ESPEJITO ,ESPEJITO SONY: LA OPERA PRIMA DE ANA MARIA SALAS
Muchacha ante el espejo. Pablo Picasso
Por
Andrés Romero Baltodano
Como es costumbre la Muestra Documental nos envía un adelanto de sus documentales y hoy queremos compartirles este comentario sobre “Frente al espejo” de la realizadora Colombiana
Ana María Salas Vega que estará en la muestra.
Entre la ambivalencia de los atardeceres de morir o vivir, antes que llegue atareada y con carterita lima la luna a terminar la fiesta, las preguntas brotan desde uno mismo y no desde el otro.
Habrá alguien que pregunte algo mas lógico que uno mismo?
En el arte el asunto del “auto” (existirá la clasificación de auto-poema?) se instala mas en lo pictórico y en la imagen, pensemos nada mas en el inquietante autoretrato de Artemisia Gentileschi (1630) , donde el “encuadre” de su cuerpo esta iluminado de un lado y su mano desafiante e insolente dibuja algo que no vemos.
Serán autorretratos lo que dibujan los niños sin mucha pericia técnica, pero con todas las pericias emocionales, cuando se pintan con brazos más largos que la isla de Cuba o con ojos tan abiertos que el más ambicioso coleóptero los añoraría?.
De autorretrato también podríamos clasificar aquellos”diarios” que les regalaban a las adolescentes en décadas pasadas (solo a las niñas que quede claro, como si los niños no tuvieran que escribir sus secretos para huir de ellos o guardarlos como un submarino amarillo) a las niñas les obsequiaban estos libritos con un ridículo candadito (la seguridad en esos tiempos si se podía preservar con un candado de mentiras) y ellas escribían lo que se denominaba peyorativamente “pensamientos” transcribo uno de una dulce amiga: “ya faltan dos horas y media para mi viaje, siento mucha curiosidad, he pensado en las diferentes cosas que podían pasar, entre esas que Esteban me pueda besar”.
En estos libritos secretos y mágicos se consignaron miles de sensaciones que después, al crecer y como escribió Maria Elena Walsh “… Te acordás que más tarde la vida
vino en tacos altos y nos separó” . se botaban sin miramientos o se encuentran en las partes altas de los closet, envueltas en una bolsita de plástico de un almacén que desapareció “el progreso” – han visto a tibias casas que son botadas y reemplazadas por gigantes de ladrillo?-
Los diarios de la gente que camina junto a uno y van con destinos surrealistas (cuántos irán a medirse un pantalón, a encontrarse con su pasado, a esperar si va a llover) no son considerados literatura, a no ser que un hábil comerciante encuentre debajo de la cama un paquetico de una modelo insulsa millonaria y lo venda a unos alelados compradores que quieren “curiosear” sobre la vida de la modelo que no sale en las revistas.
Los diarios y los autorretratos son maneras de conocer a un ser humano (cuánto tiempo nos lleva elaborar una teoría sobre alguien?) y de ellos hay miles de ejemplos dentro de los mismos artistas que incluso a veces dibujamos nosotros mismos dentro de la literatura epistolar (cuántos creen saber quien es Vicent Van Gogh en las cartas a su hermano?)
En el cine los retratos a veces se dan de manera directa (recuerdan los Screen Test de Warhol?) o indirecta, podríamos hablar de que cada peli de Fassbinder es un pedacito de su propio retrato.
Y si hablamos de autorretratos, pues independientemente de las memorias de algunos, que a veces son escritas para saciar el morbo por alguien conocido o peor aún las biografías “noveladas” (aquellas que dicen que Popea al ver que Roma se quema gritó y maldijo a Zeus -hágame el favor-) estos en el cine han tenido un largo recorrido desde Maya Deren hasta Tarnation de Caouette.
Frente al espejo 2009 de Ana María Salas Vega es un autorretrato en tono documental que hace una ex estudiante de cine y ahora filósofa bogotana, que toma un viaje a París como punto de partida de este trabajo audiovisual.
Probablemente Ana María a partir de miles de experiencias en el arte contemporáneo de miles de artistas que comenzaron a usar a su familia para su obras (recuerdan a Richard Billingham y las instantáneas de su padre ebrio y su madre tatuada?)pensó que podría escribir su autobiografía temporal ( son tres años seguidos) .
El trabajo dileta entre autorretrato, diario y crónica de uno mismo. Su valía para mí es justamente ese recuerdo que “el gran hermano” ya esta entre nosotros y que la cámara, que fue agigantándose día a día y fue solidificando su presencia entre nosotros, ahora está instalada en todos los rincones y de hecho las redes sociales han enseñado a sus usuarios a que no sean tan pudorosos con sus gustos (parece un precepto punk, pero no es comercial) se deben exhibir y escribir y por supuesto fotografiar y filmar.
La diferencia entre un diario hecho por alguien y este trabajo Frente al espejo es que este sí va tomando un giro hacia un dispositivo audiovisual, no en vano está tutelado por Henri Imbert un documentalista que ha reivindicado lo fútil y lo cotidiano como acto documental (recuerdan su Sur la Plage de Belfast 2000?).
Salas va avanzando sobre su vida de post- adolescente acomodada y aunque es claro que se trata de una obra por madurar y de ritmo irregular, la intención logra una forma documental por estar estructurada en cientos de minicapítulos que se articulan en pequeñas anécdotas dispositivo valido que podría ser más un estudio de etnografía de ella misma, donde muchas de sus anécdotas son muy superficiales ( y post adolescentes) y otras tratan de ser un espejo de una “inmigrante latina” que se va asombrando con su propia vida.
Esto es lo maravilloso de las muestras y los festivales, que hay cabida para diferentes opciones y el público juzgará que le gusta y que no, pero lo innegable es que ya estamos a las puertas de esta 12 muestra documental y lo único que queremos es invitarlos a este banquete de la realidad, donde la sangre se confundirá con las espigas y los muñequitos de cuerda y tendremos posibilidad de entrar en múltiples mundos desde los ojos abiertos y fugaces de muchos realizadores que encuentran en lo documental otra manera de abrirle un huequito al sol.
Bienvenidos a Nuestra Muestra Documental desde este lunes.
Pinchen el titulo de esta nota y encontrarán toda la programación
ABIERTAS INSCRIPCIONES PARA LA PARTE ACADEMICA DE LA MUESTRA DOCUMENTAL
Inscripciones abiertas para el seminario de la
12ª. Muestra Internacional Documental: Miradas sin fronteras
Este espacio académico contará la presencia de destacados realizadores nacionales y de importantes figuras del documental provenientes de Alemania, España, Brasil y Estados Unidos, quienes compartirán con el público colombiano sus ‘miradas sin fronteras’.
La 12ª. Muestra Internacional Documental invita a realizadores, investigadores, productores, docentes, estudiantes y todos aquellos interesados en el lenguaje y la reflexión acerca del género documental, al Seminario ‘Miradas sin fronteras’.
El seminario se realizará en la Cinemateca Distrital de Bogotá, del 26 al 30 de octubre de 2010, de 9 de la mañana a 12 del mediodía. El valor de la inscripción para profesionales es de 120 mil pesos y de 60 mil, para estudiantes. El monto debe consignarse a nombre de la Muestra Internacional Documental; en el Banco Davivienda, cuenta corriente No. 0051 69999 702. El descuento para grupos es del 20%. El recibo de consignación debe enviarse escaneado al correo-e inscripciones@muestradoc.com.
La inscripción al seminario acredita además para el ingreso gratuito a todas las proyecciones del evento en todas las salas de Bogotá, ingreso a las sesiones especiales programadas con los invitados internacionales, invitación para dos personas a la sesión inaugural, un ejemplar de la edición 2010 del catálogo y a¬fiche.
Para mayor información, escriba al correo-e muestradoc@gmail.com o comuníquese al teléfono 350 6547 extensiones 5009 – 5022.
Invitados de ‘Miradas sin fronteras’
Volker Koepp (Alemania)
En 1966 ingresa a estudiar cine en la Universidad de Potsdam-Babelsberg, en donde realiza las premiadas películas estudiantiles Sommergäste bei Majakowski y Wir haben schon eine ganze Stadt gebaut. De ahí en adelante su carrera cinematográfica estará ligada al documental. Los temas que aborda van desde el estudio a largo plazo de los cambios que sufre una ciudad después de la reunificación hasta la búsqueda de la historia multicultural casi olvidada de una ciudad ucraniana que perdió gran parte de sus habitantes judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Su cine se centra en un número reducido de personajes a los cuales dota de voz protagónica para que relaten de primera fuente la historia personal y colectiva de los pueblos de Europa del Este.
Actualmente es considerado uno de los documentalistas más importantes de Alemania y su última película Flor de lila resultó ganadora en el Festival Cinema Du Reél en el año 2008.
Marta Andreu (España)
Actual coordinadora del Máster en Documental de Creación de la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona). Es Licenciada en Comunicación Audiovisual por la UPF (Barcelona, 1996) y Máster en Documental de Creación UPF (1998). Coordinó la retrospectiva del documental español
para el festival internacional Cinéma du Réel – Centre Georges Pompidou, (Paris, 2005). Desde 2005 analiza guiones de documental para el Centre de Desenvolupament Audiovisual (CDA) de la Generalitat de Catalunya.
Desde 2006 ha formado parte del jurado de distintos festivales dedicados al documental: La Alternativa en Barcelona, PlayDoc en Galicia y Alcances en Cádiz, donde también ha impartido charlas, talleres y seminarios.
Lawrence Hott y Diane Carey (Estados Unidos)
Lawrence Hott y Diane Garey empezaron a trabajar juntos en el año 1978 como miembros del consorcio Florentine Films. En 1981 fundaron Florentine Films/Hott Productions Inc. Desde entonces han recibido premios como el Emmy; dos nominaciones para el Oscar; cinco premios del American Film Festival; catorce premios Golden Eagle del CINE; un premio George Foster Peabody,
un premio Alfred I. duPont de la Universidad de Columbia; el Premio Eric Barnouw y más de cien premios nacionales e internacionales. Sus trabajos han sido seleccionados para los festivales más importantes de cine como el New York Film Festival, el Telluride Festival y Women in the Director's Chair.
Orlando Senna (Brasil)
Director Presidente de TAL (Televisión América Latina) Orlando Senna inició y dirigió el proyecto de TV Brasil en 2007. Fue secretario de Audiovisual en el Ministerio de Cultura de Brasil (2003 - 2006). Creador y promotor de DOCTV Iberoamérica, propuesta asociativa entre TVs Iberoamericanas para la producción de documentales. Director del curso de cine de la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba durante la década de los noventa. Tiene una extensa filmografía como guionista, director y productor. Entre sus obras se cuentan el guión de Iremos a Beirut (1998), el guión y la dirección de Sabor a mí (1992), el guión de Ópera do malandro, junto a Chico Buarque (1986), la dirección de Iracema, uma Transa Amazônica (1981), entre otras muchas películas.
Daupará (Colombia)
Experiencias documentales de y desde las comunidades indígenas colombianas vistas por sus
creadores. Daupará es organizado por Cineminga y la Fundación Laboratorio Accionar, su trabajo ha sido posible gracias al apoyo de la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, y al acompañamiento de la Fundación Cine Documental y a la solidaridad de amigos como Pablo Mora. Las producciones participantes en la 12ª Muestra Internacional provienen de los pueblos Nasa, Arhuaco, Kogui, Wiwa, Kankuamo, Wayuú, Awá, Embera y afrodescendientes.
Mayores informes:
Paola Andrea Peña Roa
Jefe de prensa 12ª MUESTRA INTERNACIONAL DOCUMENTAL
Móvil.: 3108159894
Correo-e: paola.prensa@gmail.com
www.muestradoc.com– www.aladoscolombia.com
Y si la nieve se transforma en lentejuelas? (una mirada a los diseñadores de vestuario del cine italiano)
Por
Diana Ovalle
Corresponsal La Moviola
Roma (Italia)
PRIMERA PARTE
La historia del vestido tiene origenes remotos como las del mismo hombre, su cuerpo como medio de existencia dentro de la naturaleza se modificò con las mismas trasformaciones de la vida, y desde que el vestido dejo de ser solo una indumentarìa necesaria para proteger las propia piel de la intemperie, el hombre empezo a tocar un nuevo lenguaje para ser. Las pieles de animales no fueron màs un pedazo de uniforme con el que seguir la batalla y empezaron a ser una segunda piel
Con la apariciòn de conceptos como formas, colores, texturas y cortes el hombre empezò a manipular su forma de vestir , dandole la posibilidad de crear un lenguaje exterior al cuerpo mismo ,que liberaria el pensamiento y los sentimientos. A travès del vestido el hombre suplantaba una imagen carganda de ecos o que lo dejaba suspendido en medio de una tierra ardiente.
El vestido cubre la transparencia de un cuerpo desnudo, superpone un hàbito como antifàz para mirar el mundo, descubre la imagen proyectada del hombre y su ser como un telescoscopio y se acerca a las formas del deseo, revelando los olores y las esencias que en cada uno nacen mientras se inspecciona la textura de la tierra. Asì el hàbito, crece sobre el cuerpo y se instala en los momentos historicos de la vida del hombre.
2.
Cuando el hombre empezo a imitar o inventarse una realidad:
Cuando el hombre comenzò a estudiar la realidad circundante a travès del rito tribal experimentò este estudio como forma de subsistencia. La caza era ,entre ellas, el primer ejercicio de sobrevivencia y para cazar, el hombre comenzò a estudiar el animal depredador (imitàndolo) invocando la fuerza, el coraje, la astucia, que le darian la posibilidad a su vez de predar. En estas representaciones de caza los interpretes-cazadores, usaron la gestualidad, la mimica, la vocalidad, las màscaras, los travestimientos de pieles, plumas, coloraciones y tatuajes, para obtener el resultado mimetico y sobretodo simbòlico de aquel animal predador.
En estos ritos de imitaciòn hay ya una superficial articulaciòn de interpretaciòn y procesos de identificaciòn y de creencia que permaneceràn en juego en los siglos y a travès las civilizaciones, en cualquier forma de espectàculo.
Con el origen de la -tragedia- que proviene de los coros ditirambicos (himnos en honor al dios Dionisio) en la antigua Grecia, aparecerà en esa cultura lo que hoy el mundo occidental conoce como teatro. Fue un canto ceremonial, cantado por los secuaces del dios y dirigidos por un guia. en En el siglo VI A d C naciò el drama y con la introducciòn de un segundo actor y despues de un tercer actor, maduro por mano de Esquilo (525-456 a.C), Sòfocles (495-406 a.C) y Euripides (480-406 a.C), como maestros de la tragedia griega.
El termino –teatro- que deriva del verbo –ver- se referia no a un lugar, sino simplemente al grupo de los espectadores y el espacio que reunia la ceremonia se recogia a los pies de una colina desde el alba hasta el ocaso.
Dentro de este espacio que el hombre marcò sobre la tierra se viviò una identificaciòn con el canto, la danza y los gestos por medio del cuerpo y la màscara. (Roland Barthes la define en su libro “La Càmara Lùcida ” a travès de una fotografia de Richard Avedon “William Casby, nacido esclavo”, 1963 “La màscara es el sentido, en cuanto es absolutamento puro”. )
De estas màscaras y de estos atuendos escenicos existen innumerables trenes y juegos de artificio por el mundo, entre ellos, la tradiciòn italiana del vestuario escenico es un puerto que se abre en el mas incosciente de los suenos.
Para recordar como un diario de memorias seguidito por un atardecer de otono, se desliza entre tintas coloradas y hojas secas el nombre de Lila de Nobili, pintora, escenografa y vestuarista, que con sus lineas y colores (que sobreviven por medio de los propios bocetos) dio a las escenas
y personajes la voz de la historia, desde la “Aida” de Giuseppe Verdi, representada en el teatro La Scala de Milàn con la direcciòn de Franco Zeffirelli, al “Mercante de Venecia” de Shakespeare en Roma, al “Manon Lescaut” de Puccini con la direcciòn del “Conte” Luchino Visconti en el 1973, Lila de Nobili se ocupo de abrir las puertas a aquel mundo imaginario donde la “ficciòn” se presenta como un instrumento para llegar talvez a alguna verdad.
continuara en la próxima edición...
OTRA MIRADA A TARNATION Caouette es un exhibicionista obsesivo
Por
Claudia Salcedo
Especial para La Moviola
Estudiante de Medios Audiovisuales
Documental Autobiográfico de Jonathan Caouette
Tarnation es la historia de una vida llevada inteligentemente a la gran pantalla, tal vez de una forma honesta y hasta cierto punto, tal vez mucho, cruda. Es un retrato decadente de la vida misma, porque todos nos hemos sentido identificados con algún pasaje o alguna emoción que el señor Caouette nos ha querido mostrar permitiéndonos de esta manera introducirnos en su historia y husmear en apartes de su vida que no son fáciles de mostrar o compartir, o al menos muchos lo dudaríamos, pero la sensación que queda en el aire es la gran sagacidad del director, escritor, protagonista de no solo tener la iniciativa de plasmar su vida y hacerla pública sino mantener una idea por más de dos décadas y lograr llevar esta empresa a algún termino y convertirse en una imagen sin precedentes claros en la industria cinematográfica.
Todo en el documental grita, trasciende en la profundidad absoluta de nuestras conciencias, no nos atrevemos a tener un juicio, pero podemos sumergirnos en su mundo de una forma de pronto perversa y morbosa que nos impele a ver un poco más, a enfatizar esto o aquello y de incluso conversar al respecto como quien habla de la vida de algún conocido. Es la intromisión absoluta y permitida del espectador a una historia de vida abierta al público: una vitrina que nos ofrece un producto tentador aunque poco atractivo para llevarlo.
Si algo hemos visto en el mundo actual es la necesidad visceral de la sociedad por hacer públicas sus vidas: youtube, facebook y cientos páginas web más nos muestran diarios de miles de vidas de personas ansiosas de mostrar, ya sea una opinión, una situación o una anécdota, todos quieren fama, todos quieren a su imagen pública y disponible para ser descargada 24 horas del día, siete días de la semana. Permitimos que los demás entren a nuestras vidas de una forma tan fácil, que no requieren más que dar un click para acceder a contenidos que antes eran impensables.
Y ese antes no es hace mucho, el señor Caouette es uno de los muchos que se han atrevido a hacer de la realidad un perfomance, asequible a las masas, disponible para ver y criticar desde nuestras cómodas posiciones de espectadores, sin darnos cuenta que Tarnation es un absoluto acto de contrición de una persona que ha tenido una vida en la que ha tenido que afrontar muchas situaciones, eso es verdad, algunas son duras y nos vemos viviéndolas, pero es una vida y como tal tiene altas y bajas, y es allí en donde reside el gran peso de este documental, que vemos retratadas emociones tan humanas, tan tangibles que por más que hayamos tenido o no una familia funcional sentimos empatía con este personaje y comprendemos muchos aspectos de su conducta e incluso llegamos a entregarnos a su honestidad.
En la era del reality show, en donde abundan las experiencias ajenas en la pantalla y vemos cada vez retratos más crudos y más decadentes de la sociedad actual, Caouette no tiene pretensiones ni nos impulsa a amarlo u odiarlo, el solo tiene el afán de compartir su propia historia, sin mayores ambiciones, no esperando ser perdonado o culpado, es solo una necesidad visceral de contar una vida por ocasiones terrible y llena de contrastes, muchos no lo entenderían, otros simplemente lo olvidarían y lo pasarían por alto y otros gritarían horrorizados, pero todas esas son también expresiones humanas, algo con lo que Caouette está muy familiarizado.
Psicológicamente podríamos decir que Caouette es un exhibicionista obsesivo y sistemático, que es capaz de invertir su vida misma en contarla, de desgastarse ante nuestros ojos para él poder verse liberado y seguir viviendo. Entonces diríamos que ha logrado un triunfo con el solo hecho de mostrarnos su vida; de lograr no solo la fama, sino el respeto con algo que hubiera sido tratado con un medicamento, pero él pasa de eso y nos revela sus secretos y es exitoso en hacer públicas sus dolencias, sus anhelos, sus complejos y su lado más salvaje y su vulnerabilidad.
Por otro lado, el tratamiento de la obra fue mucho más directo hacia el público convirtiéndolo así en algo agudo pero que habla de su propio lenguaje y del yo interior que lo impulsa a plasmar en el espectador sus propias emociones en los acontecimientos más relevantes de su juventud, de la montaña rusa que significó para él el nacer y crecer en el hogar más inestable y disfuncional del país del sueño americano, entonces nos damos cuenta que este sueño se ha convertido en una pesadilla plagada de vicios de todo tipo, de sentimientos y sueños truncados, de relaciones que no conducen sino a la locura; pero vemos que al encontrarse con personas sensatas, que se ven reflejadas en situaciones, dogmas, problemas; en un mundo en el que por naturaleza sobrevive el más fuerte, donde los principios son limitantes y los desprecios e injusticias son radicadas por manipuladores de la sociedad y deciden traspasar y dejar atrás sus propias virtudes y anhelos, para llegar a la creación de imaginarios que son posibles y concientizan los defectos que en sí son la escencia de la vida, en donde decidimos sentir con los ojos y de observar con el corazón en un ámbito que es casi desconocido y que en lo mas profundó del alma y la mente el hombre trasciende caminando en las oscuridades con sosiego entre amaneceres y atardeceres de una realidad cubierta por niebla envolviendo al hombre en un mundo interno frágil en el que se desprenden las tristezas y nostalgias y que desencadenan una conciencia objetiva logrando una conducta social que es irradiada en las vivencias en un futuro que no ha sido alterado, y que de una u otra forma la conciencia altera las condiciones sociales y afectivas convirtiéndose en una rutina agobiante en la inspiración del presente sin necesidad de pensar en el destino sino que sus sentimientos y pensamientos lo difunden a través de experiencias de vida por esta razón es importante analizar la realidad como conducta humana que en el proceso de Jonathan ha sido la construcción de verdades que han estado presentes dentro de la obra, manifestando así necesidades y afectos dentro de su contexto familiar y personal confrontando consigo mismo su vida y que se convierte en un tratamiento visual referenciando un lenguaje estético y atractivo para el público.
Otros trabajos: All Tomorrow's Parties (2009) (co-director) – documental hacerca de este festival musical.
Referencias: http://www.imdb.com/name/nm1503401/
Marvel Moreno: El Encuentro con la claridad y la magia (Cuarta Entrega)
Yury de J. Ferrer Franco[1]
Moreno, Marvel (1992). El encuentro y otros relatos.
Bogotá: El Áncora Editores.
Para los lectores de La Moviola, la cuarta y última entrega de reseñas dedicadas a la obra completa de la escritora barranquillera Marvel Moreno, con la renovada invitación de ir a sus relatos, listos para sus ojos que, afortunadamente, tienen siempre mucho por descubrir…
Recordemos las entregas anteriores: si Algo tan feo en la vida de una señora bien perfilaba la vida íntima de una ciudad y una sociedad a la que Marvel Moreno quería quitarle la máscara, arrancando de paso los antifaces de todas las ciudades y sociedades del mundo, intención que logra plenamente al terminar y publicar En diciembre llegaban las brisas; en El encuentro y otros relatos (1992), el avezado ojo femenino, enseñado a callar, guardar y esperar, entrenado para actuar con sigilo y en la sombra, reúne los elementos necesarios para mostrar una dimensión menos física y material de los hechos, para situarnos en el ámbito espiritual de las mujeres que desfilan ante el lector, exhibiendo sus maneras de sortear los escollos que le impone el enfrentarse a una sociedad ante la que, muchas veces, se encuentran maniatadas e inermes, pero frente a la que han comenzado a esgrimir sus armas.
El protagonismo de los espacios pasa en este libro a un segundo plano, la reconstrucción de los hechos se adentra más en los personajes, que en las influencias externas que pudieron determinar sus acciones. Barranquilla sigue viva en algunos de los textos como una presencia de la que Marvel Moreno no pudo desprenderse nunca, pero otros ámbitos hacer resonar también estas voces, otros escenarios llenan de sonidos nuevos las últimas historias publicadas por la escritora.
Siete de los cuentos que integran el volumen están narrados en tercera persona (“Una taza de té en Augsburgo”, “Sortilegios”, “El encuentro”, “El violín”, “El perrito”, “La peregrina” y “Barlovento”); en tres de ellos la narradora ha presenciado los hechos y es partícipe indirecta del desarrollo de la historia (“El hombre de las gardenias”, “El espejo” y “El día del censo”) y en uno (“La sombra”) es protagonista aún atormentada por su propia visión de la vida desde la muerte. En todos los relatos la imposibilidad es el fantasma que de antemano señala el derrotero, un destino que en nueve de los cuentos es fatídico, desgraciado y que sólo en “Sortilegios”, “La peregrina” y “Barlovento”, indica una ruta de libertad, aunque no de felicidad plena.
Los relatos que concertan El encuentro, son historias de la imposibilidad, el desamor y la muerte: imposibilidad de amar en Miranda Castro, quien comparte “Una taza de té en Augsburgo” con Frieda Pfeifer, la madre que la abandonara de niña en un hospicio de esa ciudad alemana, movida por presiones paternas y a la que busca con afán para, al final, no revelarle su identidad porque ello implicaría abrirse al perdón y, en consecuencia al amor, sentimiento que ella, hermosa, adinerada y joven se niega. Confirmar la existencia de Frieda, insignificante, vacía, plana, entrada ya en una intranquila vejez, es para Miranda, hija adoptiva y heredera principal de los bienes del millonario venezolano Lucio Castro, una suerte de reto, una manera de reafirmarse en su indolencia, manifiesta en el “destello metálico”[2] de su mirada, en la manipulación de los sentimientos de las mujeres y hombres que la amaron y desearon, quienes terminan huyendo de ella al reconocer en sus actos y en su propio cuerpo, tan hermoso como inútil, una calculada incapacidad de amar, trasformada en su interior en malentendida fortaleza y traducida en la agobiante soledad que debe adoptar como única forma de vida.
También la imposibilidad lleva a Adelaida, una joven pintora, a refugiarse en Deyá donde “Todo era muy bello entorno a ella, pero no podía pintarlo”[3], hasta que Frank, el jefe de los oscuros y temidos hombres de la montaña, quienes celebraban en las noches a la luz de inmensas hogueras ritos medievales, entregándose después a frenéticas orgías, le devuelve la confianza en sí, mediante los “Sortilegios” de un amor que la renueva como artista, pero que se evapora sin dejar otro rastro que el enigma y la incertidumbre. Al final, Adelaida sólo tiene el recuerdo inquietante de aquella única e irrepetible noche de amor y la eternidad del misterio: dos tesoros que quedan suspendidos en este relato que se cierra sobre sí mismo mostrándonos la imagen de una artista solitaria y evolucionada, abierta a las posibilidades de la creación, que de pronto evoca durante la Bienal São Paulo un pasado ya lejano, el de una noche en cuya magia y significado resulta mejor no pensar.
Tampoco Lucía puede ver la oportunidad que buscó siempre: “El encuentro” con el célebre actor Robert Harrison, cuyo beso (recibido cuando tenía trece años en un corredor del hotel El Prado de Barranquilla) “la arrancó de la infancia”[4] y la ató de modo definitivo a la vida de este hombre, sin que él siquiera lo sospechase. Después de la muerte de su madre, en el otoño de su vida, que ella pretendía convertir en primavera, Lucía sale de Barranquilla rumbo a Palma de Mallorca, donde es acogida por unos amigos que le ofrecen trabajo. En Puerto Andraitx, cerca de esa ciudad, está el yate de Harrison, una luminaria del cine, opacada ya por los años, para quien ella se había conservado joven y hermosa, recurriendo incluso a la cirugía estética, a la espera del día en que el destino los uniera... Y el destino, un destino burlón y tragicómico los reúne una noche, pero se ocupa también de impedir, valiéndose de la miopía de Lucía –quien por vanidad no usa sus lentes– que ella pueda reconocer en el desconocido que la aborda para invitarla una copa, al hombre buscado por sus ansias desde su ya remota adolescencia.
Este desencuentro convierte en inútiles todos los esfuerzos de la existencia de Lucía, dejando sin esperanzas el resto de una vida cuya razón de ser acaba de morir frente a sus propias narices. La miopía de Lucía no estaba sólo en sus ojos, también en la estrechez de su visión del mundo al enfrascarse en un juego nada más por ella conocido y manejado, que la convirtió en eterna y solitaria perdedora frente a sí misma, forjadora de las circunstancias que la convirtieron en su peor, en su más temida contrincante.
Alice se impone también barreras frente al arte y al amor, que al volverse objetivos inalcanzables por el absurdo accionar de la cobardía y la locura, la dejan sin vida propia. “El violín” y Cyrille, las dos pasiones de su existencia, están ahora entre las sombras: el uno relegado a un recuerdo sublime, el de la noche en que interpretó como nadie, por primera y única vez, la “Sonata de Kreutzer”, al tiempo que decidía para siempre abandonar el instrumento que le regalaba vida, que le daba sentido a su presencia en este mundo en tanto le permitía crear; el otro, Cyrille, su marido, era ya un espectro que la acompañaba, que inútilmente, “hacía cualquier cosa por demostrarle que la vida valía la pena”[5], que la ayudaba a superar sus crisis de anorexia y le proporcionaba los somníferos y tranquilizantes indispensables para sobrevivir, pero no compartía con ella desde el nacimiento de su hija Nicole, la calidez de la vida íntima que para ambos fue siempre frustrante y dieron por terminada, en silencio, a la manera de un tácito acuerdo, cuando Alice dio a luz. Después Nicole se convertiría en la única conexión de Alice con la vida y por eso el anuncio de su matrimonio con un australiano inculto que la alejaría de ella en forma definitiva, se le antojaba su sentencia de muerte.
12 MUESTRA DOCUMENTAL: DINAMITA PARA LAS HADAS
Andrés Romero Baltodano
Dziga Vertov caminaba despacito -dicen-.
Leni Riefenstahl se quedó observando la sombra de un atleta y entrando en un eterno flash back.
Patricio Henríquez aun acompaña los muertos.
Ellos son documentalistas. Aquellos seres que persiguen dentro de la realidad los porqués de la muerte, la vida, los olores o las maneras en que una calle cambia de dueño o de sol.
La realidad siempre ha sido la cantera insondable de la ficción y no al revés como muchos pretenden decir, es mas, muchos toman como modelo la ficción para tener referentes para sus realidades y creen, que como popularmente se dice, si “salió en película” es una garantía de rectitud o de acto a imitar.
La sociedad de consumo y sus subsidiarias productoras de películas insulsas y megacomerciales, abonan este terreno, tratando de imponer costumbres y actitudes que incluso se convierten en esos paradigmas absurdos de quienes, como son incapaces de verse a sí mismos, creen que en el espejo del estrellato falso y las situaciones manipuladas de guionistas sin razón, ni corazón, esta la verdad.
Muchas ciencias humanas de manera maniquea prefieren la verdad como una virtud y no como algo tan cambiante como las olas del mar o los sombreros de Marlene Dietrich. Pero lo cierto es que la verdad está en cada uno, en la medida que las verdades se construyen con miles de residuos de nuestros pensamientos, acciones y omisiones, de lo leído o lo vivido, de lo olido y lo recordado.
Quienes se muestran con verdades neuróticas y dogmaticas, son simples títeres de sus propias obsesiones y no seres humanos abiertos a que lo filosófico cambia tanto, como que hoy podría tener razón Descartes y mañana Wittgenstein, siempre y cuando no aparezca un poema de Marilyn Monroe que dice: “Tendrá que ser otro puente/ uno feo y sin vistas-salvo que me gustan en especial todos los puentes /”.
Las verdades en el cine se instalan preferiblemente en lo documental, en la medida que se trabaja con una serie de variables que iluminan el camino, no solo desde el hecho documental central, sino que un buen documental toma como pretexto la fabricación de colombinas y de allí su discurso puede abarcar la religión, la hospitalidad, los reinados de la simpatía o las maneras de gobernarnos.
Detrás de cada documentalista está un sinnúmero de ideas y posturas sociales que se vuelven cine y que hacen de éste género, una hermosa manera de saber que tenemos testigos en todo el planeta más efectivos que los superficiales noticieros que intentan convencernos que a partir del termino “noticia” lo que nos muestran es “lo que está pasando” (tendríamos que ser muy ingenuos para creernos tamaña falacia)
En este país donde las posibilidades cinematográficas para el espectador cada vez se reducen mas desde lo físico (ahora las salas planean su zona de comidas con un área tan grande como si fuera otra sala) hasta lo conceptual, es increíble como en una ciudad de quince millones de habitantes como Bogotá solo se estrenen en las salas dos o tres largometrajes de ficción (nunca documentales, a no ser que sean remedos estéticos del género -tipo “Océanos-) de dudosísima calidad.
Todos los años quijotes del documental timoneados por el cineasta Ricardo Restrepo y Patrica Ayala se dan a la tarea de “curar” una muestra poderosa de dinamita para las hadas, que llega en forma de documentales en la Muestra Internacional Documental que ya llega a su 12 versión. Y se inaugura este 25 de Octubre en la Cinemateca, Biblioteca Nacional y Museo de Arte Moderno de Bogotá, en la exhibición de películas más el vital encuentro teórico con los invitados internacionales.
Sus organizadores en un acto de amabilidad con el Blog de La Moviola siempre nos facilitan algunos de los documentales que van a exhibir para “mostrárselos” a los lectores en exclusiva y hoy nos referiremos a dos de ellos pa’que se vayan provocando de este banquete de realidad y cine hecho desde la epidermis.
ESPIRITUS DE DRASSANES
De Simón Hernández / Cristian Jara
2009
España
Todo está tan oscuro como los ojos de un muerto que navega entre su pasado y se detiene a mirar su presente de manera vidriosa y asombrada.
Estamos en el barrio chino quien ha perdido su nombre (mutan las calles, los conceptos, la filosofía) y otros lo denominan la calle de la cera habitan allí gitanos (los que quieren sacar de todas partes y a nadie le importa) drogadictos y un gato burlón de la fábrica Botero que ya es conocido como el gato de Raval.
La situación, la arquitectura, el pasar del tiempo, el gris del magnifico Super 8 m.m. aquel tempo que se va deslizando por nuestros, ojos hacen de este documental una bella experiencia plástica que camina como un ladrón desnudo por entre la realidad.
La cámara entra en las ventanas, en el humo, en los rostros perdidos de aquellos que viven (y tal vez no lo saben) en un limbo de inexistencia. Hay voces en off de algunos de ellos mientras la cámara se dedica a mostrarnos que las palomas también aprenden a volar y los ladrillos que son los muros de lo que nunca alcanzamos a ver.
Hermoso transito documental donde tienen cabida una atmosfera muy personal y extasiada de poesía de los realizadores, donde todo se mueve en el territorio de lo lento y lo contenido de aquellos ojos de los protagonistas que miran aun infinito incierto.
Se escuchan a veces las voces y frases como “te casa con la heroína” abismo negro que sacude a estos seres humanos retratados con poesía y respeto… un documental que se aleja del esquema periodístico de las múltiples entrevistas para ser un escucha de lo que pasa en este Raval barcelonés, mientras el espectador con las manos en los bolsillo entra despacito en ese sopor de un blanco y negro pegajoso y mas poético que una mirada insolente de Anna Ajmátova.
BORIS RIZHY
De Ailona van der Horst
2009
I was born—I still find it unbelievable—
in a labyrinth of factory yards,
in that land of rock doves, populated, for a thousand years
in equal parts by cops and thieves.
For this reason, I do not love diminutives,
and when fellows knock and, smiling, ask for vinegar,
I give them what they want.
(As a Sheet of Ice Covers Granite, 1997)
Boris Rizhy
Cesare Pavese
“basta de palabras. Un gesto. No escribiré mas”
En un hotel se aloja para suicidarse.
1950
Thomas Lovell Beddoes
Italia.
1849
Se envenena.
Costa Cariotakis
1928
Debajo de un eucalipto se dispara.
Los poetas suicidas siempre han sido atractivos, en la medida que parte de su obra se asocia a estos gestos, que debemos aclarar, no solo hacen los poetas (cuántos médicos, pilotos, mecánicos y enfermeras se suicidan sin que nadie se de cuenta?) pero que les agrega un halo de tragedia tan de moda desde los simbolistas y desde los “poetas malditos” que de malditos tenían lo que tienen de educados los tigres cuando se sientan a la mesa en el Serengueti.
Esta manía de seguir los pasos de los suicidas de una u otra manera se convierte en una bitácora de lo que deja, de lo que queda paradito en una mesita azul.
Del suicida se recuerdan las fotos, los objetos, la chaqueta azul con lamita, las horas que pasaba debajo de una bicicleta con canasta.
Pero independientemente de este “romántico” motivo la reconstrucción de la vida y los posibles motivos de la obra de un poeta siempre serán humanos, tensos y dulces. Seguir el rastro como una hiena persigue a un cachorrito de cebra, hace de estos documentales una labor que por momentos es demoledora y por momentos nos hacen comprender que detrás de las palabras siempre hay motivos para navegar en la oscuridad.
Boris Ryzhy (1974-2001) es un poeta suicida de casi última generación de aquellos que ya no vieron grandes retratos de Lenin ni propaganda en las calles, un poeta triste que refugiado en la geología y en lo científico, escribe de su barrio, de sus vecinos, de sus calles y Ailona van der Horst rehace pacientemente su retrato a partir de lo que queda de su “naufragio”. Su hermana, su esposa su hijo (estremecedor testimonio del desapego) sus calles, sus recuerdos, en un profundo retrato “hablado“ de este poeta ruso.
“Las palabras están en situación” decía Armando Romero en un texto de los ochenta y aquí no solo están en situación, sino que defienden a la otra palabra: la poesía. La cámara se escuda de la nieve, las secuencias muestran la cicatriz física del poeta y su leyenda, los ojos de su mujer se apagan y su hijo hipnotizado por matar en los videojuegos poco le importan los poemas de su padre.
Viaje inclemente sobre las arrugas humanas, certero disparo a una ventana oscura… al terminar (llenos de nieve) salimos como de un tierno letargo donde de nuevo la poesía se alza gigante con una espada gris, haciendo valer sus derechos y demostrándonos que lo documental es un género ilímite, maravilloso y lleno de millones de huequitos donde hundir nuestras filias y fobias en un estanque lleno de agua tibia.