PASIÓN, ¿REAL O MITOLOGÍCA?

Fotograma de la pelìcula "Medea" de Lars Von Trier



Por
Camila Duarte Vargas
Especial
Para La Moviola


Soneto 14

“Ir y quedarse y con quedar partirse,
partir sin alma e ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;

arder como la vela y consumirse,
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo y ser demonio en pena
y de serlo jamás arrepentirse,

hablar entre las mudas soledades,
pedir, pues resta sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;

creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma y en la vida infierno.”

Lope Félix de Vega1






El amor, indescifrable sentimiento que es capaz de desatar sorprendentes llamaradas de alegría o tristeza, transforman el interior humano y la dualidad engendrada somete la razón y propicia encuentros fuera del entendimiento que encadenados por la pasión son capaces de hacer las cosas más absurdas. Eurípides perfila dentro de esta estética del amor y la venganza a “Medea” su tragedia griega escrita en el 431 a.C., donde explora el dimorfismo entre el afecto y el odio y realza la particularidad histérica femenina para lograr sus objetivos y no dejarse vencer por las adversidades. Mujer íntegramente dual.
“Medea” reaparece en 1988 en una adaptación para la televisión europea bajo la dirección de Lars Von Trier, su apuesta presta del guión con el mismo nombre escrito entre 1965 y 1966 por uno de sus ídolos, Carl Theodor Dreyer, director de cine Danés considerado un ícono por la búsqueda que realizó en su carrera sobre el capital dramático en la esencia del personaje y por su interés meramente realista, que lo llevó a explorar los sentimientos del individuo y los conflictos que devienen en el desarrollo de la personalidad del hombre y el contexto que lo rodea circundando la premisa de la psicología humana, temas que llevó a la pantalla a través de encuadres estáticos y cargados de simbología hechos con excelente pulcritud pues prefería la calidad a la cantidad, director obstinado de temperamento fuerte y perfeccionista. “Von” siempre enorgullecido por la belleza del estilo de Carl y de sus diálogos minimalistas explicita al inicio de su producción que no intenta recrear la tragedia fielmente, sino hacer una interpretación de aquel guión y de paso homenajear a Carl, puesto que compartía afinidad en su carrera profesional y buscaba como él “encontrar el estilo perfecto en cada película… la atmosfera, el tratamiento, los personajes y el tema”2. La producción generada para la televisión se convirtió en un proyecto hecho realidad (ya que Theodor no pudo financiarlo) visionario e interesante para la teleaudiencia por su carga cinematográfica de gran índole.
La tragedia griega de Eurípides es tratada por Lars desde que Jasón acepta la mano de Clade y Medea angustiosa maquina venganza. Desde el opening del film angulado en cenital y en plano medio se ofrece a Medea resarcida entre las olas inquietas y la arena que retorcida por sus dedos duramente, empapan al espectador perdido en la calidad del fotograma por su supuesto fundido, recrea de una vez y durante el recorrido narratorio la sensación apesadumbrada de muerte y que acompañada de una implícita simbología empieza a desarrollarse de secuencia en secuencia, acentuando particularidades como el agua, la niebla, el viento, la arena, y que encuadradas inteligentemente desligan pensamientos mortíferos en el espectador.
El manejo de las atmosferas tanto en interiores como en exteriores se fracciona dependiendo el personaje, Jasón siempre enmarcado por luz fría hace más agobiante su rostro e instiga un contexto de duda y de culpa, Clade siempre elegante con sus ropas blancas o desnuda y su cabello suelto es iluminada tristemente y suele aparecer solo en interiores mientras que Medea en exteriores es afectada por la lluvia, el viento, el sol, siempre a la deriva del devenir y su cara en primeros planos destaca cansancio, sombras y padecimiento que se acentúa con sus vestiduras negras. Los valores paisajísticos en planos generales despliegan colores planos e insertan proporcionalmente la ley de tercios, el ojo del observador inquieto proporciona gradualmente con cada movimiento de cámara composiciones perfectas y armoniosas y el juego que surge entre los planos que parece ser la utilización de un croma, anteponen una historia y atrás con texturas definidas se desenvuelve otra: en secuencias de interiores como la de Medea donde habla de su venganza y amor por Jasón y sus hijos proyectados tras ella a forma de premonición, o cuando carga simbólicamente sogas con paso dificultoso y de culpa y atrás aparece el subterráneo, los relinchos del caballo y el territorio de Creón.
Las locaciones utilizadas que ubicadas en algún pantano de Jutlandia (espacio entre Dinamarca y Alemania) vivifican la historia en un territorio británico dentro de un pasado dilatado, entre mares agitados, llanuras dulcemente onduladas, dunas silenciosas que confinan la estética de aquel continente extenso y melancólico y donde el fotógrafo Sejr Brickmann selectamente capta los planos necesarios para suplir la época griega con el ambiente del siglo XX sutilmente añejado. Este retratista genera en todo el film las paradojas por excelencia del hombre, entre la vida y la muerte, la verdad y la falsedad, la incertidumbre y la certeza, lo bueno y lo malo, la pasión y la aversión, el odio y el amor, que mezcla entre las ambigüedades del color y las formas, a veces desdibujadas en disolvencias o a través del grano fotográfico.
Estrenada en pascua de 1988 por la DR-TV danesa las criticas no hicieron espera y entre las tantas negativas se destacan las palabras de Dan Nissen donde exponía que “el impactante tratamiento visual no consigue disimular el hecho de que Von Trier carece de sensibilidad para las capas más profundas del texto”3. Pero aquella frase desencajada del cómo y de la táctica escogida por Lars para trasponer una historia elude vilmente la significación de una problemática que no debe ser vista como ilusoria sino como un acaecer regular en la población humana. La venganza pasional es una forma de vida que se rige desde hace décadas y el subtexto de “Medea” aplica a cualquier civilización y etapa del ser humano, pues al resignificar la palabra con la imagen la historia del escarmiento puede ser contextualizada en cualquier momento, así que las palabras dichas por Nissen no ponen ni quitan absolutamente nada al argumento sincronizado al entorno europeo descrito por Lars.
El territorio dramático está abarrotado especialmente en el campo de la naturaleza donde las secuencias frente al mar, horizontes de trigo, expansiones de arena, se llenan de intenciones y cuentan emociones. El equipo de escenografía liderado por Jes Harper y el colorista Suen Nilsen entre cada plano embriagan a la audiencia en atmosferas apasionantes, pues mientras Jasón habla con Medea en la orilla del mar, el verde olivo llena la pantalla y la esperanza decrece con el dialogo pérfido que entablan.
Lars Von Trier es un cineasta épico, da mucho de qué hablar, en su juventud fue un chico escéptico y autodidacta que empezó a filmar cortometrajes a la corta edad de 8 años, no fue a la escuela por sus problemas con la autoridad y en la universidad se hiso participe de varios proyectos agudizando sus ideas con firmes imposiciones por creer solo en sus conceptos. De ahí podría decirse que Dinamarca engendro un genio, enigmático y atormentado pues odia su aclamada fama, rechaza los premios, las multitudes, ser excéntrico que tras cada año de aporte al cine, teje mas incógnitas de su esencia. Pero cabe reafirmar que su pasión por el cine lo destaca entre muchos tantos europeos y cada producción lleva un poco de él, de su exigencia, su alma, su vida. Su control artístico total puede compararse con el genio de Ingmar Bergman y su compromiso para con el arte. Los regímenes con que produce cada film los llena de talla y considerados como joyas de cinematografía, hace películas para recordar, ver una y otra y otra vez.
El trato de “Medea” fue complicado pues era una apuesta experimental para lograr una apariencia tenebrosa en la televisión, primero se rodó en video de ¾ de pulgada y en postsincronización se añadió el dialogo clásico que en danés sonaba un poco extraño. El proceso de la cinta televisiva inicio en video, se traspaso a 35mm y luego a video de 1 pulgada. Un trabajo minucioso, donde se quería articular la psicología de los personajes con los ambientes expuestos, y hacer flotar el subtexto contenido en las alegorías exhibidas.
El mar es el eterno retorno a la madre, a la seguridad, la serenidad y extensamente divisado y vibrado en el oleaje, los personajes se refugian en sus sonidos comprendiendo los dilemas que atraviesan, según Chevadier, el agua es la resignificación del alma, la renovación del ser, y Lars avivando la composición y llenándola de sentido, recrea en varias secuencias, como en la de Jasón que en contrapicado le habla al agua y busca en su reflejo la respuesta a su contrariedad, mientras que Medea ubicada dentro de un plano general con la mitad de su cuerpo sumergido en el mar y en inmensidad del horizonte cielo-mar renueva las fuerzas para continuar con sus planes. Este elemento a simple vista no designa nada profundo, pero su recurrencia explicita la necesidad de pureza y tranquilidad en medio del caos desatado en la tragedia. El agua fuente de vida es el signo más notable durante los 75 minutos del film, significativamente abre y cierra el largometraje.
La cámara objetiva del largometraje observa y narra, a la vez que atraviesa este mundo trágico de Medea donde evidencia las ideas de los personajes dentro de la expresividad aciaga de sus rostros, planos medios, medio cortos y primeros planos centran la ideal que globaliza el drama y que unidos entre fundidos muy bien homogeneizados y cortes directos zozobran con latencia sobre la muerte. El ritmo utilizado no permite distracción, cada segundo es un apego por vivir y sobrevivir a la premura del fin. Los movimientos de cámara más aplicados para relatar son los paneos fijos y travelings cenitales.

La venganza siendo el dispositivo argumental que gira sobre esta película: “Yo no soy mala, es que me han dibujado así"4, sirve para demostrar que la pasión sentimiento efímero pero sentido fuertemente, puede expresarse de mil maneras y acentuarse entre la simplicidad de los diálogos. Tanto la trama como la acción del director insisten en que la vida es un arduo camino por la perfección, por el autoconocimiento y la dominación del pensamiento, así que el disparo que quema después de ver el film es la conmoción , Medea ahorca sus hijos, pero también Lars cuelga la concepción del ser sencillo.

"Si soy malo es porque sufro"5 : final desatado en la desesperación de Jasón y su figura perdida entre la boscocidad y relinchos, junto con Medea que quita su pañoleta por primera vez ya en el navío y transformada en lo que odiaba, desnudan la realidad en el reflejo de dos seres que sufren y que buscan su bienestar. Los individuos sentimos singularmente, nadie habla por nosotros, y por ello somos capaces de hacer de la realidad una ilusión o una tragedia literalmente.




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1 www.poeticas.com.ar/Directorio/Poetas_miembros/Paul_Eluard.html
2 “Lars von Dreyer?”. Petrovic Zoran. 1996. Pág. 21
3 “Lars von Triers Film”. Shepelern. Pág. 141
4 “Quién Engañó a Roger Rabbit”
5 “Frankenstein”

Bibliografía
Stevenson jack. “LARS VON TRIER”. 2005. España .Paídos.
Chevadier jean. “Diccionario de los simbolos”.1986. España. Herder S.A.

2 comentarios:

KINO dijo...

Sin duda hay que ver un clasico como MEDEA de la mano de un cinematografia viva y contigente como la de Lars Von Trier, Excelente articulo, vi Medea hace ya 5 años en el Cine club de la Central con dos viejitos que roncaban mientars la tragedia segua su curso.... Con pena no he vuelto a ver programación de estos grandes filmes de Von Trier, nos engolosinamos con Dogma sin ver la "epica" que descibe el texto. Moviolos por favor a programar Von Trier.

Anónimo dijo...

SI SEÑOR SE LE ACATARA SU AMABLE "ORDEN" YA ESTA POR AHI "MELANCOLIA" Y PRONTO ESTAREMOS HABLANDO DE ELLA...
Y VIENEN MAS SORPRESAS....
CCLM