obras
que se contraponen al vuelco que trajo consigo la era digital, donde lo
artesanal, es suprimido por la boga de crear e imitar la realidad
mediante la computación, que si bien la realización es imaginativa, es
intangible y se reduce a la mera representación de lo existente,
mientras que las obras de éstos gemelos descontextualizan objetos
reales componiendo universos alternos.
Sin embargo, esta tendencias “explorativas” e innovadoras, bajo la
modernización pierden vitalidad con los artistas que se niegan a
oponerse a las corrientes industriales, que si bien, sin ser crítico, no es
para culpar ni a los artistas, ni a las tendencias del gusto popular que
superan el gusto cultural, que va más allá, es el mal infundado
“supuesto” compromiso con la burguesía(capitalismo), puesto que el
afán por el dinero refrena el valor ideológico que tiene el artista frente al
papel de una obra de arte como auxilio al cambio de una sociedad en
decadencia.
La obra de los Hermanos Quay, se basa en antecedentes relevantes
como la obra del animador JAN ŠVANKMAJER, quien en sus películas
emplea la técnica de stop-motion, con distintos materiales como,
plastilina, comida entre otros que crean una narración y un sentido
diferente las películas, generando sensaciones en el espectador y
dando un sentido único a la intención plasmada por el artista.
Ellos a su vez, han creado obras como “The films of the Brothers
Quay” a partir de lo onírico, lo alegórico, cargado de símbolos, un
lenguaje en el que el espectador se puede confundir con la coherencia
del relato , mostrando a partir de sus animaciones en stop-motion, el
lado oscuro, macabro, generando angustia, desesperación, y otro tipo
de sentimientos que el espectador asimila personalmente, saliendo del
pensamiento colectivo, creando una obra en si en la que sus
protagonistas son muñecos de plástico, maquinas oxidadas, tornillos,
elementos industriales entre otros.
La narración manejada por este par de
artistas, se sale de la
concepción que tiene la sociedad acerca de la animación como un arte
comercial y exclusivamente para niños, en este caso de la animación
convencional el desarrollo del relato muestra diferentes acciones,
carentes de concepto donde hacen evidentes para el publico todas las
herramientas para entender el contexto narrativo, que al final no genera
ningún mensaje en el espectador.
Ivar Garcés.
Juan Pablo López.
Daniel Granados.
Estudiantes Medios Audiovisuales
Partiendo de las experiencias y acciones artísticas que se manifiestan
en las múltiples estéticas, el valor se encuentran enraizado en la
concepción artística propia del individuo que la aprecia, esta
subjetividad, se ha modelado con el paso del tiempo, dependiendo del
periodo y los procesos formativos del pensamiento de la cultura a la
que pertenece, por ello, la valoración estética se fragmenta en distintos
enfoques, así, como lo kitsch se transfigura a lo Camp, o lo inscrito
como pop llega a un ámbito tan general que deja de verse como algo
definido, es que nos damos cuenta de una “desjerarquización” latente
que se aleja poco a poco de las categorías ideológicas. En ese
proceso, la estética se abre paso por campos que no se habían
experimentado antes, un ejemplo claro es el caso de los hermanos
Quay, que proponen una visión arriesgada, simbólica, surreal, con
atmósferas oscuras y estructuras dislocadas del relato, elementos
rústicos y orgánicos, y con la abducción donde a mayor información en
el mensaje mayor incertidumbre, es que innovan y dilatan la dialéctica
que parecía perderse dentro del campo artístico de la animación, obras
que se contraponen al vuelco que trajo consigo la era digital, donde lo
artesanal, es suprimido por la boga de crear e imitar la realidad
mediante la computación, que si bien la realización es imaginativa, es
intangible y se reduce a la mera representación de lo existente,
mientras que las obras de éstos gemelos descontextualizan objetos
reales componiendo universos alternos.
Sin embargo, esta tendencias “explorativas” e innovadoras, bajo la
modernización pierden vitalidad con los artistas que se niegan a
oponerse a las corrientes industriales, que si bien, sin ser crítico, no es
para culpar ni a los artistas, ni a las tendencias del gusto popular que
superan el gusto cultural, que va más allá, es el mal infundado
“supuesto” compromiso con la burguesía(capitalismo), puesto que el
afán por el dinero refrena el valor ideológico que tiene el artista frente al
papel de una obra de arte como auxilio al cambio de una sociedad en
decadencia.
La obra de los Hermanos Quay, se basa en antecedentes relevantes
como la obra del animador JAN ŠVANKMAJER, quien en sus películas
emplea la técnica de stop-motion, con distintos materiales como,
plastilina, comida entre otros que crean una narración y un sentido
diferente las películas, generando sensaciones en el espectador y
dando un sentido único a la intención plasmada por el artista.
Ellos a su vez, han creado obras como “The films of the Brothers
Quay” a partir de lo onírico, lo alegórico, cargado de símbolos, un
lenguaje en el que el espectador se puede confundir con la coherencia
del relato , mostrando a partir de sus animaciones en stop-motion, el
lado oscuro, macabro, generando angustia, desesperación, y otro tipo
de sentimientos que el espectador asimila personalmente, saliendo del
pensamiento colectivo, creando una obra en si en la que sus
protagonistas son muñecos de plástico, maquinas oxidadas, tornillos,
elementos industriales entre otros.
La narración manejada por este par de
artistas, se sale de la
concepción que tiene la sociedad acerca de la animación como un arte
comercial y exclusivamente para niños, en este caso de la animación
convencional el desarrollo del relato muestra diferentes acciones,
carentes de concepto donde hacen evidentes para el publico todas las
herramientas para entender el contexto narrativo, que al final no genera
ningún mensaje en el espectador.
El lenguaje manejado por los hermanos Quay muestra un mundo
surrealista, abstracto, un mundo donde la lógica de la materia se
transforma, un mundo donde sus protagonistas caracterizan los
sentimientos más profundos del ser humano, donde la imaginación, y
la necesidad de contar nuevas historias con mensajes contundentes,
hacen parte de la realización, producción, creación de esta obra
experimental, reconocida en la historia por su carga cinematográfica y
su alto contenido simbólico a partir de objetos que despiertan
misticismo en el espectador.
El arte ofrece una posibilidad única en relación a otras disciplinas a la
hora de tomar una postura personal respecto a la expresión o
apreciación de una obra, de modo que dicha posición autónoma e
intransferible presupone una motivación para cada ser que desee
expresar o desarrollar una idea o concepto artístico. De esta manera la
animación en el territorio de la expresión artística pareciera no tener un
panorama favorable en la actualidad y de cara al futuro puesto que las
distintas maneras de pensamiento intentan establecer limites acerca de
la infinidad de expresiones que se pueden traducir en el lenguaje de la
animación no como un prototipo comercial o industrial si no como un
territorio agregado a la expresión artística.
Los hermanos Quay reinterpretan otros universos como la literatura, la
plástica desde las bellas artes, la música y el sincronismo de esta con
el sonido que generan las texturas de los materiales que emplean en
sus escenarios actanciales etc. Una infinidad de elementos expuestos
frente a la necesidad de abrir caminos de exploración artística que
lleven al espectador a contemplar la animación como un lenguaje
mucho más complejo y trascendente de lo que algunas industrias
alrededor del mundo consideran y tratan de establecer con sus ideas
basadas en grandes presupuestos, grandes tecnologías pero a su vez
básicas, convencionales y carentes de concepto y forma, tratando de
convencer a estos mismos espectadores con arquetipos de animación
limitados por unas especificaciones que se reducen al ámbito
comercial.
“¿No será que la propia organización y difusión del arte y la cultura en
general por parte de las instituciones y los gobiernos, el modo de
hacerlo, contribuyen a fomentar esa especie de complejo que acaba
por alejarnos y marginarnos de ciertas manifestaciones artísticas?”
(1)
La “industrialización del arte” que al mencionar estas dos palabras
suenan como polaridades opuestas, parecen ser la formula precisa que
han descubierto ciertas esferas sociales para dejar implícita una
postura uniforme y de masas acerca de la concepción del arte a nivel
mundial, pero quizá estas personas no han sido lo suficientemente
acertadas en reconocer que el arte como se menciona anteriormente
obedece a una práctica abierta a las posibilidades de expresión y
apreciación, por el contrario en muchas ocasiones han intentado hacer
del arte una práctica clasista relacionada con otras nociones como el
consumo masivo, la publicidad y otros elementos que tienen una
intención explicita de incidir en la sociedad con diferentes tendencias
políticas y de poder económico, disposiciones que nada tienen que
ver con la disciplina artística la cual está dirigida y relacionada con el
ámbito la percepción, y la sensibilidad. De acuerdo a esto es importante
diferenciar la intención de un artista que se basa en las practicas de la
sociedad como la misma economía y la política para desarrollar un
discurso en relación a la creación de una obra, a que estos parámetros
sean condicionantes o limitantes a la hora de expresar o exhibir una
obra.
(1) Las quimeras del arte: La obra de arte entre la realidad y el deseo/ Amparo Rovira
Sánchez/ publicado por Universitat de València, 2003
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