REQUIEM POR RAUL RUIZ: ENTRE EL VENENO Y UN DIBUJO DE PROUST.



Por
Andrès Romero Baltodano.





Habrá alguna razón para que un ciego llamado Bartolomé y apodado Tiresias por Gessualdo Buffalino le tome fotos a una mujer desnuda mientras duerme?
Que razones impulsan a Piort Dumala a tomar un mármol y mientras lo raya, demostrar que también en la piedra se puede llorar a Kafka o mirar en sepja a Dostoievski?
El arte lucha eternamente contra los brazos peludos y asquerosos del llamado entretenimiento, que con sus tenazas de hierro y su aplanadora de medios masivos de comunicación, trata de aplastar todo lo que contenga ideas y lo que mínimamente entre en un debate .
Son los artistas (reales) y creadores quienes penetran en la masa ígnea de las ideas trayendo tras de si un humo lleno de fuertes miradas y maravillosas ideas.
El cine ha tenido en su contra que dentro de todas las artes, es una de las más depredadas por intereses monetarios y por usos absurdos, como hacerle creer a la humanidad que una película esta hecha como una reina de belleza o sea como un artículo decorativo. Al cine lo han esquilmado y lo han envuelto en unos paradigmas intolerables como convertirlo en un “pasatiempo” donde las personas pueden ir a ver cosas supuestamente “fantásticas” ( se pregunta uno si lo fantástico no es el triple de imaginativo en nuestros sueños?) o sucesos que a partir de los “efectos especiales” serian inalcanzables en una realidad real.
La frase “vamos a cine” pronunciada de esa manera reduce al film a un acto de “programa sabatino” lo que ha llevado a la sociedad a creer que una película, es un acto mediático donde lo llamado “espectacular” acompañado de las “actuaciones” de unas estrellas prefabricadas
( habrá algo mas molesto que un Star System donde un hombre o mujer de artes escénicas pasa a ser un maniquí de farándula?) incluso algo aun mas absurdo, es creer en la película como una historia y solo si es un historia ( con el consabido planteamiento, nudo y desenlace) se considera película ( de hecho lo documental o las animaciones se salen un poco de esta categoría en la medida que no son consideradas cine).
El cine es una disciplina artística , un desarrollo de un lenguaje por parte de un autor ( es paradójico que mientras la pintura ha tenido miles de posibilidades en manos de autores tan particulares como Jean Fouquet quien trasladando la belleza de Agnes Sorel a su hermoso Diptico de Melun(1450) en medio de querubines y serafines de tendencia Pop – dados sus tonalidades azules y rojas-elabora una virgen particular y alejada de las “estampitas” , Guisseppe Arcimboldo quien elimino las facciones desde lo hiperrealista para entrar en un juego de imaginación y surrealismo patente en sus retratos como por ejemplo “Invierno” (1573) ,Hedda Sterne quien dentro de los intestinos del surrealismo y con su pasado Rumano reboto líneas e inventó en sus collages maquinas fantásticas ( llamadas antropografías) al tiempo que fue quien alentó a Saint Exupery a publicar Le petit Prince con sus propios dibujos).

Pero lastimosamente el cine y su “lastre” narrativo, mezclado con las perversas intenciones de aquellos que creen que mezclar Aliens con Cowboys para ensangrentar la pantalla o poner a funcionar las “linternas verdes” con unas baterías llenas de simpleza y lugares comunes, han hecho que los seres humanos tengan poco acceso a los verdaderos autores que han propuesto desde diferentes épocas y culturas maneras de plantear miradas y desarrollar lenguajes muy diferentes, que en general inmediatamente son signados de cine “experimental” ( ya que no se acoge a los limites de Hollywood o de sus lamentables “copias” que se dan alrededor del mundo año tras año).
Es absurdo que todo lo que se crea fuera de los parámetros que la industria y el mercado masivo consume sea visto como “extraño” o “raro” en la medida que los comentarios ante estas obras son”que película tan rara”, “que película tan loca” cuando lo que està ocurriendo unos metros mas adelante en la pantalla, es el desarrollo de una película creada desde la voz de una director o directora que elije una manera particular de contarlo y eso la hace mas diversa e interesante (es como leer a Vila Matas, Georges Perec, Raymond Queneau,Leòn de Greiff ).
El cine día a día en rincones del mundo cercanos o lejanos a nuestros territorios realiza o “descubre” autores ( de hecho las recopilaciones oficiales de las historias en general son euro centristas o norteameri centristas o sea excluyentes de otros puntos de vista en el planeta ) y uno de ellos es el recientemente desaparecido cineasta Raúl Ruiz que en términos de presencia de medios o de acceso de sus películas a los espectadores, prácticamente es nulo ya que sus films en el caso Colombiano, solo en el pasado fue exhibido por circuitos de cinematecas o festivales y el solo acto de enterarse que existe es un proceso farragoso y difícil en la medida que la “lluvia” de información (que amenaza con volverse tormenta) se vuelve mediática y pendiente de elementos tan ajenos al arte en su esencia ( además el implantar el entretenimiento como oscura suplantación del arte es verdaderamente vil e inadmisible).
Ruiz fue de aquellos cineastas que se instalan como directores de lo que muchos llaman “cine -arte” (como si el verdadero desarrollo honesto y creativo de esta manifestación no fuera siempre así) y que da pie para que grupos de humanos “alardeen” de “entender” sus filmes y de “despreciar” a quienes se hacen preguntas sobre sus films.
Ruiz venia de un proceso interesante que abre muchos debates al respecto y es su falta de escolaridad puntual en la materia ( no estudio sino un curso en Argentina al respecto) lo que no impidió que fuera forjando una sólida carrera de cineasta- autor a lo largo de tantos años.
Volviendo a sus orígenes artísticos ,Ruiz comenzó en el teatro (su otro amor escondido y lastimosamente no tan frecuente) sufriendo el cruento golpe propinado a Salvador, rompiendo recuerdos en un exilio ( vivido por muchos a la fuerza de la “fuerza bruta”) obligado pero aprovechado para crecer en medio de cada film.
Antes del golpe había elaborado films políticos como Què hacer (1970) después de la lluvia, sus tristezas “de un bandoneón”, miles de compatriotas desaparecidos y asesinados (matando mas que el cuerpo una fuerza de la imaginación de la que nunca se recuperaría este país y parte del continente) algunos ojos de críticos y espectadores se detuvieron sobre su profunda y surrealista Las Tres Coronas del Marinero (1983) .
En el 2005 sigiloso se acerca al balcón de la tristeza en amarillo penetrando con cautela y amor en los linderos de un Gustav Klimt encarnado por el camaleónico (a veces) John Malcovich (entre los biopics de pintores recordamos ahora la bella balada de lo imposible en la hermosa Pollock de Ed Harris o Love is Devil de John Maybury) en su film Klimt.
Ruiz ofreció su canto de cisne con la adaptación del singular escritor portugués del siglo XIX Camilo Castelo Branco (escritor suicida que tuvo una vida tan llena de vicisitudes que darían para un melodrama extenso y truculento) Misterios de Lisboa (escrita en 1854) . Película recibida con un aluvión de palmarès por la crítica y que presenta un nuevo despegue de la carrera del realizador chileno.
Hace unos días la noticia nos cayo como espesa pintura sobre el rostro: Raul Ruiz había muerto.Su hígado nuevo no resistió tal vez las noticias de un mundo que se asume hacia la hecatombe de las artes en los países subdesarrollados terminó con darle el “golpe de gracia” .
Ruiz fue un cineasta en todo el sentido de la palabra. Su cine fue de autor, explorativo, denso lleno de campanadas de Balzac o de Proust (de hecho sobre el tomo final de “En Busca del Tiempo perdido” Ruiz realizó bajo la exquisita fotografía del maestro Aronovich Les Temps Retrouvee(1998) sus películas fueron golpes llenos de veneno o astromelias…
Amledi el tonto ( una revisión a Hamlet de Shakespeare) 2010, fue su ultima obra de teatro donde leemos en la pagina de Santiago a mil: “Versión arcaica del mito de Hamlet que rescata el carácter hosco y macizo del relato nórdico original. Raúl Ruiz se vuelca aquí a la hipotética fuente de la tragedia shakespereana, un cierto príncipe Amledi, “versión arcaica del mito de Hamlet que rescata el carácter hosco y macizo del relato nórdico original…”.

Esperamos un tranvía en la estación de la Ciotat, a ver si Monsieur Ruiz viene en el, disfrazado de Cronopio o de Luis XIV…sus ojos se cerraron, pero su cine cada vez abre mas ventanas donde el musgo se desvanece, cuando uno a lo lejos ve volar tres coronas de un marinero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El cine es un arte para todos, donde lo interesante no es solo que se cuenta sino quien cuenta la historia y como se cuenta, hay que romper las barreras del entretenimiento para no distraerse tanto y centrarse en las ideas, y no dejar volarlas, dar rienda suelta al cine de autor y no quedarnos sentados en un cafe pensando en lo caliente que esta.
las tecnicas experimentales son infinitas y no hay que olvidar que pueden ser sublimes( dando un poco mas de intensidad), y mejores resultados. gracias a quien escribio este articulo esta buenisimo.

xiro