2 CUENTOS DE NINI JOHANA SANCHEZ

Nini Johana Sànchez Avila ( la autora)





Cuentos.

NINI JOHANA SANCHEZ





Gehenna
El trazo empieza como una diminuta mancha que se desliza a la punta de la pluma. La tinta discurre de la piel al recipiente como si aflorara de lo profundo de la mujer. Al completarse la línea ha adoptado formas que se separan y se unen una y otra vez, tratando de rellenar los espacios que afuera se hacen difusos, como marcas de agua que borra el viento con su roce seco.
Gehenna ve cómo los dibujos desaparecen con los días y trata de hacerlos permanentes, pero tropieza consigo misma, ¿habrá algo que valga la pena conservar para la memoria? ¿Cada línea vale el peso del ataque sobre la piel, su doloroso recuerdo? Ella no sabe, ella recuerda de día y borra de noche para comenzar en el alba otra vez la pregunta.
Deja de dibujar por un momento, ¡Deja de dibujar por un momento¡ Deja de dibujar, por un momento todo se detiene; su brazo se diluye en ese preciso instante de nada, instante blanco. Ella palidece y retoma su perpetuo trabajo de amanuense, escribiente de sí misma.
¿Será que aparte de este trabajo que se hace insoportable le queda algo más? Entonces Gehenna piensa en ese espacio prometedor de la página vacía, de su piel borrada por el viento, de su nombre olvidado de cualquier página, cualquier memoria, cualquier hombre. ¡Si dejara de trazar! Ya no habría tortura, tal vez tampoco recompensa, y entonces, entonces se dilata y no hay respuesta, como tampoco hay trazo…
El silencio se hace finalmente eterno y pareciera que la tinta se devuelve por su cauce de segundos, de minutos acumulados en cada poro, en cada trazo repetido hasta el cansancio.
Ya no hay nada por lo cual lamentarse
ya no hay nada por lo cual…
ya no hay nada
ya no hay
ya no
ya
.


Octubre 22 de 2010





Ejercicios morfo-lógicos:


Para que haya un nosotros debemos estar dos… yo y tú, cada uno separado, indivisible, único y sin embargo no solo, con el otro, que es igual de único e indivisible. Sí, somos yo y tú, no tú y yo, no hay primero ningún otro pues solamente yo soy mi primera persona, el segundo eres tú y si te va bien seguirás siendo el segundo, que el primero es irremplazable. De tu parte también espero que el primero seas tú y no yo, en el orden particular de las cosas, en el orden correcto de las prioridades no puede haber otro que el primero del singular para cada cual.
Sin embargo, aún cuando cada uno se resguarde del embate de las otras personas es muy difícil no sucumbir a un tercero, ya sea en singular o en plural, él, ellos, el que se encuentra afuera y pide sin reconocerse único, ni reconocer al otro.
Si hay un nosotros es porque nos hemos dejado para poder estar juntos en el mismo pronombre, no hay que unir-nos innecesariamente con posesivos, no existe mío o tuyo, el nuestro es de carácter volátil y tiende a desaparecer pues el nosotros es igual de inasible. A la primera persona que me encarna no le caben los adjetivos posesivos, no le quedan los grilletes de adorno y no hay que desear ponérselos a nadie… no hay tal cariño en exhibirle la cadena al otro para sacarlo a pasear por el camino del habla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querida Nini, precisa es tu escritura , como tu.