CUATRO MUJERES ASOMADAS A UN NOMADA DESNUDO


Por


Andrés Romero Baltodano.


A veces la oscuridad clama por mantenerse testarudamente dentro de nuestras cabezas, nuestro corazón o simplemente nuestro silencio eterno.
La oscuridad es un espacio donde la no-luz se establece como manera de enfrentar la realidad o la surrealidad.
Algunos escritores son tachados de “oscuros”.
Fotógrafos como Joel Peter Witkin son mostrados como “seres del averno” que vienen a perturbar nuestro sueño pero no habrá algo más perturbador que la oscuridad de la palabra ??
Cuando vemos la oscuridad pintada por Balthus o por Otto Dix , salta inmediatamente un sentimiento de vernos abocados a esa oscuridad, como un intento de eternizar la atmosfera donde se mueven los personajes de las historias planteadas por Dix o por Balthus.
La palabra encuentra en la oscuridad un antónimo al verso fácil y las imágenes condescendientes que tanto mal poeta nos quiere colgar de nuestras dolidas orejas.
La mala poesía (aquella que pinta las montañas “ con bravura”, las manos de una mujer “coronadas de azahares” y los pasos de un niño de “ huellas imborrables”) es una constrictor que nos asesina la otra manera de ver una nube o un animal agazapado…la palabra ha pintado situaciones desde la tradición oral hasta los alejandrinos o los sonetos que tanto emocionan a
quienes les gusta “dibujar” la belleza y no sentirla de verdad.
Oscuro.
Claro.
Oscuro como la narración de una gallina amarrada a la proa de un barco, para lograr su ahogamiento temprano, oscuro como los fondos de Rembrandt ( habrá algo mas bello que la “Lección de Anatomía del Doctor Tulp” ????) o la lacónica percusión en Messian…
Edgar Poe no era Allan ,sus padres biológicos de ascendencia irlandesa, murieron tempranamente y el fue a dar al seno de una familia donde su malhumorado ( y acaudalado) padrastro tal vez sin saberlo, fue la semilla para que años después el nombre de Edgard Allan Poe sea sinónimo de asesinatos, de cadáveres insepultos de gatos negros que observan el mundo y sacan las garras…
El terror es un sentimiento que podríamos denominar fisiológico pero que se construye dentro de cada ser humano a partir de miles de motivos, sus representaciones de cliché como gatos negros, fantasmas insepultos, vampiros etc. ( toda la imaginería del Halloween) primero fue abordada por la literatura y uno de sus grandes sembradores se llama Edgar Allan Poe.
De Poe se han hecho pelis de acción viva ( las de Corman por ejemplo) ,animaciones de polacos,
Acciones plásticas, poemas, biografías ( que tal la de Cortázar????) de su muerte se llenan de posibilidades dramáticas la causa del deceso ( va desde alcoholismo puro pasando por una que otra enfermedad venérea hasta venganzas y planes casi terroristas) lo cierto es que murió en un delirio y solo y las calles de Baltimore fueron testigos de sus últimos minutos.
El grupo de teatro Matacandelas de Medellín está celebrando sus 27 años y pos sus tablas han pasado Cocteau, Maeterlinck, Lorca, Aguilera Garramuño…Collodi…
Su impronta teatral solo tiene un compromiso: el arte por el arte.
Escarbar en Silvia Plath ( la chica que quería ser dios) y encontrar en sus metáforas las respuestas a interrogantes sobre lo femenino , sobre una mujer triste que escribe para no suicidarse tan pronto y que quería ser “vertical “ y no “horizontal”.
La manera en que este colectivo de artistas dirigidos por uno de nuestros Maestros del arte teatral colombiano y latinoamericano ( al nivel de Boal, García, Gámbaro, Vargas) Cristobal Pelaez ha orientado el trabajo del grupo y nos pone frente a un colectivo, robusto, de “autor” con una manera de encarar la puesta teatral individual y fascinante.
Sus obras abordan desde el texto,la actuación ,los recursos escenográficos y musicales toda una propuesta enmarcada en un estilo que solo el “Matacandelas” tiene. La forma como divide los textos y los pone en boca de sus actores , el uso del “canon” en las voces para contar algo, el vestuario , el uso del espacio pero por encima de todo la búsqueda de una posición filosófica
y poética que dignamente lucha por mostrar que el teatro verdadero no ha muerto porque sus posibilidades son infinitas y felices.
“4 mujeres” es un montaje a partir de cuatro personajes de Edgar Allan Poe todos creados en el siglo XIX.
Una Berenice al borde del sueño, donde los demonios golpean su puerta con rastrillos ennegrecidos por sus pensamientos.
Una Morella poética y etérea abriéndose el corazón con las alas de los ángeles que se imagina.
Una Ligeia que lacera sus miradas contra una mesa que arde cuando la piensan.
Una Eleonora flotante y distante como un faro tan intermitente, que solo salva a los marineros cuando van de norte a sur.

La puesta de la obra es limpia, discreta pero abarca unos momentos de lirismo extremos a veces dado por las palabras de los actores a veces por los cambios de atmosferas lumínicas ( un excelente trabajo de Diego Sánchez & Alejandro Vásquez ) la luz a veces es Murillo a veces es
Sorolla, Caravaggio y por momentos De La Tour, la oscuridad de la escena rasga los dientes permite una intimidad hermosa y pesarosa.
La música de Julián Henao ( con fragmentos de Wagner, Sibelius) permite volar desde Nino Rota
( en esa caravana Felliniana que abre y cierra la obra) hasta los ecos de “Tristan e Isolda”…
La obra comienza a crecer dentro de nosotros, esas mujeres vomitan, abren puertas y cierran cortinas azules que nos obstaculizan el paso.
Abren los brazos, de pronto llueve ( y no cae ni una gota) de pronto el averno es una silla o una espalda desnuda…la historia se va construyendo como una fina telaraña en nuestro interior…
El único lunar para quien esto escribe es justamente el último cuadro de la obra que por momentos toma tonos Shakesperianos y la vemos a ella como una lejana y encantadora Julieta…
Pero la caravana Felliniana vuelve y los actores van abandonado la sala…nos abandonan a su propia fantasía y a un castillo de hierbas venenosas que antes crecían como columnas en el escenario…
Poe por Matacandelas una experiencia que nos arrulla y nos empuja a seres delicados que cuando besan sus pies se hinchan y las muelas se estrellan unas contra las otras.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Resulta tan o mas interesante imaginar la puesta en escena a través de los ojos constructores de este relato!

Anónimo dijo...

muchas gracias si Matacandelas saca la cara por el verdadero teatro en colombia!!!!!
cine club la moviola